Vender lo máximo lo antes posible. Probablemente, uno de los grandes objetivos de toda empresa que busque vender en masa y enormes cantidades de su producto. Pero, también, vender lo máximo lo antes posible puede ser, simplemente, un aliciente para tratar de minimizar pérdidas.
Es lo que le está pasando a los fabricantes de vehículos en China. Estas empresas tienen que enfrentarse a una nueva normativa de emisiones para poder vender sus productos y se han encontrado con un enorme problema: tienen inmensas cantidades de stock a las que le tienen que dar salida.
El próximo 1 de julio debería entrar en vigor una nueva normativa de emisiones en el país asiático. La norma China 6b es la evolución de la actual (6a), que limitó la venta de vehículos en 2020 a coches más limpios, tomando como referencia los cambios que se estaban introduciendo en Europa y Estados Unidos.
El problema para los fabricantes es que esta evolución viene acompañada de una reducción de emisiones contaminantes muy potente. Los límites máximos de NOx tienen que reducirse a la mitad y, por tanto, las exigencias para vender vehículos baratos se pondrán mucho más complicadas.
Los occidentales, los más afectados
En este contexto, los fabricantes occidentales son los más afectados. La industria china hace tiempo que ha virado hacia el coche eléctrico y el híbrido enchufable y se calcula que el 25% de sus ventas ya se focalizan en vehículos de nueva energía, la categoría que engloba ambas tecnologías.
El crecimiento de este tipo de vehículos está siendo muy rápido. En los primeros meses de 2023, uno de cada cuatro coches vendidos en el país se incluyen en este grupo, mientras que en 2021 era de un 13% y en 2022 fue de un 20%. Todo pese a ser un año complicado para la industria, a la que se le han retirado ayudas a la compra y que ha tenido que lidiar con los cierres derivados de la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, en The Driven recogen que los más afectados son los fabricantes occidentales. Mientras que las firmas chinas han experimentado un ligero aumento en las ventas globales de coches, las firmas japonesas caen un 40% y las coreanas un 22,4%. Entra las occidentales, las peores paradas son las francesas, con un descenso del 46,4%. Le siguen las alemanas (21,2% menos de ventas) y las estadounidenses (12,5% de caída).
No es la primera vez que las firmas de fuera de China tienen importantes problemas dentro del país. Antes referencia, Tesla o Mercedes se han dado cuenta de que ya no pueden vender sus productos mucho más caros que la competencia y han tenido que entrar en una guerra de precios para colocar a sus vehículos eléctricos.
Hasta ahora, China era un mercado apetecible pues, con una normativa de emisiones más laxa, permitía a los fabricantes vender sus vehículos sin hacer las grandes inversiones en ingeniería y desarrollo que sí tienen que hacer en Europa. Esto, sin embargo, está cerca de cambiar... o no.
Distinto país, mismas soluciones
Y aunque los fabricantes europeos son los que más problemas parecen tener, los chinos tampoco son ajenos al problema que se presenta si a partir del próximo 1 de julio tienen que cumplir con estándares de emisiones mucho más restrictivos.
Con miles de coches en stock, a las firmas solo les quedan dos caminos: agresivas campañas de descuentos para darlos salida antes de que llegue la fecha señalada o, en el peor de los casos, automatricular los vehículos y amortiguar parte de las pérdidas vendiéndolos como vehículos de segunda mano.
Sin embargo, La CADA (Asociación de Distribuidores de Vehículos de China), lo que sería la Faconauto china, ha pedido una moratoria para la entrada en vigor de la nueva norma hasta el próximo 1 de julio. Con esos seis meses extra calculan que podrán dar salida a todos los vehículos que tienen acumulados sin que los fabricantes tengan que entrar en una dura guerra de precios.
En CnEVPost dan por hecho que la prórroga llegará y aseguran que el Gobierno ya contempla su ampliación para que se puedan dar salida a todos estos modelos que no han encontrado comprador, lo que permitirá a los fabricantes limitar las rebajas que han tenido que ofrecer en los últimos meses.
En España, mismamente, conocemos bien qué efectos tienen las moratorias para la industria del automóvil. Sucedió con el impuesto de matriculación, cuya aplicación del WLTP se fue retrasando hasta que en 2022 ya fue inevitable tomarlo como referencia, lo que le ha reportado grandes beneficios a Hacienda.
Y algo similar se está reclamando para empezar a aplicar en Europa con la futura normativa Euro 7. Ante la llegada de unos límites máximos de emisiones que provocarán una importante electrificación de las unidades actuales de combustión, parte de la industria reclama saltarse estas nuevas obligaciones para ir, directamente, al coche eléctrico, asegurando que será China la más beneficiada si se aplican estos futuros cambios.
Foto | Robert Bye
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