El cannabis es hoy una industria millonaria en EEUU. Problema: se apoya en una burbuja a punto de explotar

El sector, condicionado por su marco legal, se prepara para el vencimiento de millones de dólares en deuda

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Se avecinan curvas para el sector del cannabis en Estados Unidos. Curvas cerradas y resbaladizas que se lo pondrán difícil a las compañías centradas en ese mercado por dos motivos, ambos igual de desafiantes. Uno es el inminente vencimiento de deuda al que se enfrentan y que algunos expertos cifran en 6.000 millones de dólares. El otro es el marco legal en el que se ven obligadas a operar, un contexto que les priva de algunas de las ventajas y facilidades que sí tienen las empresas de otros sectores en apuros.

Hay quien ya habla del estallido de la burbuja del cannabis en EEUU y teme que ahora llegue una cascada de quiebras.

Un sector en apuros. No corren tiempos tranquilos para la industria estadounidense del cannabis, obligada a lidiar con una serie de desafíos entre los que se mezcla la financiación, el vencimiento de deuda y las leyes. Lo explica Bloomberg en un amplio análisis que se resumen en una sola frase: las empresas del sector se enfrentan a la necesidad de lidiar con una deuda milmillonaria sin el 'balón de oxígeno' legal que tendrían si su actividad fuese otra.

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¿Qué significa eso? Que por la naturaleza de su mercancía, el cannabis, que sigue siendo ilegal a ojos de la administración federal, las empresas del sector se enfrentan a una situación particularmente vulnerable cuando les toca lidiar con sus acreedores. La mayoría de negocios pueden recurrir al tribunal de quiebras y blindarse para renegociar su deuda; pero como recuerdan desde el bufete Harris Beach Murtha, las empresas dedicadas al cannabis no suelen disfrutar del amparo del Código de Quiebras de EEUU.

"Hasta la fecha, los tribunales estadounidenses se han mostrado reacios a administrar casos de quiebra que implican la reestructuración o liquidación de activos propiedad de entidades relacionadas con el cannabis", confirman en Fox Rothschild. "Prácticamente todos los casos de quiebra que implican una reestructuración o venta de entidades relacionadas con el cannabis han sido desestimados por infringir la Ley de Sustancias Controladas, la CSA".

Una cifra: 6.000 millones. Ese hándicap, derivado del estatus legal de su mercancía a nivel federal, es importante ahora mismo porque el sector se enfrenta a la perspectiva de tener que hacer frente a una deuda bastante considerable en no mucho tiempo. Según los cálculos compartidos con Bloomberg por Beau Whitney, economista jefe de Whitney Economics, el próximo año vencerá una deuda de hasta 6.000 millones de dólares. Y la cifra incluye solo a las empresas más grandes del sector, aquellas que operan en varios estados.

Y dos porcentajes: 42 y 27%. Esa cifra de mora (6.000 millones de dólares) es abultada, pero por sí sola no dice gran cosa. Si resulta tan importante es porque pilla al sector en un momento complejo en el que al menos parte de la industria no ha logrado aún hacer de la comercialización de la marihuana legal un negocio estable. Whitney maneja un par de datos que ayudan a entenderlo: si en 2022 más del 42% de los distribuidores aseguraba haber obtenido beneficios, el año pasado ese porcentaje se había reducido al 27%.

Son cifras del pasado, pero como precisa Bloomberg nos hablan del futuro del sector: parte de esas empresas que aún no han sido capaces de consolidarse acabarán probablemente quebradas. A otras no les quedará más remedio que sentarse con sus acreedores en un escenario que no les resulta favorable.

"La refinanciación de este ciclo se realizará a tasas de interés mucho más altas y las empresas no tendrán el flujo de efectivo para gestionarlo", confirma el economista, que habla de "una enorme burbuja de deuda".

¿Cuál es el escenario legal? Marijuana Policy Project (MPP), una organización de EEUU dedicada a promover la legalización, lo explica con claridad: "Si bien la gran mayoría de los estados han reformado las leyes sobre el cannabis, la posición del Gobierno federal se ha mantenido prácticamente sin cambios desde principios de los 70. Salvo circunstancias raras, a nivel federal la marihuana y sus productos son ilegales y están sujetos a la aplicación de la ley penal".

A pesar de ese marco federal, MPP recuerda que “los gobiernos estatales graban y regulan periódicamente la producción y las ventas del cannabis”. Ahora mismo hay estados en los que permite el consumo de marihuana con fines médicos pero no recreativos, otros que han legalizado ambos usos y también ciertos territorios en los que es totalmente ilegal.

En un plano en el que precisa el marco normativo de cada uno de los estados a comienzos de este mismo año, la American Nonsmoker´s Rights Foundation (ANRF) calculaba que hay 39 en los que se permite fumar al menos con fines medicinales.

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Mirando al futuro. El resultado de esa diferencia de criterios entre la administración federal y los propios estados deriva en un escenario complejo, reconoce MPP, en el que una persona "puede cumplir un conjunto de leyes sobre marihuana y al mismo tiempo violar otro". Hasta ahora el gobierno federal no ha considerado que la normativa estatal choque con la Cláusula de Supremacía que se pronuncia a su favor en la Constitución, lo que se explica en parte porque el cultivo y la venta recae sobre empresas privadas.

El año pasado el Departamento de Justicia movió ficha para que la marihuana se clasificase como una sustancia menos peligrosa, lo que tendría efectos directos sobre las empresas del sector, reduciendo sus gastos y favoreciendo que muchas sean "rentables", según la propia industria. Con el cambio de gobierno y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca (y su nueva fiscal, Pam Bondi) se abre ahora una incógnita.

¿Y cuáles son las cifras? Al margen del marco legal, los 6.000 millones de deuda a punto de vencer calculados por Whitney nos hablan de algo más: del peso y la implantación que ha alcanzado del sector en EEUU. Los datos de Pew Research Center muestran que ocho de cada 10 estadounidenses (el 79% de la población, para ser exactos) tienen al menos una tienda donde pueden comprar marihuana en su condado.

Es más, el mismo centro de estudio calcula que el 54% de los estadounidenses vive en un estado que permite el uso recreativo de la marihuana y por todo EEUU se reparten cerca de 15.000 dispensarios, especialmente comunes en la Costa Oeste y el Noroeste y puntos como Michigan u Oklahoma.

La firma Flowhub señala de hecho que la industria del cannabis legal está directamente relacionada con 440.400 empleos a jornada completa y que en 2024 el cannabis contribuyó con miles millones de dólares a la economía. De hecho las estimaciones que maneja apuntan a que este ejercicio la industria estadounidense rozará los 45.000 millones de dólares, generando de paso un gran flujo de impuestos en las arcas públicas, superando al alcohol.

Es cannabis... y es economía. Cifras como las de Flowhub ayudan a entender el alcance de la industria del cannabis en EEUU, pero no son las únicas que maneja el sector. Un informe de Grand View Research estimaba que en 2023 el mercado estadounidense del cannabis ascendía a 33.600 millones de dólares y manejaba una previsión de crecimiento con una tasa anual compuesta del 12,1% entre 2024 y 2030. Hoy hay quien vaticina que para 2029 su volumen de mercado rozaría los 50.000 millones.

Imágenes | Elsa Olofsson (Flickr), Cannabis Culture (Flickr) 1 y 2

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