Cuando en el mes de abril Elon Musk compró el 9% de Twitter ya quedó claro que no se iba a conformar con eso. Pronto se ofreció a comprar todo Twitter por 43.000 millones de dólares, pero aquella oferta desembocó en un singular culebrón que hoy por fin ha concluido. Elon Musk es el nuevo propietario de Twitter.
the bird is freed
— Elon Musk (@elonmusk) October 28, 2022
Elon Musk ya es dueño de Twitter. Y a continuación, despidos. Musk ha anunciado el final del proceso de adquisición con su particular estilo en Twitter "El pájaro ha sido liberado". Medios como la CNBC, The Washington Post o Insider han revelado que Musk ya ha tomado las riendas de Twitter. Según The Verge, para celebrarlo ha despedido a sus máximos directivos: tanto el CEO, Parag Agrawal, como Ned Segal (CFO), Vijaya Gadde (responsable de políticas de la empresa), Sean Edgett (consejero general) o Sarah Personette (responsable de clientes) han dejado la empresa. Algunos de ellos, escoltados por seguridad.
Y compensaciones. Según estos medios, los despidos han hecho que esos directivos se lleven jugosos finiquitos: según Insider Agrawal se va con 38,7 millones de dólares, Segal se va con 25,4, Gadde con 12,5 y Personette, con 11,2 millones de dólares.
El culebrón Big Tech de 2022. Musk, usuario por antonomasia de Twitter, ya avisó de sus intenciones a finales de marzo. Su red social preferida no funcionaba como quería, así que pronto se dispuso a comprarla. Luego intentó echarse atrás: había demasiados bots, decía, pero había más problemas. El lío fue colosal, y hubo un largo intercambio de acusaciones, dimes y diretes.
Primero quiero, luego no... Twitter acabaría acudiendo a la justicia: querían obligar a Musk a que cumpliese con su oferta inicial. La cosa se lió aún más mientras Twitter se precipitaba económicamente y exponía graves problemas de seguridad que hasta entonces habían estado ocultos.
... pero al final sí, de verdad. La cosa parecía irresoluble, pero Musk dio otra vuelta a la tortilla. Volvió a poner su oferta inicial sobre la mesa y comenzó a hablar de cambios futuros, como una superapp llamada "X" que emularía a WeChat en China. Y ayer Elon Musk daba una de sus campanadas presentándose en el cuartel general de Twitter con un lavabo en las manos.
Muchos despidos y dimisiones a la vista. Se filtró que Musk quería despedir al 75% de la plantilla una vez tomase el control, pero según Bloomberg Musk se reunió recientemente con los empleados para decirles que esa cifra no era correcta. Todo apunta a que desde luego habrá despidos, pero también dimisiones, apuntan conversaciones filtradas entre Musk y el emprendedor Jason Calacanis. Éste último le aconsejó a Musk que forzara el regreso de los empleados a la oficina: con eso lograría que el 20% de todos ellos dimitieran. Algo así como "despidos silenciosos", vaya.
Vienen curvas. A partir de aquí, todo son incógnitas. Musk indicó que no hacía esta operación para ganar dinero, pero lo cierto es que Twitter necesita ser rentable por el enorme coste de la operación. Para lograrlo se plantean varias ideas, como impulsar la publicidad o una suscripción de pago, además del desarrollo de esa superapp. Se espera que en las próximas horas ofrezca a los empleados algunos detalles sobre sus planes de futuro, y lo que está claro es que empieza una nueva era para Twitter.
La era de Elon Musk.
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