Hertz tiene un problema. Si es que podemos llamar problema a perder 1.332 millones de dólares. Lo repetiré:
1.332 millones de dólares
La compañía ha informado en su última cuenta de resultados que esta es la cifra total de lo que ha perdido en los nueve primeros meses del año, por lo que está por ver cómo queda, finalmente, la cuenta de resultados cuando termine 2024.
En el informe también hay otros datos interesantes, como que la compañía tiene disponibles 583.516 vehículos, de los cuales 550.000 están listos para ser alquilados. Y ese es uno de los motivos por los que Hertz está perdiendo dinero a un ritmo alarmante.
En enero de este mismo año ya contamos en Xataka que las alquiladoras tienen su negocio en, efectivamente, alquilar sus vehículos, pero también en venderlos al mejor precio posible cuando está amortizado. Y eso, con el coche eléctrico, está siendo un verdadero dolor de cabeza.
El coche eléctrico de segunda mano y su valor
En el informe de resultados de Hertz, la compañía señala que su flota ha sufrido una depreciación de 937 millones de dólares. Calculan que cada coche está sufriendo una depreciación media de 537 dólares/mes. La cifra está muy lejos de los 284 dólares/mes de depreciación que sufrían a estas alturas en 2023.
El problema, nuevamente, parece estar en el coche eléctrico. La compañía ha emprendido una profunda renovación de su flota que debería terminar en 2025 y, ya en 2026, estabilizarse en una depreciación de 300 dólares/mes por vehículos, lo cual consideran mucho más saludable.
El mayor problema se lo encuentran en el mercado americano. Allí, la depreciación por coche es de 592 dólares/mes de media, por los apenas 324 dólares/mes del resto del mundo. Explican en Bloomberg que la compañía se plantea vender 30.000 vehículos y adaptar su flota a las perspectivas reales de alquiler de coches eléctricos.
En 2021, la empresa hizo un encargo de 100.000 automóviles completamente eléctricos pero el año pasado comprobó que su flota estaba perdiendo valor a pasos agigantados. De hecho, la compañía tuvo que cancelar otro pedido de 65.000 vehículos a Polestar porque estaban comprobando que no podían colocar en el mercado coches eléctricos de segunda mano a un precio rentable.
Un paseo por la tienda digital de Hertz, donde venden los coches eléctricos de su flota, nos da una idea de lo que allí podemos encontrar. Los Chevrolet Bolt los venden a 15.000 dólares con menos de 100.000 kilómetros. Los Tesla Model 3 se venden por poco más de 20.000 dólares y un Ford Mustang Mach-E GT con menos de 20.000 kilómetros por 37.775 dólares.
Hertz lleva tiempo señalando que las reparaciones que han tenido que hacer a sus coches eléctricos han sido más caras, de media, que las de cualquier vehículo de combustión. Pero, además, se encontraron con un problema derivado de la bajada generalizada de precios de Tesla. Si un Tesla nuevo costaba menos dinero, su flota quedaba dañada automáticamente.
Hay que recordar que a estas bajada de precio en Estados Unidos le han seguido, de mayor o menor manera, otros de competidores, lo que ha diluido el valor de otros coches eléctricos que mantenían en su flota.
Y a todo lo anterior hay que añadir que el valor del coche de segunda mano es bajo en comparación al de un coche eléctrico. Algunos estudios han afirmado que los clientes potenciales no terminan de estar seguros de lanzarse a una tecnología que mejora tan rápido y que ofrece mejoras de autonomía en poco tiempo por el mismo dinero con el lanzamiento de nuevos productos.
Esto está lastrando la compra de los coches eléctricos actuales de menor precio pero también baja el precio medio al que se vende el coche en el mercado de segunda mano, ya que su tecnología queda obsoleta más rápidamente.
Foto | Hertz
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