Sólo hay un grupo social que espera la aprobación de los combustibles sintéticos en la UE: los ricos

Unas nubes empiezan a aparecer en el cielo de la Unión Europea y algunos comisarios ya están preparando sus paraguas. Porque, si se cumple lo que adelanta Reuters, muchos esperarán con ganas a los políticos que anticiparon el final de los motores de combustión.

La agencia de noticias ya está avisando de que la Unión Europea está a punto de rectificar y comprar las exigencias de Alemania en su plan respecto a la movilidad del continente en los próximos años. Esto es: se podrán vender vehículos que funcionen con combustibles sintéticos a partir de 2035.

El obstáculo que deben salvar estos combustibles es que sean neutros en emisiones de CO2. Sin embargo, no es este el único motivo por el que la Unión Europea quería eliminar esta posibilidad. En juego está la emisión de otras sustancias contaminantes que, desde Europa, llevan tiempo señalando como algunas de las más perjudiciales para el ser humano.

Un pasito para adelante, Europa

Un pasito para atrás. El proceso para sacar adelante una nueva ley europea es largo. Muy largo. Y, por eso, parecía que una vez la Comisión Europea y el Parlamento Europeo habían llegado a un acuerdo con el Consejo de Europa (los países miembros), las siguientes votaciones no serían más que meros trámites.

En febrero, el Parlamento Europeo volvió a votar a favor de la norma de prohibir vehículos con motores de combustión más allá de 2035. La única excepción contemplada hablaba de coches "neutros en emisiones contaminantes". Este ha sido, justo, el problema que ha retrasado la última y definitiva votación.

Unos pocos días antes de que este último trámite se pusiera encima de la mesa, algunos países entre los que se encontraba Italia y Alemania alzaron la voz para pedir una redacción más concisa de la excepción. Avisando de que votarían en contra si no se analizaba de nuevo la posibilidad de vender vehículos que funcionen con combustibles sintéticos a partir de 2035, el último trámite ha acabado por retrasarse.

Especialmente insistente ha sido Alemania, el país que más vehículos produce de la Unión Europea y que cuenta en su suelo con las principales firmas premium del continente (Mercedes, BMW y Audi), además de Porsche. Italia, que tiene por bandera a firmas como Ferrari o Lamborghini también se ha mostrado realmente interesada en que la norma se flexibilice.

Desde Reuters aseguran que han tenido acceso al borrador que se pondrá encima de la mesa de las instituciones europeas, en el que se habla de vehículos "neutros en carbono" y no de coches "neutros para el medioambiente". El cambio es pequeño en la redacción, sustancial en el impacto final y, probablemente, de poco calado para los ciudadanos medios de la Unión Europea.

Neutros en CO2, pero solo en CO2

La redacción de la Unión Europea tenía una trampa y era lo que Alemania quiere eliminar. La futura normativa habla no solo de coches que no emitan CO2 o, al menos, no lo generen sus combustibles, habla también de otro tipo de partículas contaminantes.

Los defensores de los combustibles sintéticos alegan que éstos pueden ser neutros en carbono, pues para su producción se utiliza CO2 de la atmósfera y, posteriormente, las emisiones de este gas que se expulsan por el tubo de escape son iguales o inferiores, lo que no produce una mayor concentración de CO2 en el aire.

Pero lo que alegaba la Unión Europea (y quiere cambiar) no es solo que los combustibles sintéticos expulsan CO2, también lanzan partículas contaminantes como el NOx o las PMx. El NOx ha sido uno de los gases más perseguidos por la Unión Europea y las PMx son partículas en suspensión que, igual que el gas anterior, afectan directamente a los sistemas respiratorios de los seres humanos.

De hecho, las PM2,5 hace tiempo que están en el punto de mira. Tanto que se contempla que en la redacción final de Euro 7 se contemple la medición de la contaminación causada durante las frenadas. Según la OMS, el 99% de la población mundial respira aire que supera los niveles máximos de estas dos variables.

Según las pruebas de IFP Energies Nouvelles, no hubo diferencias en la cantidad de NOx expulsado a la atmósfera entre los vehículos que se mueven con combustibles fósiles y los que utilizaron combustibles sintéticos. Sí se registró una disminución de partículas en suspensión cuando miden más de 10 nm, pero también se concluyó que, en algunos combustibles, aumentaban las emisiones de amoníaco, que es un precursor de la contaminación por PM2.5.

