Samsung Galaxy Z Fold 2, análisis: un híbrido plegable que sí convence como móvil habitual

Samsung mantiene su apuesta por los dispositivos plegables y a principios de septiembre nos presentó el tercero en su haber, repitiendo el formato tipo libro del Samsung Galaxy Fold (el primero). Aunque la verdadera sorpresa es poder haber hecho ya el análisis del Samsung Galaxy Z Fold 2, este nuevo híbrido entre teléfono y tablet que ha evolucionado por dentro y por fuera con respecto a lo previo.

Lo ha hecho incorporando el último procesador de Qualcomm para la gama alta, 5G y según explicaron actualizando bisagra y pantalla para conseguir un producto tan fiable como funcional. El aspirante a adalid de la productividad y la innovación de Samsung para este año tiene mucho que demostrar y hemos tratado de reflejarlo todo en este artículo, probándolo en todas sus posiciones y buscándole las cosquillas.

Ficha técnica del Samsung Galaxy Z Fold 2

Samsung Galaxy Z Fold 2
Dimensiones y peso Abierto: 159,2 x 128,2 x 6,9-6 mm
Plegado: 159,2 x 68 x 16,8-13,8 mm
282 gramos
Pantallas Principal: 7,6” QXGA+ Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex (2.208 x 1.766 px)
Externa: 6,2" Super AMOLED (2.260 x 816 px)
Procesador Octa-core 64 bits 7 nm
RAM 12 GB
Almacenamiento 256 GB UFS 3.1
Sistema operativo Android 10 + One UI
Cámaras traseras Gran angular: 12 MP (1,12 µm) F/2.2
Principal: 12 MP (1,8 µm) F/1.8, OIS, Dual Pixel
Teleobjetivo: 12 MP (1 µm) F/2.4
Cámaras frontales Interna: 10 MP (1,22 µm) F/2.2
Externa: 10 MP (1,22 µm) F/2.2
Conectividad WiFi 802.11 a/b/g/n/ac/ax, UWB, LTE, 5G (Sub6, mmWave), Bluetooth 5.0
Batería 4.500 mAh dual + carga rápida + inalámbrica
Otros NanoSIM/eSIM, sonido estéreo, Wireless PowerShare
Precio 2.009 euros

Diseño: un formato conocido (y raro), pero mejorado ligeramente

Cuando probamos el primer Galaxy Fold tuvimos algo más de "miedo" y cautela pese a que no nos parecía realmente frágil: la pantalla, un componente que suele ser el más frecuentemente reparado cuando se hacen estadísticas, se tenía que plegar y desplegar de manera continua para usar el teléfono, y no estaban los precedentes para recrearse demasiado en esto.

Da sensación de ser un dispositivo robusto, con lo que ya de buenas a primeras lo hemos usado con normalidad y cierta confianza

Tras aquella experiencia (y tras probar también el Samsun Galaxy Z Flip y el primer Motorola Razr, y viendo que Samsung dice haber mejorado la bisagra y la resistencia del panel), esta vez no nos ha dado miedo. El dispositivo mantiene el factor forma tipo libro y da sensación de ser un dispositivo robusto, con lo que ya de buenas a primeras lo hemos usado con normalidad y cierta confianza.

Aunque la forma es la misma y la bisagra por fuera tiene unas líneas estéticas similares a lo previo, vemos que hay ciertos detalles extra y que sobre todo se ha suavizado y rematado el diseño. En los extremos de la bisagra por su parte interna y que une las dos mitades es más sutil, en conjunto con los marcos de la pantalla flexible.

Se ha logrado, dentro de lo posible, crear una solución de continuidad para que no haya hendiduras en la bisagra y que quede una vista frontal (del interior) menos tosca que en el primer Fold. Aunque el marco sigue sobresaliendo con respecto a la pantalla plegable y no se logra la cohesión que presenta la externa o cualquier otro panel estándar en el resto de móviles.

Hablando de lo que sería cada una de las mitades, el grosor va desde los 6 milímetros en el borde más externo hasta los 6,9 milímetros. Esto es debido a que el borde es más ancho en la parte central, por lo que parece para dejar el sitio necesario para la bisagra y, al mismo tiempo, ganar ese casi milímetro al borde (el Fold anterior quedaba en 6,9 milímetros).

