El sorprendente (pero merecidísimo) éxito de 'Undone', la maravilla animada de Amazon Prime Video producida por algunos de los responsables de 'BoJack Horseman', ha hecho que se vuelva a hablar de la técnica de la animación por rotoscopio. Un invento cuyos orígenes se remontan a los inicios del arte de la animación y del cine mismo, que todos los pioneros emplearon en algún momento de sus carreras y que se ha ido sofisticando hasta convertirse en una herramienta más al alcance de los animadores digitales.
Técnicamente y en esencia, es tan sencillo, rudimentario e infalible como un sistema para "calcar" grabaciones de actores reales en el celuloide (o pantalla, si hablamos de digital), consiguiendo así animaciones realistas. En sus inicios el rotoscopio era literalmente eso: un sistema que proyectaba fotogramas de actores reales filmados previamente y que los artistas replicaban en una lámina de celuloide transparente. La proyección de las imágenes podía efectuarse desde detrás de la mesa de dibujo o desde encima.
Aunque Max Fleischer es el inventor del sistema en sí, hubo precedentes a finales del siglo XIX: las secuencias cronofotográficas de Eadweard Muybridge, pintadas en discos de cristal, para el aparato que Muybridge llamaba el "zoopraxiscopio". El sistema usaba como base, entre otros, la famosa serie de fotos 'Sallie Gardner at a Gallop', un clásico del estudio del movimiento, que habían sido calcadas y que al ser reproducidas a gran velocidad daban la sensación de movimiento, al estilo del kinetoscopio de Edison.
El rotoscopio (denominado originariamente "Proceso Fleischer") nació solo un año después de la llegada de los cortos animados a las salas de cine, en 1915. Nació del deseo de Max Fleischer de generar animaciones realistas después de ver que los primeros cortos no tenían movimientos demasiado naturales, salvo excepciones como el alucinante 'Gertie the Dinosaur' de Winsor McCay. Fleischer, que por entonces trabajaba de ilustrador técnico para catálogos de electrónica, rodó así las primeras aventuras de Koko el payaso usando como referencia a su hermano Dave, que trabajaba de esa guisa en Coney Island.
Los orígenes del rotoscopio: Fleischer y Disney
Entre 1919 y 1921 Fleischer logró al fin sacar adelante su primera colección de cortos protagonizados por Koko, 'Out of the Inkwell', que vistos hoy suponen un insólito atrevimiento no solo por su acabado técnico, sino también sus argumentos, rompiendo constantemente la cuarta pared y con Fleischer a menudo interviniendo como coprotagonista, demiurgo y creador del personaje. Pese a lo laborioso de la técnica y que el rotoscopio se había inventado originariamente para ahorrar procesos, no para complicarlos, los Fleischer (junto a un tercer hermano, Joe, que construyó la máquina) fundaron un estudio de animación donde buena parte de las producciones usaban la técnica.
La cima del empleo del rotoscopio por parte de los Fleischer estuvo en algunas de sus producciones más famosas. Destacan de entre todos ellos los míticos cortos de Popeye, aún hoy asombrosos por su dinamismo, violencia e imaginación, y los cortos de Betty Boop que contaron con la colaboración de Cab Calloway, de quien se rotoscopiaron los bailoteos ('Minnie the Moocher', 'Snow White' y 'The Old Man of the Mountain').
Otra producción Fleischer con uso intensivo del rotoscopio llegó en los años cuarenta, con sus cortos animados de Superman, llenos de influencias expresionistas y del cine negro. Toda la obra de los Fleischer demuestra que el rotoscopio es más que una técnica de calcado: hay hueco -y es necesario- el concurso de un animador, y como demuestran Popeye, Betty Boop y Superman, el uso del rotoscopio se enriquece a golpe de creatividad.
Después de que la patente de exclusividad del rotoscopio expirara en 1934, Disney adoptó la técnica en 1937 para realizar el primer largometraje animado de la historia, 'Blancanieves y los siete enanitos'. Sirvió para que los animadores tuvieran actores reales de referencia, y no a sí mismos frente a un espejo, como era habitual. Disney se enfrentó varias veces a su equipo (que en muchos casos no eran estrictamente animadores, sino caricaturistas de prensa) por el empleo de una técnica que los artistas consideraban "trampa", pero finalmente aceptaron por la indiscutible consistencia entre distintos animadores que daba el empleo del rotoscopio.
Rotoscopio alrededor del mundo
La técnica se popularizó y más animadores la fueron usando, aunque debido a la meticulosidad que exigía, a menudo se empleaba solo en escenas clave, con algunos casos tan curiosos como el león de la Metro al principio del corto de The Captain and the Kids 'Petunia Natural Park'. Disney lo incluyó como herramienta habitual en sus largometrajes, como se puede ver en estas imágenes del redditor jamieleto en las que fundió las contrapartidas animadas y reales de muchos largometrajes de la casa. Sin embargo, curiosamente, el rotoscopio encontró un uso muy amplio fuera de su país de origen.