Desde The International Council of Clean Transportation señalan además que el uso de combustible sintético es altamente ineficiente, desde su proceso de producción hasta que es utilizado por el vehículo en cuestión. Según sus cálculos, la eficiencia de un coche eléctrico desde que se produce la energía alcanza el 72%, mientras que le de un coche movido por combustibles sintéticos apenas es de un 16%.

Fuente: Te International Council of Clean Transportation

Poco impacto en la flota

Pese a todo el interés alemán, parece que la medida está destinada a salvaguardar los intereses de unos pocos. Concretamente, de quien pueda pagar el precio de un coche movido por combustibles sintéticos y, posteriormente, dichos combustibles sintéticos.

Según Reuters, en la información antes señalada, la Unión Europea está dispuesta a hacer la concesión de que se puedan vender vehículos con motores de combustión que solo sean neutros en carbono. Pero, a cambio, estos motores deberán detectar que el combustible sintético cumple con este requisito, lo que obligará a que los fabricantes realicen un esfuerzo económico en el desarrollo de nuevos propulsores que entiendan este detalle.

No es una tontería pues algunos fabricantes ya se han bajado del carro de la combustión. La mayor parte de las marcas que funcionan en Europa ha anunciado que sólo venderá coches eléctricos y algunas hace tiempo que dejaron claro que no invertirían más dinero en el desarrollo de nuevos motores de combustión.

El impacto de un cambio en la Unión Europea será muy limitado en la flota del vehículo medio

Si los plazos se cumplen (que cada vez son más estrechos), en 2025 debería empezar a aplicarse la normativa Euro 7 para la venta de nuevos coches. Aunque todavía está por desarrollar, se esperan durísimas limitaciones en CO2, pero también en NOx y PMx. Tanto que Audi anunció en 2021 que dejaría de invertir dinero en el desarrollo de motores de combustión.

Euro 7 viene marcada por los objetivos de emisiones intermedios cerrados para 2030. Unos objetivos que obligará a que los vehículos sean, al menos, híbridos enchufables si quieren seguir consumiendo combustibles fósiles. Unos límites que la industria del automóvil hace tiempo que rechaza, avisando de que los costes de desarrollo influirán negativamente en el coste final de los automóviles.

Todo ello ha derivado en que, incluso, firmas como Renault, que apuestan por saltarse Euro 7 e ir directamente a las nuevas normas de 2035, hayan anunciado que solo venderán vehículos eléctricos a partir de 2030. La rueda ya se ha puesto en marcha y frenarla es casi misión imposible. Wayne Griffiths, durante la rueda de prensa de presentación de resultados de Seat, confirmó que para ellos "el futuro es el coche eléctrico" y que no darán marcha atrás pese a que la Unión Europea introduzca algunos cambios en qué se puede y qué no se puede vender a partir de 2035.

Una solución intermedia la apuntaba Guillermo García Alfonsín en un hilo de Twitter: que la Unión Europea obligue a circular en modo eléctrico en ciudad a los híbridos enchufables que utilicen combustibles sintéticos. Una posibilidad que se ha puesto encima de la mesa y que ya sucede (sin geolocalización) con el AdBlue, ya que los coches que necesitan de su uso y no lo tienen en el depósito no pueden arrancar.

Lo que sí parece seguro es que, de terminar existiendo, estos coches serán escasos y muy caros. No es casual que las firmas que más están presionando para que esto se lleve a cabo sean fabricantes como BMW o Porsche. Los primeros ya anunciaron que mantendrán el desarrollo de sus motores de combustión, pero se limitarán a los más potentes (y caros). Porsche, por su parte, ya ha hecho una importante inversión en el desarrollo de combustibles sintéticos neutros en carbono con su propia planta.

Al mismo tiempo, BMW ha sido una de las marcas que ha llevado por bandera lo de "vender menos pero más caro". La misma estrategia que está implementando Porsche para elevar el ticket medio de sus clientes. Para ambos fabricantes, tener en su flota a vehículos movidos por combustibles sintéticos les permitirá diferenciarse de la competencia y vender deportivos a precios muy superiores al resto de la gama.

Y en esta guerra de la viabilidad de los combustibles sintéticos, queda comprobar de cuánto dinero habrá que desembolsar para llenar el depósito. La única referencia que tenemos, de momento, es extraordinariamente cara. Porsche insiste que serán capaces de ofrecerlo a menos de dos dólares/litro. Y, al mismo tiempo, desde Transport&Environment también hacen sus cálculos, alegando que su precio real rondará los 2,80 euros/litro. Esto es, 140 euros para llenar un depósito de 50 litros.

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Foto | Porsche

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