Las cámaras de los móviles son cada vez mejores y tienen más opciones, pero con estos tres ajustes podemos mejorar muchísimo nuestras fotos sin complicarnos la cabeza. Ahí van:
Utilizar el mejor sensor y objetivo más luminoso de nuestro móvil
Los móviles actuales tienen, como mínimo, dos objetivos asociados a sendos sensores. Por cuestiones de espacio y óptica, no pueden ser iguales. Lo normal es que se le dé protagonismo al sensor principal con su correspondiente objetivo.
Pues bien, si queremos siempre la calidad más alta, el mejor resultado en las escenas nocturnas y la menor cantidad de ruido posible, deberíamos disparar con el sensor más grande que tenga nuestro móvil.
Podemos saberlo mirando en La Cacharrería de Xataka, ahí tenemos todos los datos que podemos necesitar sobre cualquier móvil, incluido el tamaño de los sensores, cuando el fabricante da el dato, claro está. Y si queremos estar seguros, no hay más que descargar Aida64 y en Dispositivos>ID de cámara encontraremos el modelo exacto de sensor.
Hoy en día los sensores empiezan a ser de 1", pero lo normal es que midan entre las 1/2.55″ y las 1/3.4″ de los asociados a un teleobjetivo. Cuanto más grande sea el divisor, la segunda cifra, más pequeño será el sensor.
Pero podemos comprobar la calidad nosotros mismos. Hacemos tantos disparos como sensores tenga nuestro smartphone y luego comparamos las fotografías al 100% de su tamaño. Hay que fijarse en el ruido, en las zonas de luz y en las sombras; y si quieres ir más allá, cómo se ve la nitidez en las esquinas. Te llevarás más de una sorpresa.
Además, con la cantidad de píxeles que tienen ahora de media los sensores principales de los móviles, luego podremos recortar sin problemas para conseguir el aspecto de una fotografía hecha con un teleobjetivo.
Elegir el formato RAW cuando hay buena luz y HEIC cuando escasea
Esto va a ser un poco impopular, porque no es práctico. Salvo que cuentes con un móvil de gama alta como un iPhone 13 Pro. Todo depende de la luz que tengas en cada momento.
Si vas a disparar a plena luz del día, el sol entra a raudales y todo está perfectamente iluminado, dispara siempre en formato RAW, el formato crudo que muchos seguimos utilizando en cámaras más tradicionales. Con este formato, que puedes elegir en la configuración de la cámara, tenemos mucha más información y calidad.
Pero si vamos a hacer fotografías por la noche, en sitios de poca luz, lo mejor será apostar por la fotografía computacional y aprovechar todas las posibilidades que ofrece con el formato jpeg o HEIC. Así nos quitaremos de un plumazo el ruido y los problemas que podemos encontrar en los sensores tan pequeños de los móviles cuando el sol se ha ido.
Normalmente, en la parte superior de la pantalla encuentras el formato en el que estás disparando. Si pulsas sobre él, podrás cambiar de formato sin problemas, aunque comprueba antes si tu teléfono es capaz de disparar en RAW, porque puede que no sea así.
Si tenemos la suerte de tener un iPhone 13 Pro, todo cambia porque tiene el famoso Apple ProRAW, un formato que aúna las ventajas de ambos formatos, la información del formato crudo y la asistencia de la fotografía computacional.
Trabajar con el modo Pro
Otra medida quizá impopular, lo sé. Porque es tan cómodo disparar y listo que no tiene sentido complicarse la vida. Pero si quieres aprovechar todo el potencial de tu móvil es la mejor opción. Exige más atención por parte del fotógrafo, pero los resultados, después de la práctica, son mucho mejores.
Solo hay que activar el modo Pro y controlar dos parámetros: el tiempo de obturación y la sensibilidad. La ventaja enorme, y por lo que es muy fácil manejar estos parámetros, es que la visualización es en directo. Es decir, cualquier cambio se ve en la pantalla. Y tú puedes conseguir lo que quieres.
Sobre todo vas a jugar con el tiempo de obturación. Si pones uno lento, vas a captar más luz; y si lo pones más rápido, vas a captar mejor las luces más intensas, dejando las sombras más escondidas.
Y ya no dependeremos de lo que han decidido los ingenieros por ti cuando disparas en modo totalmente Automático. En este modo, las sombras suelen salir por defecto iluminadas. Y por eso el aspecto es tan poco natural.
Os recomendamos probar estos tres sencillos ajustes. Ya veréis como vuestras fotografías mejoran desde el punto de vista técnico y os podéis empezar a centrar en lo importante, que es elegir buenos encuadres, grandes momentos y perfectas composiciones.