Ocurrió la semana pasada, pero el sobresalto fue tan grande que desde entonces no han parado de sucederse los comunicados con las diplomacias haciendo horas extras tratando de encontrar un punto de encuentro en lo sucedido. Como en Taiwán, Australia se encontró el pasado viernes una situación hasta cierto punto inédita. De repente, una flota de buques no anunciada estaba realizando prácticas de tiro en sus aguas. Se trataba de China, y desde entonces no se ponen de acuerdo.
La alarma. La semana pasada, un grupo de tres buques de guerra chinos (un crucero de clase Renhai, una fragata y un buque de suministro) ingresó a la zona económica exclusiva de Australia sin declarar su propósito (a solo 150 millas náuticas de Sídney). Según el ministro de Defensa australiano, Richard Marles, aunque no era inédito del todo, sí fue "inusual". Y hubo más: el mismo viernes, vuelos comerciales entre Australia y Nueva Zelanda tuvieron que desviarse repentinamente después de que los buques chinos alertaran a los pilotos que volaban sobre una zona de ejercicios con fuego real.
Aunque no se ha confirmado que los disparos ocurrieran el mismo día, la marina de Nueva Zelanda informó que al día siguiente, el sábado, sí hubo actividad de fuego real. Su ministra de Defensa, Judith Collins, expresó su inquietud, especialmente por la falta de comunicación por parte de China. "Lamentablemente, las tensiones han aumentado", afirmó, recordando el reciente lanzamiento de un misil balístico intercontinental chino en el océano Pacífico. Además, admitió que desconocían los próximos movimientos de los buques chinos, lo que ha llevado a su gobierno a pedir explicaciones a la embajada de la nación.
Las preocupaciones. Por tanto, y si bien China no violó el derecho internacional, las autoridades de ambos países han criticado públicamente la falta de aviso anticipado adecuado. No solo eso. El episodio naval ocurre pocos días después de un incidente entre un caza chino y un avión de patrulla australiano en el Mar de China Meridional. Canberra denunció la acción como "peligrosa y poco profesional", mientras que Pekín acusó a Australia de provocación.
La respuesta china y los motivos. El Ministerio de Defensa chino rechazó las acusaciones de ambas naciones, asegurando que emitieron múltiples avisos de seguridad con antelación y acusando a los gobiernos australiano y neozelandés de "exagerar deliberadamente" el incidente. En cuanto a la gran pregunta, los expertos consideran que esta incursión tiene un trasfondo estratégico.
Michael Shoebridge, exfuncionario de defensa australiano, contaba en el Washington Post esta semana que China busca presionar a Australia por sus alianzas militares con Japón, Filipinas y Vietnam, países que tienen disputas territoriales con Pekín. Plus: China está expandiendo su influencia en el Pacífico, intentando consolidar acuerdos de seguridad con pequeñas naciones insulares, lo que preocupa a Australia y Nueva Zelanda. Además, los ejercicios también demuestran la creciente capacidad naval china en un momento en el que busca proyectar más poder en la región.
China en la zona. La presencia de los buques de guerra chinos en el sur del Pacífico se suma a una creciente militarización de la región por parte de Pekín. De hecho, en los últimos años ha aumentado su presencia cerca de Japón, y ha realizado ejercicios con fuego real cerca de Australia o desafiado a Estados Unidos en el Mar de China Meridional. Es más, contaba en Japan Times que el despliegue naval en aguas al este de Australia ha encendido las alarmas en Canberra y Tokio.
Según Andrew Shearer, director general de inteligencia de Australia, esta es la incursión más al sur jamás realizada por un grupo de tareas de la Armada del Ejército Popular de Liberación, y su objetivo parece ser normalizar la presencia militar china en la región.
Evaluar la respuesta aliada. Podría ser otra de las hipótesis que apuntan algunos expertos. Shearer advirtió que China no solo estaba enviando un mensaje a Australia, sino que buscaba evaluar y moldear las respuestas de los países de la región. Según Euan Graham, analista del Instituto Australiano de Política Estratégica, el Ejército Popular de Liberación está calibrando las reacciones de Australia y Japón, ambos aliados clave de Estados Unidos.
"La ausencia de una respuesta firme por parte de Australia o de una declaración de apoyo de Washington solo envalentonará a China para seguir presionando. Su objetivo es normalizar su presencia militar en la región y encontrar fisuras entre Estados Unidos y sus aliados del Pacífico", explicó Graham.
Lo que parece meridianamente claro es que los recientes ejercicios navales con fuego real de China, ahora en el mar de Tasmania, han vuelto a poner de relieve las tensiones en el Indo-Pacífico, en particular en el mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán. Aunque Australia no tiene disputas territoriales directas con China, su creciente presencia naval en la región, junto con sus alianzas con Estados Unidos y otras potencias asiáticas, parece que se ven desde Pekín como un desafío a su influencia.
Imagen | CCTV
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