La bisagra se nota más o menos tan firme como la anterior: ofrece resistencia para que no se abra con facilidad y quede fijo en el ángulo que queramos. Pero lo que han añadido son dos pequeñas muescas de plástico en la que sería la mitad izquierda (en el interior), a modo de tope.

En el exterior, en la parte donde se integran las cámaras, la trasera es un calco de lo que vimos en el Samsung Galaxy Note 20 Ultra, tanto por el acabado mate, como por el color (también Mystic Pink), como por precisamente ese notorio módulo de lentes. Sobresale bastante, tanto como para que el móvil se balancee un poco si se apoya sobre una mesa totalmente abierto, teniendo un acabado en brillo como la bisagra.

Este acabado mate evita que se queden las huellas, pero no ocurre lo mismo con el del módulo donde sí se mantienen con facilidad. No obstante, la bisagra se salva bastante de ellas (aunque sí es algo más sucio que la parte mate).

Los bordes tienen un acabado en mate pero menos pulido que el de la trasera, y en el caso de la mitad con las cámaras se insertan los botones de volumen y el lector de huellas/botón de encendido. En la parte inferior está el USB tipo-C, sin que haya jack de audio como cabría esperar por la estrechez.

En la otra mitad se integra el panel secundario de 6,2 pulgadas, siendo éste uno de los principales cambios estéticos y funcionales al aprovecharse casi la totalidad de la superficie. El lateral se curva, pero la pantalla no llega a ser curvada como la de los Galaxy S, y lo que vemos en esta mitad son los altavoces (uno en la parte superior y otro en la inferior), junto con la bandeja para la SIM.

En la parte interna también ha cambiado la integración de la pantalla: ya no hay un gran notch para dos cámaras, sino la integración de una sola cámara en una perforación, como en la externa. De hecho, posteriormente veremos que democratiza la calidad de las subjetivas y ambas cámaras frontales presentan la misma configuración.

¿Y qué pasa con el peso? Que sigue siendo un híbrido entre tablet y móvil y que con un cuerpo dual que ha de integrar un panel de 7,6 pulgadas supera a móviles pesados como el ASUS ROG Phone 3 con una batería de menor capacidad, aunque han logrado mantenerlo en 282 gramos (que son 6 gramos más que el primer Fold).

¿Y con el volumen? Que es más grande que el primer Fold. Esto no se aprecia (al menos de memoria), pero al estar abierto es como un tablet muy pequeño (o un móvil actual cualquiera muy ancho, mejor dicho) y al estar cerrado es muy estrecho pero también muy grueso.

De este modo, lo cómodo es sujetarlo en horizontal o en vertical con las dos manos cuando está abierto y así repartir el peso entre ellas. Con el móvil plegado, la anchura de la pantalla de 6,2 pulgadas permite el uso con una mano, pero no es cómodo por el grosor y el peso. Lo mejor es sujetarlo con una para hacer tap con la otra.

En comparación con los otros móviles, más o menos justa, queda evidentemente por encima de todos los topes de gama actuales en cuanto a volumen y peso. Eso sí, reiteramos que aquí se trata de contener una diagonal de 7,6 pulgadas y que abierto es un dispositivo bastante fino.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Samsung Galaxy Z Fold 2 (abierto) 152,9 128,2 6-6,9 282 7,6 4.500 204,1 140,8
ASUS ROG Phone 3 171 78 9,9 240 6,59 6.000 133,28 132,04
Samsung Galaxy S20 Ultra 166,9 76 8,8 220 6,9 5.000 126,84 111,62
Sony Xperia 1 II 165,1 71,1 7,6 181,4 6,5 4.000 117,39 89,21
Huawei P40 Pro+ 158,2 72,6 9 226 6,58 4.200 114,85 103,37
Xiaomi Mi 10 Pro 162,5 74,8 9 208 6,67 4.500 121,55 109,39
LG Velvet 5G 167,08 74 7,85 180 6,8 4.300 123,58 97,0103
Motorola Edge 161,4 71,1 9,29 188 6,7 4.500 114,75 106,60
Black Shark 3 Pro 177,79 83,29 10,1 253 7,1 5.000 148,11 149,59
Nubia Red Magic 5G 168,6 78 9,8 218 6,65 4.500 131,51 128,88
OnePlus 8 Pro 165,3 74,35 8,5 199 6,78 4.510 122,9 104,47
iPhone 11 Pro Max 158 77,8 8,1 226 6,5 3.969 122,92 99,57

