El pasado mes de mayo supimos que una persona iría a juicio por alertar a otros 15.000 conductores de la posibilidad de encontrarse con un radar o cualquier otro tipo de control policial en la carretera.
Según supimos por medios como La Opinión de A Coruña, la persona en cuestión era gallega y, por ello, este sistema de avisos ha pasado a llamarse "el método gallego". Pero, de una manera o de otra, quien no conocía esta forma de actuar ahora sí la conoce, lo que aumenta las probabilidades de que la estratagema se haya extendido.
La DGT, y las fuerzas de seguridad, han alertado de los peligros que conlleva esta forma de actuar pero el problema es que es complicado ponerlas coto.
La DGT se ha encontrado con un problema
En los últimos años, las herramientas para esquivar los controles policiales han ido en aumento. Y también los esfuerzos de la DGT por controlarlos.
Por ejemplo, el uso de detectores de radar en el coche se castiga ahora más duramente que hace unos años. De hecho, su sola presencia ya es motivo de multa (500 euros y tres puntos del carné de conducir) aunque están lejos de los inhibidores de radares, castigados con hasta 6.000 euros de multa y seis puntos del carné de conducir.
Los detectores de radares, a diferencia de los avisadores, son capaces de detectar los controles móviles de velocidad, alertando al conductor instantáneamente y librándole de la multa. Los avisadores, sin embargo, trabajan con bases de datos que se alimentan con bases de datos de la DGT o con las aportaciones de una comunidad.
Y aquí está el problema. Técnicamente, no hay ninguna sanción en el reglamento de Tráfico, ni en su Ley ni en su Reglamento de Circulación, en los que se especifique la prohibición de alertar de un control mediante un aviso en una aplicación de mensajería o navegador, como Google Maps o Waze.
Estas aplicaciones se escudan en que sus notificaciones "avisan" al conductor con lo aportado por otros usuarios pero en ningún caso son capaces de detectar por sí mismas la presencia o no de un radar. Lo más parecido hasta ahora era el uso de las luces, mediante ráfagas, para alertar de un control y esto, de hecho, sí está sancionado con 200 euros de multa.
En el artículo 100 del Reglamento General de Circulación se expone lo siguiente:
Se prohíbe la utilización de la luz de largo alcance o de carretera siempre que el vehículo se encuentre parado o estacionado, así como el empleo alternativo, en forma de destellos de la luz de largo alcance o de carretera y de la luz de corto alcance o de cruce, con finalidades distintas a las previstas en este reglamento
Pero esto ha ido cayendo en desuso por el poco alcance del aviso. Con un teléfono móvil y una tarifa de datos, un conductor puede ahora alertar a miles de personas con solo publicarlo en las aplicaciones anteriores. De hecho, la persecución de esta forma de actuar ha llevado, incluso, a algunos cuerpos de seguridad a dar falsos avisos de controladores, lo que ha llevado a los conductores a agudizar su ingenio y a migrar a otras aplicaciones.
Con esta migración, los conductores han optado por WhatsApp o Telegram, donde pueden recibir las alertas de miles de conductores al instante. Una línea difusa porque, como recuerdan desde la Policía Nacional, el artículo 36.23 de la Ley de Seguridad Ciudadana prohíbe lo siguiente:
El uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información
Esto, de hecho, es el artículo del que se le estaría acusando al detenido el pasado mes de mayo. Desde la DGT han querido dejar claro que el trabajo contra este tipo de estratagemas es innegociable pues no sólo se trata de que un conductor se salte un radar de velocidad, también pone en riesgo un control de alcohol o drogas en la carretera o, sencillamente, la búsqueda de un sospechoso por parte de la Policía Nacional.
Pere Navarro ya calificó esta manera de actuar como "un acto insolidario que va contra la línea de flotación de la seguridad vial", en palabras de Pere Navarro recogidas por Faro de Vigo. En el mismo diario recogen que el Gobierno trabaja junto a la DGT en la redacción de nuevas normativas o la modificación de las existentes para castigar con dureza el aviso de los controles policiales.
El medio gallego asegura que la intención es definir esta acción como "infracción muy grave", lo que conllevaría una multa de 500 euros. Pese a todo, la redacción de esta nueva norma no es sencilla y habría que estudiar la manera de "descubrir" a la verdadera persona que puede esconderse detrás de un aviso. Tomar medidas ante este tipo de alertas es algo que viene reclamando la DGT desde hace un lustro.
Foto | Alexandre Boucher
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