Europa ya tiene totalmente operativos los dos cohetes que la metieron en un lío: Vega-C y Ariane 6. La Agencia Espacial Europea (ESA) respira aliviada, pero sabe que no es lo mismo recuperar el acceso autónomo al espacio que competir con SpaceX. Para eso hará falta más inversión en empresas privadas.
El cohete Ariane 6 ha volado, ahora sí, sin percances de ningún tipo
El cohete para cargas pesadas Ariane 6 de la ESA ha completado con éxito su primer vuelo comercial. Después de numerosos retrasos, el cohete despegó en su configuración Ariane 62 (con dos propulsores laterales y una cofia corta) desde el siempre nublado Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa.
El lanzamiento operado por Arianespace fue impecable, tanto en el rendimiento del cohete como en la retransmisión en directo, que contaba con cuatro cámaras a bordo del lanzador. En este segundo lanzamiento, el primero de caracter comercial y el primero totalmente exitoso, el Ariane 6 puso en órbita heliosíncrona el satélite espía CSO-3 de las Fuerzas Armadas de Francia. Lo hizo 1 hora y 6 minutos después del despegue, a 800 km de altitud.
El satélite CSO-3 se ha unido así a sus precursores CSO-1 y CSO-2, lanzados en 2018 y 2020 mediante cohetes Soyuz, antes de que la UE prohibiera la colaboración con Rusia. La nueva red de reconocimiento francesa ofrece imágenes ópticas e infrarrojas con una calidad sin precedentes para Francia y sus aliados.
El cohete Ariane 6, desarrollado por ArianeGroup para la ESA, ya está por tanto operativo. Su primer lanzamiento, realizado en julio de 2024 (un año después de que Ariane 5 volara por última vez) fue exitoso en el despegue y el despliegue de varios satélites, pero falló al desorbitar, dejando varadas en órbita dos cápsulas de reentrada que formaban parte de la misión.
Un parámetro de temperatura fuera de rango hizo que el software del cohete impidiera el tercer encendido del motor Vinci de la etapa superior. Una actualización de software bastó para afrontar el segundo lanzamiento, aunque ha ocurrido casi ocho meses después del debut del Ariane 6.
Europa empieza a recuperar su soberanía en el espacio
La ESA ya ve luz al final del túnel. La crisis de lanzamientos europeos provocada por los retrasos del cohete pesado Ariane 6 y los incidentes del cohete ligero Vega-C redujo el número de vuelos anuales a solo tres, el mínimo de 15 años. Misiones estratégicas como Galileo (el GPS europeo) o el satélite militar español SpainSat NG 1 tuvieron que ser lanzadas por SpaceX.
Para 2025, la ESA prevé realizar 10 lanzamientos espaciales, seis de Ariane 6 (incluido el primer Ariane 64 con cuatro propulsores) y cuatro Vega-C. Está muy por detrás de los cerca de 200 lanzamientos programados por Estados Unidos (principalmente, misiones Starlink de SpaceX), pero es un número que se acerca más al objetivo de recuperar el acceso autónomo al espacio, algo que cobra especial importancia con el rearme de Europa anunciado por Ursula von der Leyen.
Josef Aschbacher, director general de la ESA, señaló que Estados Unidos destina cinco veces más dinero público al sector espacial que Europa, lo que explica la brecha en el ritmo de lanzamientos y la fabricación de satélites. La pregunta es si Ariane 6 y Vega-C, que no son cohetes reutilizables, pueden si quiera competir con los Falcon de SpaceX. Y como Aschbacher sabe que no, la ESA está licitando todo tipo de contratos para una nueva generación de lanzadores europeos reutilizables, en la que participan empresas como la española PLD Space.
Imagen | ArianeGroup
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