Unos científicos de una Universidad Chiao Tung, en Taiwan, están desarrollando una pantalla si ángulos de visión muertos, solucionando así uno de los mayores problemas de estos dispositivos.
Funciona de la siguiente forma: este aún prototipo de pantalla dispone de una cámara (todavía muy grande, pero que miniaturizarán para integrarla en el marco del monitor) que controla dónde se encuentra el usuario, y más concretamente su cabeza. Dependiendo del ángulo que capture, el dispositivo variará el brillo y el contraste de cada píxel de la pantalla, aumentando o disminuyendo sus valores según sea necesario y, recordemos, según la posición del individuo.
Quizá a primera vista pueda parecernos algo revolucionario, aunque parémonos a pensar por unos segundos: generalmente, cada ordenador tiene un único monitor y un usuario, que suele estar frente a la pantalla y que no debería generar problemas de ángulos muertos. Estos usuarios no estarían interesados por una de estas pantallas de nueva tecnología dado que no tienen problemas;
Otro grupo, muchísimo más reducido que el anterior pero más profesional serían aquellos que utilizan varias pantallas, para los que tampoco debería haber grandes problemas dado que las pantallas se sitúan formando un leve ángulo, teniendo así una vista del monitor más directa.
Y los únicos a los que yo sí veo alguna utilidad más concreta serían aquellos que no tienen la pantalla justo enfrente suyo, sino que se están moviendo por una habitación, como pueden ser las enfermeras de un hospital o los mecánicos de un taller; o aquellas lugares cuyos ordenadores están destinados a varias personas, como pueden ser academias o diversos ámbitos docentes, por ejemplo.
Vía | DailyTech. Más información | NewSciencist.
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