La comodidad del Galaxy Z Fold 2, como el tiempo, es relativa. Abierto obliga a usar las dos manos pero el delgado borde y su curvatura ayudan a que sea un agarre cómodo y similar al que tiene un tablet pequeño, aunque esa delgadez facilita los toques accidentales con la palma de la mano al escribir.

Plegado es muy cómodo de sostener con una mano por su estrechez, pero es el doble de grueso. De ahí que de esta manera tenga mejor agarre (al poder cerrar más la mano), pero a su vez esto condiciona la escritura haciéndola algo más incómoda por el tamaño del teclado y la posición de las manos (más flexionadas). Además, si lo sostenemos sólo con una mano sí resulta bastante pesado.

El dispositivo se siente firme y bien construido. Cierto es que las hendiduras que presenta su construcción se prestan a que se pueda acumular el polvo más fácilmente (no hablamos sólo del exterior de la bisagra, también de cómo encaja el cristal en el borde de metal o del módulo de cámaras), pero en general en nuestra experiencia ha aguantado bien tanto a esto como a las huellas dactilares, salvo en las partes con el acabado en brillo.

A destacar además la mejora en los frontales, tanto interno como externo. Se dice adiós al notch interno y a los marcos externos para bien, de modo que en las dos pantallas se incrustan las cámaras frontales con un agujero y la pantalla externa es mucho más atractiva y funcional.

Pantallas: la versatilidad y los 120 Hz por bandera, pero no la densidad

En el caso de este dispositivo en esta sección hablamos no sólo una, sino de dos pantallas. La principal e interna es una pantalla Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex de 7,6 pulgadas con resolución QXGA+ (de 2.208 x 1.766 píxeles) y la externa y secundaria es de 6,2 pulgadas y resolución de 2.260 x 816 píxeles (de tipo super AMOLED).

La densidad de píxeles queda algo baja en comparación a lo que solemos ver en pantallas QXGA+ y esto se nota en la experiencia

Esto se traduce a efectos prácticos en que tenemos una pantalla plegable tamaño tablet pequeño, por así decirlo, más próximo a los 4:3 que a un ratio más habitual de pantalla como los 20:9 ó 21:9. Un panel que sobre el papel presenta una buena resolución, pero la densidad de píxeles queda algo baja en comparación a lo que solemos ver en pantallas QXGA+ (al ser más grande) y esto se nota en la experiencia, echando en falta nitidez si comparamos con un panel de mayor densidad.

No obstante, la experiencia es aceptable y tampoco hay una mala visualización sea cual sea el contenido, viendo que además tiene la dosis de contraste y profundidad de los negros que esperaríamos en cualquier otro tipo de panel OLED. También a tope de saturación, sobre todo si lo dejamos configurado con el modo de pantalla Intenso.

Esta opción la encontraremos en los ajustes de pantalla, pudiendo dejar un resultado más equilibrado con el modo Natural. Aunque a lo que no encontramos sentido es que sólo se pueda ajustar la temperatura en el modo Intenso y no en el natural, cuando es algo independiente de la saturación y éste segundo, además, queda demasiado cálido.

Así, el contraste es más que suficiente en las dos pantallas, y en la externa la densidad de píxeles es mayor (y recuerda más a los paneles habituales de Samsung). El brillo máximo también cumple en ambos casos y, aunque en los dos casos hemos usado el dispositivo en exteriores sin problema, la pantalla externa se ve algo mejor al sol.

En este caso la pantalla Always-on (pantalla ambiente) se encuentra en los dos paneles. No hay cambios en las opciones y la personalización sigue siendo escasa, pero el widget de control de reproducción es muy útil y resulta correcto a nivel de sensibilidad táctil.

