8.000 euros por una fotografía: la vida de la pareja que se hace de oro gracias a Instagram

8.000 euros por una fotografía: la vida de la pareja que se hace de oro gracias a Instagram
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Aquí va una historia corriente: abres una cuenta de Instagram, comienzas a tomar fotos guays de lugares escandalosamente bonitos, añades a tu pareja, el conteo de seguidores se acerca al firmamento y de la noche a la mañana decides que no publicas ni una sola foto más si no te ponen 3.500 euros encima de la mesa.

¿Ideal, verdad? Si la definición de corriente es exactamente la contraria es porque quizá no estés al tanto de las tarifas que cobran las grandes estrellas improvisadas de Instagram. Hoy El País habla de la vida de los instagrammer hispanos, un grupo de jóvenes cuyo set de fotografías se cobra al precio del diamante y que incluye packs donde dos fotos se facturan a más de 3.000 euros. Pero, como todo en esta vida, IG también tiene clases.

¿La más alta? Selena Gómez, por supuesto, dueña y señora del asunto, pero también estrellas anónimas cuya popularidad y especial fotogenia les ha permitido cobrar hasta 8.000 euros por una fotografía. ¿Su nombre? Jack y Lauren, dos influencers con millones de seguidores que cuelgan imágenes en la cuenta @doyoutravel, y que el pasado enero declaraban a Cosmopolitan haberse hecho de oro gracias a la aplicación.

La receta del éxito es más sencilla de lo que parece, aunque, como las buenas canciones pop, es harto compleja de conseguir. Para el cocktail perfecto hay que incluir a una pareja joven que quede bien en absolutamente todas las fotos, un equipo profesional de edición detrás y un presupuesto abultado, inflado por agencias de turismo y por destinos interesados en hacerse promoción-que-no-parece-promoción. El premio: viajar alrededor del mundo recibiendo encargos por posar en lugares fantasiosos.

He aquí una muestra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El caso de Jack y Lauren es uno entre tantos. Al surgimiento de agencias que pagan a sus instagrammers en función de sus seguidores, al uso de una agencia de modelos, hay que sumar la existencia de una amplia red de estrellas que tiene millones de personas a sus espaldas y que se valen del gigantesco peso de su popularidad para obtener jugosos contratos publicitarios. Instagram es una auténtica mina trendsetter.

Aquí se pueden esbozar otras abultadas ganancias. Desde Aimee Song, capaz de ganar alrededor de 450.000 dólares al año gracias a sus ego-fotografías, hasta Julia Sarinana, que se marcha a los 800.000. Todos ellos ejemplos del gigantesco volumen de negocio de Instagram, una plataforma ideal para presentar productos de mercado desde un punto de vista hedonista y realista, fusionando tus aspiraciones vitales con la publicidad, en un combo disimulado perfecto que es demasiado tentador para los publicistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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