Como hemos contado en alguna ocasión, levantar una marca de coches desde cero es un proyecto casi suicida. Por el camino se necesita mucho, mucho (muchísimo, de hecho) dinero. Y paciencia para aguantar años de pérdidas. Y genios para ofrecer un producto diferencial. Y un marketing a la altura para el producto diferencial convenza al público. Y un servicio de distribución capaz de realizar los envíos en tiempo y forma. Y un servicio postventa a la altura...
Podrán gustar más o menos los coches de Tesla. Nos podrá caer en mayor o menor simpatía Elon Musk. Pero, lo cierto, es que poner en el mapa a una empresa de coches y fabricar alrededor de dos millones de vehículos no es tarea sencilla.
Pero lo que parece imposible es poner en el mercado 20 millones de coches anualmente. Esto es lo que prometió Elon Musk. Y lo que ya no se plantean dentro de la empresa. Si alguna vez llegaron a tomar en serio las palabras del jefe.
20 millones de nada
En 2022, Tesla tenía un plan: expandir la compañía con nuevas fábricas para poner en la calle 20 millones de vehículos en 2030. Lo contaba The Wall Street Journal.
Desde entonces, las promesas relacionadas con la producción de vehículos se han ido sucediendo en el seno interno de la compañía. Sabemos que esperan contar con una planta en México y que quieren ampliar su fábrica de Berlín. También se ha rumoreado una posible planta en India y han anunciado que planean simplificar, todavía más, su producción y perfeccionar su método de trabajo.
Sus planes productivos, sin embargo, se están encontrando con algunos problemas. Reuters explicaba en septiembre del año pasado que el proyecto para ensamblar 400 piezas en una sola, y así aligerar los plazos en la producción de los automóviles, no está dando los resultados esperados. Es el método que la compañía ha seguido para conseguir tiempos récord en la industria.
Tampoco hay buenas noticias con su "batería revolucionaria". Sus baterías 4680 se vendieron como un salto cualitativo para popularizar el coche eléctrico con sus autonomías pero también Reuters afirma que no están consiguiendo rentabilizar el proceso. De una manera o de otra, se complica aquello de abaratar tanto los costes que Tesla consiga vivir solo del software.
Todo lo anterior deberían haber sido pasos clave para conseguir que impulsaran la compañía a una cifra de récord. Una a la que no se acerca nadie en el mundo del motor. Según cuentan en Bloomberg, Tesla ya descarta producir 20 millones de coches en 2030.
Pero aunque Tesla haya crecido a un ritmo espectacular porcentualmente, en 2023 se quedaron un poco lejos de los dos millones de vehículos esperados (colocaron 1,8 millones). Una cifra alta, teniendo en cuenta que cerraron 2022 con una producción de 1,3 millones de vehículos y que en 2021 no habían llegado al millón de unidades. Pero en 2024 todo apunta a un estancamiento.
Esto ha llevado a la compañía a sacar de su plan de sostenibilidad el objetivo de los 20 millones de coches producidos en 2030. Era una cifra completamente irreal pues, en estos momentos, el mayor fabricante de coches del mundo es el Grupo Toyota (suman Lexus o Daihatsu) pusieron en el mercado 11,23 millones de vehículos.
Desde la pandemia de Covid-19, Toyota es el fabricante líder y podríamos estar tocando techo, pues el Grupo Volkswagen, que históricamente ha sido su gran competidor, dice que no quiere volver a entrar en el juego de ser el mayor productor de vehículos del mundo.
En Bloomberg apuntan a que el giro estratégico de Tesla apunta a centrar sus esfuerzos en su futuro robotaxi. El pasado mes de abril, Reuters (siempre Reuters) afirmaba que la compañía se había olvidado de producir su coche eléctrico más barato, el tan prometido Tesla de los 25.000 dólares que debería romper el mercado.
No hay que olvidar que Tesla pelea exclusivamente en el mercado del coche eléctrico. Éste debería (y todo indica que lo hará) crecer en los próximos años. En Europa las políticas han ido encaminadas a favorecer esta tecnología y en China está claro que el Estado ha considerado que es el proyecto a impulsar.
Sin embargo, Tesla tiene cada vez más competencia en Europa y los competidores están anunciando coches mucho más asequibles que los de la compañía. Y, con todo, se espera que la tasa de acogida del coche eléctrico siga creciendo pero lo haga un ritmo más lento en los próximos años.
En China, Tesla siempre ha vendido a buen ritmo pero el auge de las marcas locales le ha descolocado, obligando a los de Elon Musk a entrar en una guerra comercial bajando mucho los precios. La acogida de las marcas locales se ejemplifica con el crecimiento de BYD, que ya es el mayor fabricante de coches eléctricos en el mundo.
A todo lo anterior hay que sumar que gigantes de la industria, como Toyota o Volkswagen, juegan con más de una marca y, sobre todo, diversifican su negocio entre diferentes tecnologías. Aunque el coche eléctrico siga creciendo en China y Europa, el mercado mundial es enorme y hay lugares donde Tesla sigue sin llegar.
Se calcula que en 2023 se vendieron en el mundo 92,7 millones de coches. De cumplir con cifras similares en 2030, uno de cada cinco coches que se vendieran en el mundo debería ser un Tesla. Hoy, uno de cada nueve coches llega firmado por Toyota y ya es una cifra que no tiene rival.
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