La pantalla Edge sigue siendo el mismo concepto de barra accesoria de accesos rápidos que hemos visto hasta ahora en móviles de la marca, pero en este caso cobra mucho más sentido: será lo que nos permita activar la pantalla dividida y la multiventana (de las cuales hablaremos a posteriori).

Podremos elegir entre modo oscuro o modo claro, viniendo éste último por defecto. En la experiencia lo notaremos sobre todo en la visualización, dado que el tema oscuro suele ayudar a descansar más la vista, pero usarlo o no es más bien cuestión de preferencias.

También podremos elegir la tasa de refresco aunque hasta cierto punto. En el Z Fold 2 tenemos opción de dejarlo siempre a 60 Hz o bien optar por la frecuencia adaptable, con la cual el sistema elige un valor hasta 120 Hz. Posteriormente veremos que el extra de fluidez se paga con la moneda de la autonomía, pero por el cambio entre un ajuste y otro (sobre todo en transiciones, en scrolls y en los juegos compatibles) compensa quedarse en la adaptable.

Las sensaciones con la pantalla plegable

Pese a ser flexible, la composición de la pantalla de 7,6 pulgadas incluye cristal (es Samsung Ultra Thin Glass como la del Galaxy Z Flip), pero el tacto es distinto a los paneles habituales. Recuerda algo más al plástico, pero en todo caso la sensibilidad táctil es correcta y tanto taps como gestos son bien interpretados.

¿Y hay pliegue? Hay pliegue. Esa hendidura provocada posiblemente por la adhesión del panel a la bisagra se mantiene y se percibe al tacto al deslizar el dedo por el ecuador vertical de la pantalla. También se ve según el ángulo, pero en todo caso no es algo que afecte a la experiencia e incluso se llega a olvidar su presencia con los días (o al menos no hace saltar las alarmas de los TOC tan a menudo como podría parecer).

A este respecto, comentar que los ángulos de visión son buenos y que según GSM Arena la pantalla ocupa un 88,6% de la superficie del frontal, que no está mal teniendo en cuenta el considerable marco físico. Un marco que no es suficiente para evitar toques accidentales cuando usamos el Z Fold 2 en horizontal y una de las mitades de la pantalla es teclado.

Al escribir con el teclado apaisado es bastante fácil dar con la base de la palma accidentalmente y pulsar las teclas de retroceso o intro sin querer.

¿Y el aprovechamiento de la pantalla? La reducción de los marcos y el adiós al notch en la interna ha jugado a favor de que la sensación "todo pantalla" se consiga en ambos paneles, de modo que las apps que se ejecutan logran rascar hasta los bordes (salvo en la reproducción de vídeos o contenido 16:9, que siempre dejará espacios en negro).

Así queda Chrome en la pantalla principal (dispositivo en vertical).
Así queda Instagram en la pantalla principal (dispositivo en vertical). Por cierto, aún no soporta el modo de pantalla dividida.

Hablando del agujero de las cámaras frontales, en el caso de la pantalla principal es algo más grande y por tanto la barra de herramientas es algo más ancha, pero en todo caso es de un tamaño correcto. Hablamos de 5,79 milímetros en la pantalla plegable y de 4,97 milímetros en la externa, más cerca de lo que vimos en el Samsung Galaxy S20 Ultra (bastante fina) que de otros móviles con agujero más grande como el Huawei P40 Pro+, con lo cual tenemos una superficie bien aprovechada por la interfaz.

Así queda el 'PUBG' en la pantalla principal (dispositivo en horizontal).
Así queda el 'Real Racing 3' en la pantalla principal (dispositivo en horizontal).
Así quedan Spotify y Mi TV en la pantalla secundaria.

Además, hay algunas opciones de software que ayudan a que One UI se ajuste mejor a la superficie y se aproveche mejor el espacio, como es el zoom de la pantalla (pudiendo reducir el tamaño de los elementos). Cambiar la navegación a la barra única también nos hace ganar algunos milímetros, sobre todo si activamos que esta barra de navegación no se quede encima del teclado.

