Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. O hasta que lo recupera. O hasta que, sencillamente, lo pone en una escala "humana".
Hace unos meses tuvimos la oportunidad de conocer de cerca el nuevo Tesla Cybertruck. Entonces, comenté que el coche me asombró por su tamaño pero no fui consciente de lo grande que era hasta que me puse al lado y comprobé que (con las suspensión levantada) su capó me llegaba a la altura del hombro. Pero, sin duda, habría sido todavía más llamativo de haberlo podido ver a escala "real", junto a un Tesla Model 3, por ejemplo.
Algo parecido ha debido suceder en Alemania con el traslado de un enorme submarino de la Segunda Guerra Mundial que lleva más de un año cortando las calles y accesos a todo tipo de pueblos en el país.
Un dispositivo de proporciones extraordinarias
El Unterseeboot 17 o U17 es uno de los grandes submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Construido a lo largo de 1935, el enorme submarino fue lanzado al mar en 1936 pero no comenzaría sus operaciones militares hasta 1939. El buque estuvo activo hasta 1945, cuando sus propios tripulantes lo llevaron a pique siguiendo las órdenes de "tierra quemada", lanzadas por Hitler.
Sin embargo, la historia del U17 no murió allí. Después de dos años de planificación exhaustiva, en Alemania se empeñaron en devolver su viejo submarino hasta un museo donde pudiera ser contemplado y completamente visitado en su interior.
El proyecto tardó en concretarse dos años, dado lo peliagudo del asunto: traer de vuelta al Museo Técnico de Sinsheim, situado en Baden-Württemberg, provincia situada en el extremo sur del país y en el que se encuentra Stuttgart y buena parte del paso alemán del río Rin.
La última aventura del U17 comenzó en el mar Báltico, de donde fue llevado a tierra para trasladarlo al Museo Técnico de Speyer, donde el submarino ha sido restaurado para liberar los pasos interiores (permitiendo visitas a su interior) y decorando éste con objetos de la época. Posteriormente, el submarino está siendo trasladado al mencionado museo de Sinsheim, donde reposará y se incluirá una enorme instalación anexa para permitir la entrada al mismo.
Y es que para entrar en el submarino hay que librar 8,6 metros de altura y para trasladarlo hay que lidiar con sus 48 metros de largo y 4,6 metros de ancho. Su peso, más de 350 toneladas. Para poder moverlo, se ha utilizado una plataforma de 240 ruedas en su trayecto por tierra que circula a 10 km/h. Porque también ha tenido que echarse al agua. O, al menos, a una plataforma sobre la misma. Para superar los puentes, se tuvo que colocar el submarino en una posición inclinada a 70 grados, explican en Motorpasión.
Todas las etapas se han podido seguir en directo por Youtube. En la retransmisión se puede comprobar cómo muchos aficionados y curiosos están acompañando el traslado del enorme submarino, al tiempo que comprueban cómo se tienen que cortar carreteras y pueblos enteros a su paso.
Foto | Technik Museen Sinsheim und Speyer
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