Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha desarrollado un material en el que la velocidad de fase de la luz es infinita. No es que la luz viaje más rápido que la velocidad de la luz -algo que violaría las leyes de la relatividad- sino que lo que se hace infinito es la velocidad a la que las crestas de las ondas que rebotan cuando la luz incide en un material.
En estas condiciones es en las que es posible manipular los fotones, algo que a su vez plantea toda una revolución -una más- en el futuro de la computación. Hasta ahora esos protones fotones habían sido esquivos a la hora de tratar de ser usados para transmitir mensajes, pero eso podría cambiar.
Fotones bajo control
Hasta ahora la base del funcionamiento de los ordenadores ha estado en la manipulación de electrones, pero los protones ofrecerían precisamente ventajas enormes al poder utilizar la luz como base de la transmisión de datos de forma directa.
El profesor Eric Mazur, que lideraba el estudio, explicaba que "podemos hablar por el móvil porque en nuestros teléfonos hay electrones que se mueven para crear ondas. Esas ondas viajan a la antena de la operadora de telefonía y hace que allí los electrones se muevan, lo que a su vez hace que se conviertan en una señal eléctrica que luego se convierte en una señal de audio".
Aunque las implicaciones tardarán en verse, superar este obstáculo era según este equipo determinante para avanzar en este campo: "con nuestro material puedes doblar la luz, apretujarla, retorcerla". El uso de ese material permitiría mejorar la eficiencia energética -por ejemplo al usar electrones se disipa energía en forma de calor- y las transmisiones no solo serían mucho más rápidas, sino que la autonomía de las baterías también mejoraría.
Vía | Quartz
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