Los ajustes de pantalla de inicio, además de darnos a elegir si queremos o no cajón de apps, también permiten aprovechar mejor el escritorio, que queda tan espacioso en la pantalla principal. Además, podemos activar que deslizando desde cualquier sitio se abra la cortinilla de notificaciones.

Rendimiento: los ingredientes para que pueda con todo

Samsung acostumbra a lanzar modelos con dos procesadores según mercado y suele tocarnos el que va con Exynos, pero en este caso no hay dualidad y el Galaxy Z Fold 2 incorpora el Snapdragon 865+, la evolución más reciente del procesador más potente de Qualcomm. Además, también dispone del módem necesario para la conectividad 5G.

El dispositivo se gana los galones de buque insignia acompañando a este procesador con 12 GB de RAM y almacenamiento UFS 3.1, un estándar reciente y con mejoras teóricas en velocidad y eficiencia energética. Y lo que nosotros hemos notado en la práctica es que todos estos números se traducen en potencia y fluidez continuas, sea cual sea el uso.

Los componentes han demostrado poder con cualquier tarea, o mejor dicho tareas (en plural) porque hemos tratado de exprimir esa multitarea de la que hablaremos luego. Y nada, no hay signos de insuficiencia en el rendimiento del Z Fold 2, ya sea con varias apps multimedia a la vez o con juegos potentes.

Da la impresión de que el software sigue siendo pesado, pero como nos ha pasado en anteriores ocasiones cuando el hardware es tan potente no hay lag en general con One UI. Eso sí, el móvil se calienta con facilidad, sobre todo con apps multimedia y la cámara.

Un captura cuando lo notábamos bastante caliente. Son los máximos valores que hemos detectado.

Y para quienes tomáis los tests de rendimiento como referencia, os dejamos los benchmarks que hemos podido pasar al Samsung Galaxy Z Fold 2 junto con los resultados de otros móviles de la compentencia.

Samsung Galaxy Z Fold 2Samsung Galaxy Note 20 Ultra Sony Xperia 1 II

Black Shark 3 Pro

NUBIA RED MAGIC 5G

ONEPLUS 8 PRO

HUAWEI P40 PRO

ASUS ROG PHONE 3

XIAOMI MI 10 Pro

IPHONE 11 PRO

PROCESADOR

Snapdragon 865

Exynos 990

Snapdragon 865

Snapdragon 865

Snapdragon 865

Snapdragon 865

Kirin 990

Snapdragon 856+

Snapdragon 865

Apple A13 Bionic

RAM

12 GB

12 GB

8 GB

8 GB

8 GB

12 GB

8 GB

8 GB

8 GB

4 GB

GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI)

573 / 3.077

872 / 2.463

905 / 3.330

906 / 3.316

925 / 3.214

885 / 3.136

943 / 2.527

900 / 3.296

892 / 3.224

1.331 / 3.333

3D MARK (SLING SHOT)

9.046

6.311

8.885

7.330

9.448

8.726

4.074

8.747

-

-

PCMARK WORK

11.256

10.012

9.994

9.878

9.878

13.414

9.476

12.656

9.929

-

Ver galería completa » Samsung Galaxy Z Fold 2, benchmarks (14 fotos)

Software: en busca de la multitarea perfecta

El nuevo plegable de Samsung llega a nuestras manos con One UI 2.5 sobre Android 10. La última versión de la capa de personalización del fabricante que llega con sus novedades y, en este caso, adaptada al factor forma y características del dispositivo, por lo que hablaremos en primer lugar de los aspectos generales del software y a continuación nos pararemos un momento en la experiencia en productividad.

Llama la atención que lo primero que vemos al encender el dispositivo es una serie de advertencias de uso. Tampoco es de extrañar, teniendo en cuenta que con el primer Fold hubo confusión en lo que pareció un film protector añadido y resultó ser pantalla.

La capa de Samsung es de las que trae su dosis de bloatware, pero podremos eliminar las apps propias o de terceros que no nos interesen incluyendo las de Google o las de Office. Lo que no podremos eliminar serán algunas utilidades de Samsung, como la Galaxy Store.

