Es de esas cosas que pasan totalmente desapercibidas porque simplemente las hemos visto así siempre. Nos referimos a la bolsa de red roja para las naranjas que suele venderse en los supermercados. De hecho, es muy posible que jamás se te haya pasado por la cabeza que exista una razón estudiada para que esa “bolsa” tenga esas características o incluso color. Sin embargo, con la fruta que vive una crisis global y precios récord, nada está puesto al azar.
El estudio. Todo el entramado que hay detrás de esta aparente y simple red roja para la fruta ha quedado reflejada en un trabajo publicado en la revista i-Perception, un estudio llevado a cabo por el investigador Karl Gegenfurtner de la Universidad Justus Liebig de Giessen, Alemania. En el mismo, se detalla cómo la bolsa naranja del supermercado utiliza lo que se conoce como la ilusión del confeti, o asimilación de color, utilizando los cítricos y las redes en las que se venden.
El color es clave. Como explican en el trabajo, una red de plástico roja o naranja alrededor de la fruta ayuda a dar la impresión de que la cáscara o piel de la naranja es de un color naranja mucho más intenso, lo que hace que parezca jugosa y atractiva para el consumidor. Si la fruta no está madura, la red de color también restará importancia a su verdor ni realzará su color naranja, lo que hará que parezca menos apetitosa.
Ocurre muy parecido con, por ejemplo, los limones, ya que el cítrico a menudo se coloca en bolsas de red amarillas para realzar su color natural. De hecho, cuenta Gegenfurtner que, si se pusieran en bolsas rojas, se verían anaranjados y no tan atractivos convencionalmente. Lo curioso es que todo esto se entiende a través de una ilusión óptica.
La ilusión del confeti. También explicada como una asimilación del color, ocurre cuando los objetos adquieren el color de algo que está encima de ellos. En un experimento científico de 2021, se colocaron líneas de colores sobre un círculo blanco. ¿Qué ocurrió? Que el círculo tomó el color que estaba colocado en primer plano.
El efecto es, efectivamente, una ilusión óptica donde la percepción de los colores está fuertemente influenciada por el contexto que los rodea. En este caso, una bola de color neutro se coloca dentro de una cuadrícula de líneas de diferentes colores. Cuando las líneas de un color en particular están en primer plano, el color de la bola parece mezclarse con el de las líneas.
El experimento. Como cuenta Gegenfurtner, quiso probar sobre el terreno que la ilusión era cierta. ¿Cómo? El investigador detalla que cada sábado compra naranjas para zumo en su frutería favorita, Helga, en el mercado local. “Un día, no tenía ninguna naranja madura bonita, como era de esperar durante el verano alemán. Más tarde, al pasar por un supermercado, parecía que había una gran cantidad de naranjas maduras y, por supuesto, compré un montón de ellas, cómodamente empaquetadas en una red naranja para llevarlas”, detalla.
Cuando el hombre llegó a la casa sacó las naranjas de la red y se obró el “milagro”: “¡cada naranja, de un hermoso color dentro de la red, se convirtió en un tono insípido verde!”, señala. Luego, pasó a documentar la afirmación con pruebas fotográficas de modo que mostraban algunas naranjas engañosas (imagen arriba).
Conclusión. Como se expone en el estudio publicado, el investigador llegó a la conclusión de que la asimilación de colores por sí sola tiene un efecto muy potente en la apariencia del color, convirtiendo, por ejemplo, el naranja de aspecto verdoso, en uno de un bonito color naranja. El trabajo recuerda que la ilusión del confeti se basa en el principio de que nuestros cerebros están programados para procesar la visión periférica y la percepción del color.
Dicho de otra forma, nuestros cerebros tienen como objetivo proporcionarnos una experiencia fluida y sin fisuras que se pueda entender de la forma más eficaz posible, y la parte visual acompaña a ese principio para darle uniformidad. En el caso que nos ocupa, con la red roja sobre las naranjas, los cerebros fusionan los colores para simplificarlo.
Es el mercado, amigo. Por supuesto, esto no debería ser nuevo para el negocio. “No hace falta decir que los vendedores de frutas se dieron cuenta de esto hace mucho tiempo. Si miramos a nuestro alrededor en los supermercados típicos, es fácil ver que las frutas y verduras (por ejemplo, limones, cebollas, calabacines o incluso patatas) suelen estar envasadas en redes que son del color de ejemplares perfectos”, zanja el estudio.
Imagen | Morlawmina, Gegenfurtner/i-Perception/2024
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