República Checa tiene su propia receta contra el turismo masivo. Una "anti disfraces" y que ata en corto a Airbnb

El país permitirá que sus ciudades puedan decidir cuestiones clave sobre los alquileres turísticos

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La República Checa se pone seria con los alquileres para turistas. A medida que el sector se recupera del golpe de la pandemia, sobre todo en Praga, y crece la oferta de apartamentos que se anuncian en webs como Airbnb o Booking, las autoridades han decidido endurecer su regulación. Y eso pasará en parte por dar luz verde a los ayuntamientos para que puedan decidir sobre cuestiones tan relevantes como el número de días que puede alquilarse un piso para viajeros, su calendario o el número máximo de inquilinos teniendo en cuenta los metros cuadrados.

Es parte de la receta checa para frenar los excesos del turismo, una en la que se incluyen otros ingredientes, como prohibir los "disfraces ridículos".

¿Qué ha pasado? Que en plena recuperación del turismo internacional tras el parón pandémico y con el debate sobre la saturación del sector cruzando fronteras, la República Checa ha decidido reforzar la regulación de webs como Airbnb. Al fin y al cabo el país quizás no sea uno de los más visitados de Europa, pero Praga es una ciudad concurrida. Entre enero y septiembre de 2023 recibió 5,4 millones de visitantes y sus autoridades confiaban en cerrar el año con siete millones.

Hace unos meses Expats CZ publicaba un artículo que mostraba que ese flujo de viajeros ha llegado acompañado de un aumento considerable de alquileres de corta estancia. Según las cifras que manejaba, basadas en un informe del IPR (Instituto de Planificación y Desarrollo de Praga), en la ciudad se alquilan unos 8.000 pisos a través de Airbnb, la mayoría en el centro. Son mil más que a mediados de 2021.

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Revisando la normativa. Ante ese escenario, el Gobierno está impulsando cambios en la regulación. A mediados de julio ya dio un paso importante con la aprobación de un proyecto sobre negocios turísticos, aunque ČT24 avanzaba que la iniciativa aún debía ser examinada por diputados y senadores.  Será ahora, en septiembre, cuando se presente la nueva norma, según la prensa checa.

Hace unos días el Gobierno lanzó un comunicado en el que insistía en su objetivo de lograr "un entorno empresarial más justo" en el sector, para lo que plantea dar margen a los municipios a la hora de "regular las condiciones" de los alquileres de corta duración y favorecer de paso "una recaudación más eficaz" de las tasas.

Ese último matiz no es casual. El Ejecutivo checo calcula que una parte considerable de los apartamentos que se ofrecen a través de plataformas online no están registrados de forma oficial, lo que a efectos de recaudación se traduce cada año en decenas de millones de euros perdidos para las arcas públicas.

Alquilar sí, pero con control. Básicamente, lo que plantea el Ministerio de Desarrollo Regional es dar margen a las ciudades para que regulen los pisos que se arrendan durante períodos breves a través de plataformas online, una referencia a webs como Airbnb o Booking, aunque el Gobierno no cita expresamente a ninguna de ambas. ¿Cómo lo hará? Permitiendo que los ayuntamientos decidan sobre dos cuestiones fundamentales en los alquileres turísticos: calendario y aforos.

Tras el cambio normativo las autoridades municipales podrán determinar el "número máximo de días al año" en el que se puede ofrecer a través de Airbnb o Booking un alojamiento para alquileres de corta estancia situado en su territorio. Eso y el período en el que estará disponible. Otra de sus prerrogativas será decidir un número mínimo de metros cuadrados por inquilino, lo que ayudaría a evitar por ejemplo apartamentos saturados... y los ruidos que puedan ocasionar.

Con un ojo en el mercado… La medida tiene varios propósitos. Uno es paliar en parte la presión que ejercen los pisos turísticos sobre el mercado residencial, un problema que no es ni mucho menos exclusivo de República Checa y da dolores de cabeza también a las autoridades españolas. "El rápido crecimiento del porcentaje de alojamientos compartidos puede limitar la oferta para vivienda, aumentando la presión sobre los alquileres en el mercado", señala el Gobierno. El problema afectaría sobre todo a las grandes ciudades y los destinos de montaña.

… Y otro en la convivencia. El precio y oferta del mercado residencial no es el único "problema" derivado de los alquileres pensados para turistas. La alcaldesa de Praga, Terezie Radoměřská, advierte de que hay barrios en los que afectan también a la convivencia vecinal. "Sobre todo en áreas céntricas, como Praga 1, la calidad de vida de los vecinos se está viendo considerablemente alterada. Los pisos del centro se convierten en alojamientos de corta estancia, lo que causa más ruido y molestias en los hogares. Como consecuencia, otros vecinos están optando por marcharse".

