Aunque fue en 2014 cuando asistimos al lanzamiento de los primeros auriculares completamente inalámbricos (que surgieron, por cierto, de una campaña en Kickstarter), no fue hasta 2015-2016 cuando se hicieron mainstream con el lanzamiento de los AirPods, los Gear IconX de Samsung y los VerveOnes+ de Motorola. Mucho ha llovido desde entonces y hoy, cinco modelos después, seis si contamos los Max, ya tenemos entre nosotros los AirPods Pro de segunda generación.
Los nuevos TWS de Apple vienen a reconfirmar la posición de la compañía de Cupertino en el terreno del sonido inalámbrico. Lo hacen con una evolución sutil por fuera, pero interesante por dentro, con una cancelación de ruido soberbia, una integración con el ecosistema de Apple buenísima y algunas cosas que no terminamos de comprender demasiado bien. Sin más dilación, vamos con su análisis.
Ficha técnica de los AirPods Pro (2ª generación)
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AirPods Pro (2ª generación) |
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Dimensiones y peso |
Auriculares: 30,9 x 21,8 x 24 mm - 5,3 gramos Estuche: 60,6 x 45,2 x 21,7 mm - 50,8 gramos |
unidad de diafragma |
Transductor a medida de alta excursión de Apple |
sonido |
Amplificador a medida de alto rango dinámico |
conexión |
Bluetooth 5.3 (SBC, AAC) Chip H2 en auriculares Chip U1 en estuche de carga |
compatibilidAD |
iPhone 6s Plus en adelante Mac finales de 2012 en adelante iPod touch (7ª generación) iPad (5ª Generación) en adelante Apple Watch Series 1 en adelante Apple TV HD y 4K |
BATERÍA |
N/D |
AUTONOMÍA |
Auriculares: hasta 6 horas Estuche: hasta 30 horas |
CARGA DEL ESTUCHE |
Carga rápida Lightning Carga inalámbrica MagSafe |
EXTRAS |
Cancelación de ruido activa adaptativa Ecualización adaptativa Modo de sonido ambiente adaptativo Control gestual Sensor de piel 2 x micrófonos beamforming 1x micrófono interior Compatibilidad con Siri Resistencia IPX4 Estuche con altavoz y ranura para correa Conexión multipunto (dispositivos Apple) |
precio |
AirPods Pro (2.ª generación)
Diseño: sin cambios a la vista, para bien
Soy usuario de los AirPods Pro. Es cierto que, por motivos de trabajo, suelo cambiar de auriculares cada poco tiempo para analizarlos, pero cuando no tengo ningunos entre manos siempre vuelvo a los AirPods Pro. Son auriculares que conozco bien, que tengo bastante "sobados" y que no he podido olvidar durante el tiempo que he estado probando sus sucesores.
¿Por qué? Porque, aunque hay detalles que permiten identificar rápidamente los AirPods Pro de los AirPods Pro 2, son idénticos en tamaño, forma, peso y sensaciones. Apreciaremos la diferente disposición de los micrófonos y sensores que la caja es ligeramente más pesada, pero por lo demás, iguales. Tan iguales que puedes encajar los primeros en el estuche de los segundos y viceversa.
Los auriculares están acabados en plástico, pero hay plásticos y plásticos, y los AirPods Pro 2 son de los segundos. Se notan bien rematados, robustos y resistentes, aunque no he tenido la desgracia de poner a prueba su resistencia a las caídas.
Lo que sí he probado y disfrutado es su ergonomía. Los AirPods Pro son de los auriculares más cómodos que he probado y los AirPods Pro 2 repiten sin lugar a dudas. Son cómodos, encajan perfectamente en la oreja y en ningún momento dan la sensación de que se vayan a caer. Personalmente, los he podido llevar durante varias horas y nunca he tenido esa sensación de dolor en la zona superior de la oreja que sí he tenido con otros auriculares.
Para ello es importante usar una de las gomillas de silicona que vienen incluidas (ahora son de cuatro tamaños en lugar de tres, habiendo una nueva almohadilla XS). Las nuevas almohadillas son algo menos densas que las de los auriculares de primera generación y son las que recomendamos usar. ¿Se pueden poner las de los AirPods Pro originales? Sí. ¿Se nota el cambio? No. ¿Apple recomienda que usemos las que vienen incluidas en la caja? Sí.
En la zona del mástil tenemos el sensor táctil, que ahora tiene una nueva función: el control de volumen deslizando hacia arriba o hacia abajo. Nada nuevo realmente, pero es una pequeña y útil mejora. Más adelante hablaremos de los gestos. En la parte inferior del cabezal, además, tenemos el sensor de piel, algo que hereda de los AirPods 3 y que ayuda a que la detección de posición sea más precisa.
