Elon Musk tiene una forma bastante tóxica de mostrar su amor por Twitter. Es la red social que elige para hacer anuncios al mundo, y en repetidas ocasiones ha confesado que le gustan de ella aspectos como la inmediatez y la capacidad para comunicarse directamente con los usuarios, hasta tal punto que ha querido quedársela por completo para sí. Pero, al mismo tiempo, lleva años criticando multitud de aspectos de la plataforma, como sus políticas de moderación, y tras romper el acuerdo para su compra la ha dejado destrozada, al borde del abismo económico.
Con lo buen mozo que parecía. Cuando Musk anunció que había llegado a un acuerdo con los directivos de la red social para adquirirla, parecía el pretendiente ideal para Twitter: popular, innovador, con músculo económico y enamorado de la plataforma. En aquel momento, esa aparente idoneidad disparó el optimismo de los inversores, y las acciones de la empresa, que ya habían experimentado un notable aumento cuando comenzaron los rumores de compra, alcanzaron su valor máximo de 2022: 51,70 dólares por título el 25 de abril, según Google Finance.
Que Musk se quejase en público de la empresa con la que acababa de anunciar su compromiso parecía más anecdótico que preocupante. “Ay, este Elon, lo que le gusta llamar la atención”. Hasta que las cosas se pusieron realmente serias y el 13 de mayo el magnate anunció que congelaba la operación por las dudas sobre el número real de cuentas falsas de la red social. Ese giro provocó que las acciones de la empresa pasasen de los 47,26 dólares el 10 de mayo a 37,39 el 16 de mayo. Tremendo disgusto para los allegados de Twitter, con lo buen mozo que parecía.
Las acciones se hunden. A partir de ese momento las cosas fueron a peor, con cruces de acusaciones sobre la veracidad o no de la información de las cuentas falsas y amenazas de ruptura que, junto con la difícil situación económica por la que atraviesa la economía global, han mantenido el valor de las acciones de Twitter bastante bajo. Finalmente, la ruptura definitiva anunciada el pasado fin de semana ha vuelto a hundir los títulos de la red social hasta los 32,65 dólares.
Esas cifras suponen que en tres meses las acciones de la red social se han hundido un 36,85%, y sólo este lunes un 15,83%. En lo que va de año, los títulos de Twitter han perdido un 51% de su valor.
Y lo peor puede no haber llegado, ya que es previsible que los inversores continúen recelando de Twitter en los próximos meses por dos motivos fundamentales: la mala situación económica mundial, que desincentiva el gasto y ya está afectando a otras tecnológicas, y el prolongado litigio que espera a la red social con Musk, que va a causar mucho ruido e inestabilidad en la empresa a medio y largo plazo. Y ya se sabe, la inseguridad y el alboroto son enemigos del dinero.
Menos ingresos. A la pérdida de atractivo de sus acciones se suma la mala situación económica que atraviesa Twitter, empresa que, como otras tecnológicas cuyos ingresos dependen fundamentalmente de la publicidad, ha visto caer sus ganancias desde que la guerra de Ucrania sacudiese los mercados internacionales e hiciese que las compañías gasten menos en anuncios.
En mayo, el CEO de la red social, Parag Agrawal, comunicó a sus empleados que congelaban las contrataciones ante el descenso de los ingresos publicitarios, y la semana pasada Twitter anunció sus primeros despidos por ese mismo motivo. Y, como sucede en el caso de las acciones, tampoco en este apartado parece que lo peor haya pasado, puesto que el contexto económico desfavorable va para largo y el gasto en anuncios seguirá siendo moderado.
Gasto en litigios. A la pérdida de valor de sus acciones y el descenso de ingresos publicitarios se añade un tercer factor que pone a Twitter al borde del abismo económico: el tremendo gasto en litigios que le espera en el juicio contra Elon Musk para tratar de obligar al magnate a cumplir con el acuerdo de compraventa o, al menos, conseguir los mil millones de dólares de compensación por romper el trato que se estableció en una cláusula del contrato compraventa.
De hecho, en la demanda que ya ha presentado la red social contra Elon Musk en la Cancillería de Delaware, Twitter ha pedido que se haga un tratamiento acelerado del caso para proteger a sus accionistas, según recoge el Wall Street Journal. Asimismo, la empresa especifica que Musk ha creado un riesgo comercial para Twitter y una presión a la baja sobre el precio de sus acciones, acusaciones que los de Parag Agrawal esperan que sirvan como agravantes contra el magnate sudafricano.
De salir bien el juicio para Twitter, la compra o el pago de la compensación resolverían el problema, pero si pierde, la red social tendrá que sumar los gastos de los juicios a unas cuentas cada vez más exiguas. Flaco favor el que ha hecho Musk a su, en teoría, querida red social.
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