Por ejemplo, en 'Princess Iron Fan', de 1941, primer largometraje animado de la historia de China y basado en la popularísima novela del siglo XVI 'Journey to the West'. En Rusia llegó a convertirse casi en una herramienta propagandística en las décadas de los cuarenta y cincuenta, ya que el realismo que proporcionaba a la animación no contradecía el ideario del régimen. Se usó para adaptar sobre todo fábulas y leyendas populares, algunas de éxito internacional como 'The Night Before Christmas'
Ralph Bakshi y el rotoscopio independiente
Significativamente, el empleo de la rotoscopia en el tema 'Lucy in the Sky with Diamonds' dentro de la película 'Yellow Submarine' de The Beatles supuso un significativo jalón simbólico en 1968. Desde entonces, oficialmente, el rotoscopio podía ser una herramienta para la animación para adultos, independiente y ajena a las grandes producciones infantiles. Uno de sus defensores fue Ralph Bakshi, el histórico animador que produjo en 1972 'El gato Fritz', la primera película animada clasificada X.
Varias de sus películas a lo largo de los setenta y los ochenta emplearon la técnica con muy reconocibles resultados. La primera fue 'Los hechiceros de la guerra (Wizards)', una película de fantasía que Bakshi quería usar como prueba de que igual que películas para adultos, podía generar producciones familiares al estilo Disney. Usó el rotoscopio para completar las secuencias de acción, usando como referencia películas mudas con escenas de batallas, como 'Alexander Nevsky' de Eisenstein.
Pero su aportación a la técnica no se quedó ahí. Su siguiente proyecto, en la misma linea, fue una adaptación animada de 'El señor de los anillos' de Tolkien, y decidió rodar la película entera en imagen real y animarla posteriormente con el rotoscopio. Las escenas en imagen real se rodaron en España, y el resultado es sencillamente fabuloso. Por desgracia y pese a la buena taquilla, nunca se rodó una segunda parte que habría completado la historia original.
Su siguiente película con rotoscopio fue algo más personal: 'American Pop', que seguía la historia de cuatro generaciones de músicos judíos, solapándose con la historia de la música pop. Incluso superior fue 'Tygra: Hielo y fuego', una explotación de 'Conan el bárbaro' en la que contó con la colaboración de su amigo, el ilustrador Frank Frazetta. El resultado fue sensacional y conformó la mejor película del director, a la que los diseños siniestros y violentos de Frazetta y la animación rotoscópica consiguiente sentaron como un guante.
Nuevos impulsos: el rotoscopio digital
Aún hubo rotoscopio de gran popularidad en los ochenta, de momentos específicos en películas de Don Bluth como 'Fievel y el nuevo mundo' a una de las aplicaciones de la técnica mas populares de la historia: el videoclip de 'Take on me' de A-Ha. El salto a lo digital se dio a mediados de los noventa, gracias al desarrollo de una técnica de "rotoscopio interpolado" a manos del animador experto en ordenadores Bob Sabiston.
El visionado del corto 'Snack and Drink' de Sabiston dio al cineasta Richard Linklater la idea de aplicar ese programa inspirado en el rotoscopio en sus películas 'Waking Life' y 'A Scanner Darkly', en 2001 y 2006. Ambas supusieron un salto adelante no solo por las implicaciones técnicas, sino por el propio uso conceptual que daban al rotoscopio, pese a que los ajustados presupuestos de ambas dieron no pocos dolores de cabeza, especialmente en el caso de la segunda de ellas, que pasó por una postproducción infernal.
Ambas entendieron las posibilidades plásticas y expresivas del rotoscopio y lo aplicaron a argumentos que explotaban la idea de un mundo líquido, volátil. La primera hablando sobre los sueños lúcidos y la confusiones de la realidad y lo onírico y la segunda parte adaptando a Philip K. Dick, el autor que hizo que lo tangible se derritiera ante el lector. En ambos casos el rotoscopio permite que el núcleo de lo que se ve en pantalla sea hiperrealista mientras que la creatividad del animador puede manipular el resto, en un contraste brutal.
A algo similar juega la reciente y extraordinaria serie 'Undone', la primera realizada íntegramente con el procedimiento. Su argumento, acerca de una joven que, tras un accidente de tráfico, comienza a ver a su padre muerto y a dudar de que lo que ve sea real, encuentra una réplica perfecta en el rotoscopio, que permite que escenarios y personajes muten gracias a la magia de la animación, pero sin perder de vista el anclaje ultrarreal. Una excelente aportación a la técnica que demuestra que el rotoscopio, que nació y evolucionó parejo al mismo cine, aún tiene mucho que descubrirnos.
Ver 9 comentarios