Lo de que tras los días de uso aparezcan apps que no hemos pedido (o reaparezcan las que hemos borrado) sigue sin hacernos gracia, Samsung.

Los ajustes del sistema se presentan de manera clara y con una organización muy deductiva, con un buscador muy eficiente si no encontramos algún apartado. Es donde veremos todos los ajustes de pantalla que ya hemos revisado y donde se encuentran los que repasaremos para sonido y mantenimiento (autonomía), pero encontramos otras secciones menos habituales y propias de One UI que resultan interesantes.

La capa de Samsung añade una sección de funciones avanzadas donde además de las rutinas de Bixby (la posibilidad de encadenar tareas y activarlas con una orden de voz) veremos la posibilidad de añadir gestos y de modificar la interacción. También vemos ajustes para la captura de pantalla y la opción de reducir las animaciones, que normalmente está disponible al activar las opciones del sistema para desarrollador.

También está el Game Booster, que se compone de una serie de controles rápidos para los juegos, además de funcionar como biblioteca de los mismos. También da información estadística sobre nuestro uso y el de otros usuarios.

Vemos que la cortinilla de notificaciones está bastante nutrida en cuanto a toggles. De hecho, hay tantos que ocupan toda la pantalla principal, incluyendo funciones como la iluminación Edge, el Dolby Atmos, DeX y otras que no existen o no solemos ver en otras capas.

Hablando de la iluminación Edge, sigue siendo una manera de hacer más llamativas las burbujas de notificaciones, pero se añaden más opciones de personalización.

También podemos usar Samsung Daily, previamente conocido como Bixby Home y que se trata de la tercera pestaña que se abre en el escritorio y que puede incluir una serie de tarjetas de acceso rápido a información. Es más útil si en nuestro uso se incluyen los pocos servicios que tienen tarjetas, y en nuestro caso solemos desactivarlo.

El software no ha dado problemas, salvo un par de bugs contados como el del doble obturador en la cámara, que ya habíamos visto en anteriores móviles de la marca (existe la función de añadir un segundo botón flotante, pero en este caso nos aparecía con esa función desactivada y de manera aleatoria). En general es una capa de software completa y la encontramos bien adaptada a este dispositivo, sobre todo por lo que comentaremos a continuación.

La productividad en el Samsung Galaxy Z Fold 2

Uno de los reclamos en el primer Fold era llevar más allá de lo habitual la productividad; que la pantalla dividida fuese ventajosa de cara a tener una multitarea vitaminada y que este dispositivo (y su precio) encajase en un público más exigente en este sentido. La idea se repite con el Z Fold 2, con ese software dedicado que vimos en el primero (que ya hemos anticipado en este análisis) y que ahora se potencia con la alianza del fabricante con Microsoft.

Una de las principales aplicaciones es la multiventana, que fusiona el poder colocar hasta tres apps en modo de pantalla dividida (estando las tres en primer plano) con las ventanas flotantes. En la práctica la pantalla dividida puede resultar muy útil para realizar dos tareas simultáneas o pasar contenido de una app a otra, mientras que las ventanas flotantes nos han sido de más utilidad si era sólo una la tarea ejecutándose en la pantalla. Pero el tope de ventanas flotantes activas es de cinco, intentando abrir más se quedan en forma de burbuja (minimizadas) por si más adelante nos interesa abrirlas.

Cada una de estas ventanas ofrece una serie de posibilidades que se despliegan al hacer tap sobre la barra que, a su vez, permite colocarlas en cualquier parte de la pantalla. Con ello podemos fijarla en la pantalla dividida o eliminarla entre otras opciones.

Hasta tres apps en pantalla dividida y cinco ventanas flotantes (activas) soporta el Samsung Galaxy Z Fold 2, aunque tanta tarea activa no es muy realista y en la práctica se suele quedar en alguna menos.
Tanto las apps en pantalla dividida como las ejecutadas en ventana flotante se pueden usar con normalidad

Tanto las apps en pantalla dividida como las ejecutadas en ventana flotante se pueden usar con normalidad, incluso tratándose de reproducción de vídeo. La app debe soportar el modo de pantalla dividida estándar de Android, de modo que lo hemos podido usar con todas nuestras aplicaciones habituales excepto con Instagram.