Por lo demás, los auriculares per se son casi idénticos a los modelos anteriores. Es una buena noticia, al menos en este caso, ya que si algo funciona, es mejor no tocarlo. Los AirPods Pro ya eran cómodos, accesibles y versátiles. No hay razón para tocar algo que funciona. Por dentro la cosa cambia, pero ahora llegaremos a eso.
Donde sí hay cambios en el estuche. Es algo más pesado que el modelo anterior (nada fuera de lo normal) y tiene varias implementaciones curiosas. La primera es un altavoz que nos permite encontrar el estuche si lo perdemos (gracias Apple, de verdad). La segunda es el chip U1, que podemos usar para buscarlos con más precisión (cual AirTag) y la tercera una ranura para colocar una correita. Como los auriculares, el estuche tiene resistencia IPX4.
El estuche se siente robusto, bien rematado y el cierre imantado es sensacional. Es compatible con carga MagSafe, carga inalámbrica Qi y carga cableada... con un cable Lightning. Estamos en 2022, va siendo hora de dar el salto a USB tipo C (en los auriculares y en los iPhone, ejem, ejem). Bromas aparte, la caja sí ha cambiado y en ella sí se aprecia una mejora.
Experiencia: básica, pero funcional
Si hay algo de lo que sabe Apple es de hacer (ciertas) cosas muy sencillas. La configuración de los accesorios, por ejemplo, es sensacional. Como sucede con los AirTags, el Apple Watch y cualquier dispositivo del ecosistema Apple, basta con abrir la caja para que el iPhone los detecte, se configuren y empiecen a funcionar. Y eso mismo se aplica a los AirPods Pro 2. Configurarlos no podría ser más sencillo.
Una vez hemos configurado los auriculares (que es algo que lleva un par de segundos a lo sumo) aparecerá un (nuevo) acceso directo en los ajustes que nos permitirá hacer algunas cosas, como consultar el estado de la batería de los auriculares (en conjunto, no por separado) y del estuche.
Asimismo, podremos configurar la pulsación prolongada para usar el control de ruido o invocar a Siri (a la que podemos invocar con un simple comando de voz), probar el ajuste de las almohadillas, activar o desactivar el sonido ambiente adaptativo, la detección de oreja, qué micrófono queremos que funcione, activar o desactivar la carga optimizada y la red de Buscar.
Así pues, los AirPods Pro carecen de cosas elementales como, por ejemplo, un ecualizador. Tampoco podemos configurar el comportamiento de todos los gestos, solo la pulsación prolongada. Los ajustes son muy sencillos y siguen esa filosofía de Apple de "plug and play".
Como novedad, Apple ha tomado prestada la idea de Sony de personalizar el perfil de audio según nuestra oreja. Para ello, hemos de seguir un proceso similar al de la configuración de FaceID, enfocando la cámara a nuestra cara y orejas para que las analice y genere un perfil personalizado para el sonido espacial. Como veremos más adelante, esto es algo curioso, pero a mí, personalmente, no me termina de convencer del todo.
En lo referente a gestos, los AirPods Pro de segunda generación detectan muy bien nuestras acciones y añaden una novedad: la posibilidad de subir y bajar el volumen deslizando hacia arriba o hacia abajo. Al hacer este gesto subiremos el volumen en un punto y, además, escucharemos un agradable "tic" confirmando la acción. También funciona realmente bien la detección de posición.
Finalmente, destacar que no hemos notado el más mínimo ápice de latencia al escuchar música, jugar o ver contenido multimedia. Los AirPods Pro de segunda generación consiguen ofrecer esa experiencia tan básica, pero funcional, a la que Apple nos tiene acostumbrados. Y eso es algo que gustará a muchos, pero no a todos.
Calidad de sonido: un aroma familiar
Pero vayamos al meollo del asunto, el sonido, no sin antes darle un tirón de orejas a los de Cupertino. ¿Os acordáis de ALAC? Siglas de Apple Lossless Audio Codec, es un códec de audio capaz de transmitir en resoluciones que van desde los 16 bits/44,1 kHz (calidad de CD, vamos) hasta 24 bits/192 kHz. Suena de locos, ¿verdad? Y más teniendo todo el catálogo de Apple Music codificado con ALAC. Pues los AirPods Pro de segunda generación no lo usan.
Los auriculares se conforman con AAC (limitado a 256 kbps), un códec ya conocido por todos y que, si usáis un iPhone, lleváis usando desde hace muchísimo tiempo sin daros cuenta. Y es que llevar el sonido sin pérdidas por conexiones Bluetooth es complicado no, lo siguiente. Se está trabajando en ello, pero todavía habrá que esperar.
