Muchos expertos aseguran que los avances que está experimentando la ingeniería genética desembocarán inevitablemente en la alteración del material genético del ser humano. Esta idea, con la que han coqueteado tantas veces las películas de ciencia ficción, parece estar más cerca de lo que los ciudadanos de a pie pensamos, pero es evidente que suscita muchos interrogantes.
Por un lado están las implicaciones éticas, en las que no vamos a entrar en este post, pero que tienen la suficiente trascendencia como para ser sopesadas y discutidas en profundidad. Y, por otra parte, es necesario considerar los riesgos que debemos asumir al manipular los genes del ser humano. Precisamente, esta última razón es la que parece tener más peso actualmente en la comunidad científica, pero, curiosamente, una startup canadiense asegura tener la solución bajo la forma de un programa informático que es capaz de predecir los efectos que tiene en el ser humano la alteración de sus genes.
¿La clave? El aprendizaje automático
Los científicos llevan muchos años investigando con el objetivo de comprender cómo se relacionan los genes por una razón: no pueden ser analizados individualmente. Cada gen se comunica con otros genes, estableciendo una red muy compleja que delimita en qué medida la modificación de uno de ellos puede afectar a otros genes. El problema es que la complejidad de esta red de dependencias es enorme, por lo que los investigadores deben realizar un esfuerzo muy grande para entender qué repercusiones puede tener la manipulación de un único gen.
Lo que parece haber conseguido Deep Genomics, que es la startup de la que os hemos hablado en el segundo párrafo del post, es implementar una aplicación que recurre al aprendizaje automático para inferir, a partir de una base de datos que contiene información genética de muchos individuos, cómo los genes se relacionan entre sí y qué moléculas derivan de este «diálogo».
Las aplicaciones de esta tecnología, sobre el papel, son diversas. Puede ayudar a los científicos a predecir la eficacia que va a tener una determinada terapia con más rapidez, de una forma más económica, y, sobre todo, más segura. Y también a prever qué va a desencadenar la manipulación de un determinado gen.
Pero, al parecer, el algoritmo de Deep Genomics solo trabaja sobre las mutaciones que se realizan mediante el proceso que se conoce como «corte y empalme celular», por lo que, por el momento, no es capaz de contemplar otros tipos de mutaciones. Pero, sin duda, si su software cumple lo prometido, bienvenido sea. Puede ser un buen punto de partida para minimizar los riesgos de estas prácticas en el ser humano.
Imagen | Erick Rumualdo Bustos
Vía | Popular Science
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