Audi apostó al coche eléctrico. Ahora ni tiene coches con los que competir ni un plan a corto plazo

  • Audi ha retrasado sus coches eléctricos y ahora se encuentra por detrás de la competencia

  • Cuando necesita volver a vender, el mercado se está enfriando y en China han perdido demanda

Marzo de 2021. Euro 7 señala el fin de los motores de combustión: un estricto límite que ha llevado a Audi a abandonar sus desarrollos en diésel y gasolina. Es la fecha y el nombre del artículo con el que mi compañero Enrique Pérez explicaba que la compañía premium germana se despedía por completo de los propulsores de combustión, a los que dejaría morir en favor del eléctrico.

Dos años y medio después, los países europeos han certificado que Euro 7 será mucho más laxa de lo previsto inicialmente. El Grupo Volkswagen tiene un enorme problema estructural de plataformas y desarrollo de software. Y, en mitad del ojo del huracán, Audi ve cómo todo gira a su alrededor a una velocidad de vértigo y no puede moverse.

El conglomerado automovilístico germano está teniendo graves problemas en su transición al coche eléctrico. La idea inicial pasaba por repartir los modelos eléctricos en dos grandes grupos de plataformas temporales que terminarían por converger en la denominada SSP, escalable a todo tipo de vehículos y que debería centralizar las funciones de conducción autónoma más avanzadas hasta el momento.

Por el camino, a Audi le tocaba la plataforma PPE, pensada exclusivamente para el Porsche Macan eléctrico y el Audi Q6 e-tron. Con tres plataformas por alimentar, Cariad, encargada del desarrollo de software, no ha podido dar salida a los diferentes modelos. Y, además, ha decepcionado en otros que sí han salido al mercado. Dos años después de que Audi confirmara que se centraría en los modelos completamente eléctricos, ha tenido que retrasar reiteradamente sus lanzamientos y, además, ha acabado acudiendo a China en búsqueda de auxilio.

Volkswagen necesita resolver el problema de Audi

Aunque no sea la marca que más ventas genere, Volkswagen necesita urgentemente sacar a Audi de su estancamiento. La compañía de los cuatro aros ha sido durante años una de las más rentable de todo el conglomerado automovilístico, junto a Porsche.

Mientras que Volkswagen ha visto cómo su margen operativo se derrumbaba en los últimos meses y esperan aumentarlo progresivamente hasta, al menos, el 7,5%, en Audi se han seguido moviendo en márgenes del 13% y se aspira a que el conglomerado que forma junto a Porsche, Lamborghini y Bentley alcancen una media del 14%.

El problema para Audi es el corto plazo. Su idea pasaba por abandonar definitivamente el desarrollo de motores de combustión en 2026 y vender sólo coches eléctricos en 2033. Sin embargo, ya empiezan a replantearse la estrategia y desde la compañía avisan que pueden venir cambios.

Su CEO, Gernot Döllner, quien ha tomado las riendas de la compañía recientemente aupado por la llegada de Oliver Blume a lo más alto del Grupo Volkswagen, ha confirmado que la producción de coches eléctricos no será tan alta como esperaban.

Desde la compañía achacan la decisión a un enfriamiento mundial en la demanda del coche eléctrico, lo que ha impulsado un ahorro de costes generalizado en todo el Grupo Volkswagen. Aseguran que la combinación de motores de combustión, híbridos enchufables y eléctricos les posiciona en una situación "sólida y flexible".

Sin embargo, desde Bloomberg recuerdan la dependencia que tiene Audi de las motorizaciones diésel, un tipo de propulsores que no deja de perder terreno. Al mismo tiempo, BMW y Mercedes han ido lanzando modelos eléctricos en todos los segmentos, mientras que Audi sólo ha podido colocar en el mercado el e-tron, ahora Q8 e-tron y el e-tron GT en la gama alta. Como acceso a la gama, el Audi Q4 e-tron (también con carrocería coupé) gira ya en torno a los 60.000 euros. Un coche, eso sí, que ha sido actualizado recientemente. 

Para entender los motivos por el que el mercado del coche eléctrico se está enfriando, hay que mirar a la parte alta de la oferta. De momento, los fabricantes no ofrecen vehículos a precios asequibles y la parte alta de la oferta, por la que habían comenzado la mayor parte de los fabricantes, empieza a estar satisfecha. Ahí, BMW y Mercedes han ganado la partida a la firma de los cuatro aros.

En esa gama premium que está por debajo de los vehículos de mayor coste, entre los 40.000 y los 60.000 euros, Tesla ha abierto un enorme hueco. Su combinación de coche tecnológico, autonomía, prestaciones y precio ha conquistado a buena parte de los clientes potenciales con los Tesla Model 3 y Model Y.

A esto se suma que Alemania, que daba ayudas a la compra a vehículos de hasta 65.000 euros, ha retirado las subvenciones de la noche a la mañana, aunque 2024 debía ser el último año en el que estuvieran activas. En China, Audi ha ido perdiendo a pasos agigantados y ha tenido que asociarse de nuevo con SAIC para lanzar una plataforma que aumente la rentabilidad en los nuevos modelos y se acerque más a lo que espera el mercado chino.

Audi se encuentra en mitad del ojo del huracán. El obligado inmovilismo por los continuos retrasos de sus lanzamientos le está dejando en fuera de juego. Al mismo tiempo, todo a su alrededor gira demasiado deprisa, apostando por un mercado que se enfría, con los competidores avanzando a pasos agigantados y un grupo que se ve obligado a imponer duros recortes en el gasto. Un grupo que, además, necesita de un buen rendimiento de la compañía. No parece el mejor de los escenarios.

En Xataka | Volkswagen ante la ineludible realidad: no hay poca demanda de coche eléctrico, hay poca demanda de Volkswagen

Foto | Audi

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