A lo que quiero llegar con esto es a que no busquéis reproducir música sin pérdidas con los AirPods Pro de segunda generación, porque no lo vais a conseguir. Si tenéis un iPhone, la única forma de escuchar audio sin pérdida es con unos auriculares cableados y, si queremos pasar de los 48 kHz, con un DAC adicional.
Ahora bien, las cosas como son. Hay que tener el oído muy entrenado, un entorno bien habilitado y un equipo más que decente para disfrutar del audio sin pérdida. Lo más probable es que el usuario tipo de auriculares TWS no aprecie la diferencia, y más si escucha música de Spotify, Apple Music, etc., por la calle. No es un drama que los AirPods Pro de segunda generación no soporten ALAC, pero personalmente me quedo con las ganas de probarlo.
Dicho lo cual, ¿cómo se escuchan estos auriculares? Nosotros hemos usado los AirPods Pro de segunda generación conectados a un iPhone 14 Pro para escuchar nuestra biblioteca de música en Apple Music (te regalan seis meses de Apple Music con los auriculares y es una buena forma de probar el sonido Dolby Atmos, aunque también se usan los formatos 5.1 y 7.1).
El sonido de los AirPods Pro 2 es prácticamente idéntico al de los AirPods Pro originales. Se aprecian ciertas mejoras en la representación de los extremos del espectro de frecuencia, pero nada excesivamente dramático. Aprecio una mejor claridad en las canciones, sobre todo en temas de rock como 'Bloody Valentine' (Machine Gun Kelly), y unos bajos ligeramente más pronunciados, pero la diferencia con respecto a la generación anterior es mínima.
Las frecuencias medias también se reproducen con claridad nitidez, pudiendo separar sin problema las voces de los cantantes de los instrumentos del fondo. De hecho, cerrando los ojos y concentrándose es fácil situar la escena sonora de cada canción, un buen reflejo de la calidad de sonido que nos ofrecen estos auriculares.
No voy a decir que son los mejores que he tenido ocasión de probar porque sería mentir, sobre todo teniendo ahí los Sony WF-1000XM4, los FreeBuds Pro 2 de Huawei, los OPPO Enco X2 y otras tantas alternativas, pero lo cierto es que se quedan en la parte alta de la tabla.
Algo que, personalmente, me gusta mucho es que son unos auriculares muy versátiles. Rinden muy bien con música, rinden muy bien con podcasts y rinden muy bien en llamadas, con un micrófono bien trabajado. Son unos auriculares muy redondos que, sibaritas del audio aparte, cumplen con creces en todos los casos de uso.
Por último, comentario sobre el sonido espacial con el seguimiento de cabeza. Tiene su punto y es curioso que, cual auricular Sony, podamos usar FaceID para analizar nuestra oreja y crear un perfil personalizado. Funciona bien en las canciones y contenido compatibles, pero a mí, personalmente, me desconcentra. Es algo llamativo y funciona realmente bien, pero yo, personalmente, prefiero que todo se quede en su sitio aunque mueva la cabeza. Cuestión de gustos.
Cancelación de ruido: Apple, buen trabajo
Si bien es cierto que el sonido ha mejorado ligeramente, donde realmente se aprecia la mejora es en la cancelación de ruido. La de los AirPods Pro nos gustaba bastante, pero con los años quedaban lejos de lo que ofrecen otras alternativas en el mercado. Ahora, la segunda generación de AirPods Pro vuelve a la carga y lo hace de qué manera.
En el interior de los AirPods Pro encontramos el chip Apple H2. Este chip funciona junto al amplificador y el transductor para reproducir el sonido, pero también se encarga de darle vida a los algoritmos computacionales encargados de la cancelación de ruido y el modo ambiente. Y aquí sí que sí hemos notado una mejora importante.
Los auriculares no solo anulan el ruido típico de casa, sino que en la calle he sido incapaz de escuchar hasta la conversación que estaba teniendo una familia a mi lado en un paso de peatones. ¿El ruido de los coches? Ni está ni se le espera. ¿El del viento? Sé que hacía viento porque lo notaba en la cara, pero no entraba ni el más mínimo ápice de ruido.
Es cierto que no es la misma cancelación de ruido que ofrecen, por ejemplo, los Sony WF-1000XM4 ni, por supuesto, los AirPods Max (por motivos evidentes), pero sí es verdad que se queda en la parte alta de la tabla. Los AirPods Pro de segunda generación saben lo que se hacen y nos hemos quedado con un muy buen sabor de boca.
