No es la primera vez que el estudio de los manuscritos de figuras clave de la ciencia que vivieron hace cientos de años nos desvela algo nuevo. A veces ese algo nuevo puede resolver incógnitas relacionadas con la era en la que se esbozaron estos documentos.
Un dibujo. Una ilustración realizada por Johannes Kepler en 1607 ha revelado información clave sobre los ciclos solares mucho antes de que comenzáramos a estudiarlos sistemáticamente. Se trata de un dibujo en el que se pueden apreciar las manchas solares vistas por el científico alemán.
Los ciclos solares antes del conteo. Hoy en día nos encontramos alcanzando el pico de actividad del 25º ciclo solar. Los ciclos solares son variaciones más o menos regulares en la actividad solar con una recurrencia aproximada de 11 años.
Teniendo en cuenta la duración aproximada de los ciclos solares, podemos irnos atrás en el tiempo y comprobar que el ciclo solar número 1 se registró en el siglo XVIII (oncretamente entre 1755 y 1766) Pero, como es obvio, ese no fue el primer ciclo del astro, estos ciclos podrían llevar miles de millones de años repitiéndose.
Misterio de 400 años. Que estos ciclos hayan existido desde tiempos inmemoriales no quiere decir que hayan sido siempre como los de ahora. Precisamente durante el siglo XVII (aproximadamente entre 1645 y 1715), nuestra estrella experimentó el llamado “mínimo de Maunder”. Este fue un largo periodo de escasa actividad solar.
Cámara oscura. La ilustración fue creada a través de una cámara oscura, una técnica que permite proyectar una imagen en una superficie utilizando una cámara (que puede ser desde una caja hasta una habitación completa) con una abertura por la que entraba la luz. En esencia es lo que ocurre en el interior de una cámara fotográfica, solo que al no disponerse de película o sensor, el “operador” de esta cámara debía realizar un calco con papel y pluma.
Cuando Kepler realizó su “retrato” solar a través de esta técnica siquiera sabía lo que estaba registrando. El astrónomo alemán creyó en su momento que las manchas solares eran, en realidad, un tránsito del planeta Mercurio.
Reconstruyendo el ciclo. Ahora, gracias a estas imágenes, un equipo liderado por investigadores de la Universidad de Nagoya, ha reexaminado los dibujos que Kepler realizó del Sol para averiguar nuevos detalles sobre la actividad solar antes de la llegada del mínimo de Maunder.
El análisis examinó estos documentos históricos valiéndose de nuevas herramientas y de la conocida como ley de Spörer. Esta ley empírica vincula la ubicación de las manchas solares con respecto a la línea del ecuador solar (es decir, su latitud) con el punto del ciclo solar en el que se encuentra el astro en cada momento.
Gracias a estos métodos, el equipo estimó que Kepler retrató el final del ciclo solar -13 y no el comienzo del -14. El ciclo retratado sería por tanto el inmediatamente anterior al que observarían otros pioneros de la astronomía como Thomas Harriot o Galileo Galilei con sus telescopios. Los detalles del análisis pueden consultarse en el artículo publicado en la revista Astrophysical Journal Letters.
De los árboles al papel. Una de las incógnitas que persisten sobre los ciclos solares durante el mínimo de Maunder radica en su duración. Distintos análisis realizados en los anillos de crecimiento de los árboles mostraron resultados contradictorios a este respecto.
Si uno de ellos apuntaba a ciclos solares alternos largos (de unos 16 años de duración) y cortos (de unos 5 años); el otro indicaba ciclos regulares como los contemporáneos, de 11 años de duración. Es por eso, indica el equipo responsable del nuevo estudio, que contar con observaciones directas que combinar con estimaciones basadas en variables proxi resulta de gran utilidad.
Imagen | J. Kepler, Universidad de Nagoya
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