Con el próximo cambio normativo, espera la regidora de Praga espera que los ayuntamientos dispongan "al fin", de las herramientas necesarias para "regular y proteger la estabilidad y asequibilidad de la vivienda para los residentes".

"Se mueven en la zona gris". El viceministro de Desarrollo Regional, Lukáš Černohorský, va más allá y aboga por equilibrar la situación en la que operan los diferentes negocios centrados en el alojamiento para turistas. "Mientras que los hoteles y otros establecimientos similares deben cumplir una serie de normas y son objeto de inspecciones y posibles sanciones, las autoridades a menudo ni siquiera conocen a los proveedores de alojamiento en plataformas digitales", recuerda.

"Ocurre que estos proveedores no cumplen con sus obligaciones y se mueven en la llamada zona gris". Entre otras obligaciones, Černohorský señala la de alertar a la policía en caso de ser necesario o pagar tasas locales. "El objetivo es garantizar que todos los empresarios tengan las mismas condiciones". La regidora de Špindlerův Mlýn, un destino del norte del país especialmente popular entre los amantes de la naturaleza y los deportes de invierno, asegura que si la villa consiguiera recaudar los impuestos de forma adecuada tendría "una situación similar a la de Dubái".

¿Tantos pisos hay fuera del foco? Sí. Černohorský aporta dos datos que dan una idea clara. Aunque reconoce que "estimar el tamaño de la economía sumergida es siempre muy difícil", el Gobierno estima que entre el 40 y 70% de las estancias gestionadas a través de plataformas online no se declaran. "Debido a ello el Estado puede perder al año casi 800 millones de coronas checas en impuestos —abunda el dirigente—. Los ayuntamientos y ciudades pierden 55 millones al año en tasas de residencia”. Traducido a euros, equivale respectivamente a 32 y 2,2 millones.

Para solucionarlo, la enmienda impulsada por el Gobierno checo introduce el bautizado como eTurista, un portal que se lo pondrá más fácil a la administración y "hará más eficiente la recaudación de impuestos y tasas" aplicadas a los alquileres. El objetivo es que actúe como un "punto de encuentro único" entre las autoridades y los "proveedores de alojamiento". "Sin inscribirse en el portal y facilitar el número de registro, no será posible prestar de manera legal los servicios de alojamiento", advierten desde el Ministerio de Desarrollo Regional.

Propuestas... y calendario. El Gobierno checo no solo ha desgranado sus objetivos y estrategias. También ha deslizado el cronograma que maneja. Su idea es que los cambios en la ley "sobre ciertas condiciones comerciales en el ámbito del turismo" entren en vigor en algo menos de un año, el 1 de julio, con el lanzamiento del portal e Turista, cuyo sistema espera que esté listo ya a finales de 2024.

Una vez esté concluido y listo para operar, el registro funcionará durante seis meses en modo de prueba, con altas voluntarias. "Lo referido al ámbito de los alquileres de corta duración y del alojamiento a través de plataformas online entrará en vigor a partir de la segunda quincena de mayo de 2026".

Guerra a los disfraces. Euro News recuerda en cualquier caso que no será el primer intento por facilitar la convivencia entre el turismo y los vecinos, al menos en la capital. A principios de año las autoridades del distrito Praga 1, en el centro de la capital, planteó prohibir los "disfraces ridículos". Puede que suene extraño, pero la propuesta tenía un objetivo claro: vetarlos —y de paso rebajar el tono— de las despedidas de soltero que suelen celebrarse en el barrio, muy populares entre los turistas de Reino Unido. "Exceden las convenciones sociales generalmente aceptadas", lamentaba en mayo una concejala de la zona centro.

La propuesta de vetar los disfraces escandalosos generó polémica dentro de la propia ciudad. "Las despedidas de soltero y soltera sirven de base a un sector turístico saludable, especialmente cuando están bien organizadas, y aportan diversión, dinamismo y un gran beneficio económico a Praga", defendía en Nottingham Post el responsable de una agencia de viajes para británicos.

Hace unos meses también se aprobó restringir el acceso de coches a parte del casco antiguo por las noches y en 2023 incluso se debatió limitar el horario de apertura de los negocios en el centro de la ciudad, aunque la medida no tuvo éxito.

Imágenes | Anthony Delanoix (Unsplash) y Pedro Szekely (Flickr)

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