Por el momento nada indica que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca vaya a relajar la tensión que sostienen EEUU y China. La estrategia del nuevo Gobierno estadounidense en muchos frentes es muy diferente a la que defendió la Administración de Joe Biden (la guerra de Ucrania es uno de ellos), pero en lo que se refiere a China a priori no cambia nada. Y no lo hace debido a que la nación liderada por Xi Jinping es la única que tiene la capacidad de disputar la supremacía mundial a EEUU.
De hecho, el Gobierno liderado por Joe Biden reconoció abiertamente en el documento que recoge su estrategia de seguridad nacional de octubre de 2022 que China tiene la capacidad y los recursos necesarios para disputar a EEUU su posición de liderazgo mundial. Buena parte de las sanciones desplegadas por el Gobierno estadounidense y sus aliados persigue ralentizar el desarrollo de la industria china de los semiconductores debido al profundo impacto que tiene en su capacidad científica, económica y militar. Pero China puja cada vez más alto.
China lidera la investigación en chips con una rotundidad aplastante
Actualmente el mayor desafío al que se enfrenta la industria de los semiconductores de China es la puesta a punto de equipos de litografía de ultravioleta extremo (UVE) similares a los que produce la compañía neerlandesa ASML. Las sanciones de EEUU y Países Bajos impiden a esta empresa vendérselos a sus clientes chinos, y estos equipos son necesarios para producir a gran escala y con un coste competitivo circuitos integrados de vanguardia.
En 2023 el Gobierno chino aprobó una partida de 41.000 millones de dólares destinada a los fabricantes de equipos de litografía
En esta coyuntura el único camino que puede seguir China es dedicar una gran cantidad de recursos a la investigación con el propósito de igualar, o, incluso, superar a medio plazo el nivel de desarrollo que han alcanzado en el ámbito de los semiconductores Taiwán, EEUU, Corea del Sur o Japón. Y lo está haciendo. A principios de septiembre de 2023 el Gobierno chino aprobó una partida de nada menos que 41.000 millones de dólares destinada, precisamente, a las compañías que producen los equipos involucrados en la fabricación de los circuitos integrados.
Los logros ya están llegando, y son notables. SMIC y Huawei han apostado, al menos por ahora, por refinar sus procesos litográficos y optimizar las máquinas de litografía UVP (ultravioleta profundo) fabricadas por ASML que ya tienen en su poder. Otras compañías, sin embargo, han optado por desarrollar sus tecnologías de integración apoyándose en los nuevos equipos que Naura Technology, AMEC (Advanced Micro-Fabrication Equipment Inc. China) o Piotech Inc. han puesto a punto. Este es el camino que está siguiendo Yangtze Memory Technologies Co. (YMTC), el mayor fabricante de chips de memoria de China.
Sin embargo, la auténtica fortaleza de China es su capacidad de desarrollar investigación de vanguardia. El Observatorio Tecnológico Emergente (ETO), que es una organización internacional especializada en el análisis de la adopción de tecnologías emergentes a nivel global, señala que entre 2018 y 2023 se publicaron 475.000 artículos dedicados al diseño y la fabricación de chips en todo el planeta.
El 34% fue producido por instituciones chinas, mientras que Europa se conforma con el 18% de esos artículos y EEUU con un todavía más modesto 15%. Además, de nuevo según ETO, los artículos chinos se encuentran entre los más citados, lo que avala su calidad. Esta tendencia dibuja en el horizonte un futuro en el que el peso de China en la industria de los semiconductores será cada vez mayor.
Imagen | ASML
Más información | ETO
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