El "apaño" del Ayuntamiento ha recibido fuertes críticas desde todas las esferas: una piscina infantil
La Fontana di Trevi en Roma se ha convertido, muy a su pesar, en un signo de nuestros tiempos. Hablamos, por supuesto, del turismo de masas. En el mes de septiembre contamos que es tal la afluencia de público a este icónico espacio de la ciudad eterna que el Ayuntamiento, muy al estilo de Venecia, tomó nota para recaudar un poco más. ¿Cómo? Cobrándoles por acercarse, literalmente. El problema es que está de reformas, pero las arcas municipales no se han quedado de brazos cruzados.
Primero fue la reserva. Como explicamos, la propuesta de hace tan solo unas semanas consistía en implementar un sistema de reservas (gratis para los romanos) y una tasa “para poner orden”, se deslizaba desde el Consistorio. Y no es nuevo. Hace años, antes de la pandemia, la ciudad anunció la intención de prohibir el consumo de comida y bebidas en puntos icónicos de la ciudad, como la Fontana di Trevi o las fuentes de la Piazza Spagna y Piazza Navona.
Si la nueva medida salía adelante, a partir de ahora, además de arrojar unas monedas a la fuente para cumplir con la tradición, deberás reservar y pagar una tasa de un euro (si no eres de Roma). El problema, como decíamos al inicio, es que el enclave está de reformas, aunque eso ya tiene solución.
Tirar monedas en una piscina infantil. Así lo describen los numerosos visitantes que han acudido estos días a la zona. La ciudad ha instalado una pequeña piscina temporal frente a la Fontana di Trevi, permitiendo así que los turistas mantengan viva la tradición de lanzar monedas mientras la emblemática fuente está vacía por trabajos de restauración. Por supuesto, también recaudando.
Sin embargo, la estructura ha recibido fuertes críticas por su apariencia improvisada y poco atractiva. Rodeada por un cerco de plástico transparente y sostenida sobre una base de madera sin terminar, la piscina se asemeja más a una instalación provisional de Leroy Merlin que a un sustituto digno de uno de los monumentos más icónicos de Roma. Además, el cerco ciertamente alto hace difícil atinar las monedas en el agua, lo que ha llevado a que muchas queden esparcidas alrededor, acentuando la apariencia descuidada general del montaje.
Justificación oficial. La administración romana ha justificado la instalación como “un método para proteger a los trabajadores” que se encuentran en el interior de la fuente de impactos accidentales de monedas lanzadas por los turistas. También, imposible obviarlo, destacaron que el ritual del lanzamiento de monedas genera anualmente alrededor de 1,5 millones de euros, la mayoría destinados a la organización benéfica Caritas, y que se quería mantener esta fuente de ingresos mientras el monumento se encuentra de reformas.
Así todo, la explicación no ha convencido a los críticos, quienes, sobre todo en redes sociales, han descrito la piscina como una “piscina infantil” y una “vergüenza arquitectónica”. De hecho, las imágenes del montaje han provocado una ola de comentarios sarcásticos, señalando que la improvisada piscina carece de la grandeza y dignidad asociadas a la Fontana di Trevi.
Un lugar emblemático. Lo cierto es que la Fontana di Trevi no solo es un monumento histórico, sino también un símbolo cultural cargado de significados. Según la leyenda romana, lanzar una moneda al agua garantiza un regreso a la ciudad, mientras que dos o tres monedas aseguran el encuentro con el amor y hasta el matrimonio con un romano.
Dicha tradición, que ha sido inmortalizada en numerosas pelis y libros, convierte la fuente en un lugar de peregrinación romántica y de buenos deseos para millones de visitantes de todo el mundo. Desde la administración, de hecho, se asegura que mantener este ritual ha sido importante para las autoridades locales, especialmente en un periodo en el que Roma espera la llegada masiva de turistas en el próximo año jubilar católico de 2025.
La restauración. En cuando a la reforma en marcha, tiene un coste estimado de 300.000 euros y está programada para finalizar antes de las celebraciones del año santo en 2025. Durante este periodo, se ha colocado una pasarela de metal sobre la fuente vacía, permitiendo que los turistas puedan acercarse y admirar las detalladas esculturas de la fuente, como el Oceanus, el dios mitológico rodeado de sus caballos.
Este acercamiento, que brinda una visión inédita de la fuente, ha sido diseñado como una “experiencia exclusiva” que invita a los visitantes a apreciar los detalles artísticos de cerca, mientras continúan las labores de restauración. Al mismo tiempo, Roma se jacta de ser "la primera ciudad europea en crecimiento turístico", con decenas de millones de pernoctaciones al año, aunque si algo han comprobado otros grandes destinos, es que lidiar con ese éxito turístico no siempre resulta sencillo, y menos con un monumento como la Fontana di Trevi.
Imagen | Pedro Lopez
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