Pero si hablamos de cancelación de ruido tenemos que hablar de modo ambiente (ahora adaptativo) que sigue siendo mágico. Si a estas alturas de la película todavía no hemos probado unos auriculares que tengan un modo ambiente similar al de los AirPods Pro, seguramente nos quede un tiempo para encontrar unos que igualen a los AirPods Pro de segunda generación. Si antes el resultado era espectacular, ahora lo es todavía más.
Según Apple, el chip H2 procesa el sonido 48.000 veces por segundo, algo que es imposible de comprobar por nosotros mismos. En cualquier caso, la idea es que los auriculares detectan los sonidos fuertes y los atenúan no para cancelarlos, sino para que no nos revienten los tímpanos. Pensemos, por ejemplo, en ir andando por calle con el modo ambiente activado y exponernos a una obra o a la sirena de una ambulancia.
De forma realmente rápida, los auriculares anulan ligeramente este sonido más alto de lo normal y, de hecho, si tenemos un Apple Watch podremos ver una comparativa con los decibelios reducidos por los AirPods Pro de segunda generación y los decibelios reales. Esto sí que es un punto y sí que se agradece en el día a día.
En cuanto a tener conversaciones, seguimos pensando que lo mejor es quitarse los auriculares, pero con el modo ambiente es más que viable dejárnoslos puestos mientras hablamos con otra persona. Escuchamos su voz con nitidez sin problema, como ningún otro par de auriculares nos ha permitido.
Batería: en la media
Nos acercamos al final de este análisis, no sin antes hablar de la batería. Y aquí tenemos una buena noticia. ¿Por qué? Porque hay una mejora evidente en términos de computación y los auriculares nos ofrecen una autonomía ligeramente superior a la de la generación anterior.
Apple no desvela el amperaje de las baterías de sus dispositivos, pero sí nos promete seis horas de autonomía con la cancelación de ruido activa. Según nuestra experiencia, esta promesa se cumple sin problema. Dependerá mucho del volumen que pongamos o de si explotamos el seguimiento de cabeza, pero si usamos los auriculares a un volumen del 60-70% es posible alcanzar las cinco horas y media largas.
No es una mala autonomía, ni mucho menos, pero tampoco está por encima de la media. Seis horas es, más o menos, "lo normal" en este tipo de dispositivos. A esa autonomía hemos de sumarle la carga del estuche, con la que podemos conseguir alrededor de 30 horas de autonomía total. Es una mejora interesante, aunque no espectacular, con respecto a la generación pasada.
Por otro lado, el estuche se puede cargar de forma inalámbrica (Qi, MagSafe y hasta el cargador de un Apple Watch) o mediante cable (Lightning). El abanico de opciones es amplio, pero a estas alturas va siendo hora de que Apple de el salto al USB tipo C de una vez por todas.
Apple AirPods (2ª generación), la opinión de Xataka
Apple ha hecho los deberes donde tenía que hacerlos. Si bien es cierto que los AirPods Pro de segunda generación siguen teniendo margen de mejora (nada de ALAC y un sonido muy bueno, pero no demasiado mejor que la generación anterior), hay novedades que destacan por sí mismas y que son motivos para, como mínimo, prestarles algo de atención.
El nuevo estuche está realmente bien; se agradece el altavoz y la integración con Buscar. La cancelación de ruido ha mejorado muchísimo y el modo ambiente sigue a años luz de la competencia. La batería ha mejorado un pelín, aunque sigue en la media. Básicamente, es una mejora incremental de la generación anterior.
La pregunta, por lo tanto, es si merecen la pena. La respuesta, como siempre, es "depende". Si quieres los mejores auriculares TWS con cancelación de ruido de Apple o si tienes unos AirPods normales y quieres dar el salto a la ANC, sí, por supuesto, aunque por 300 euros hay opciones muy jugosas que merece la pena contemplar.
Si tienes unos AirPods Pro originales, seguramente puedas vivir sin las mejores que nos ofrecen los nuevos modelos de la compañía de Cupertino. Sea como fuere, y viéndolos como un producto aislado, los AirPods Pro de segunda generación se quedan en la parte más alta de la tabla y puedo decir, con total seguridad, que son, dentro de los auriculares caros, una apuesta más que segura.
8,8
A favor
- La cancelación de ruido ha mejorado muchísimo.
- El estuche tiene altavoz y se integra con Buscar. Se acabó perder los auriculares.
- Se escuchan bastante bien, como ya lo hacían sus antecesores.
En contra
- 299 euros es un precio elevado.
- El estuche sigue teniendo puerto Lightning.
- Carece de funciones elementales, como un ecualizador o un códec de más resolución que AAC.
AirPods Pro (2.ª generación)
Estos auriculares han sido cedidos para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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