De esta función deriva (o tiene sentido) la captura de pantalla selectiva, de modo que si hacemos una captura de pantalla con ésta dividida el software nos da a elegir qué ventanas queremos (todas, una o dos). Algo bastante útil si solemos hacer capturas de pantalla al poder prescindir de contenido directamente, sin tener que recortar después (y poder compartir también).

En la imagen de la izquierda estamos usando la pantalla dividida en tres apps activas (la que no se ve es Amazon Video, que como otras apps de streaming no permiten la captura de pantalla). Al realizar la captura, seleccionamos en este caso la ventana de Twitter, que es la que posteriormente además editaremos (imagen de la derecha).

Otra función a destacar es la de arrastrar y soltar elementos, con la cual tomamos objetos (imágenes, texto, un archivo, etc.) de una app para insertarlo en otra. Funciona en las apps de Microsoft (Office, OneDrive y Outlook), en Gmail y Google Maps, en WhatsApp (sólo texto), en Line (texto e imágenes) y en apps propias como galería, el navegador, mensajes, archivos y notas, y resulta bastante útil si solemos compartir contenido entre apps. Funciona bien y sin errores, aunque según de qué app y acción se trate a veces el espacio para soltar el elemento es algo pequeño.

A la izquierda cómo se adjunta directamente un archivo de Office en un correo. A la derecha cómo pasar un gráfico de una hoja de cálculo a un documento.

La versatilidad prometida con este móvil está también en el paso de una pantalla a otra. En principio de la externa a la plegable se mantiene la app activa, en cambio por defecto el móvil se bloquea si lo plegamos. Pero esto puede ajustarse de modo selectivo, de manera que podemos seleccionar una app o las que nos interesen para que se mantenga abierta en la pantalla externa al cerrar el dispositivo.

Para trabajar con dos tareas lo más conveniente es tener el dispositivo en vertical, ocupando cada una una de las dos mitades. En horizontal resulta de utilidad para escribir con el teclado dividido (algo posible con el de Samsung y que si no es bastante incómodo) o si nos interesa tener un vídeo en una de las mitades y que el Z Fold 2 quede como un stand.

El teclado de Samsung permite esta distribución partida. Swiftkey va instalado de serie, pero no toma esta forma y no resulta tan cómodo (al tener que estirar demasiado los dedos y además sucederse toques accidentales).

En la práctica sí se puede ser algo más productivo con este producto si da la casualidad de que usamos las apps que soportan todas estas funciones especiales, más o menos como con los tablets que también tienen una pantalla dividida así de funcional (como el iPad Pro), aunque siendo una pantalla grande para un móvil a veces no es lo más cómodo al quedar en al menos dos mitades. Pero una vez nos acostumbramos y hemos descubierto las posibilidades, sí es fácil establecer un flujo de trabajo más completo que con un móvil estándar, con el añadido de que si nos cansamos de la pantalla grande lo podemos cerrar. Eso sí, la escritura en la pequeña es más incómoda, como hemos comentado.

Biometría

El Samsung Galaxy Z Fold 2 cuenta con lector de huellas y reconocimiento facial sencillo. Hablando del primero, se encuentra en el lateral de la mitad derecha (mirando a la pantalla plegable) y nos parece una ubicación cómoda y correcta para el desbloqueo, sea cual sea el agarre o estando el dispositivo en la mesa.

La lectura suele ser efectiva y rápida, sin ser exigente con la superficie de la huella. Podemos almacenar al menos cuatro huellas, así que en conjunto resulta ser un método eficaz y de uso recurrente.

El reconocimiento facial se puede habilitar en las dos cámaras frontales y también es muy rápido. De hecho, nos reconoce el rostro sin llegar a colocarnos el dispositivo enfrente y con un ángulo considerable.

Tiene además algunos ajustes opcionales interesantes como la posibilidad de añadir un segundo perfil por si usamos gafas, aunque en la práctica no es necesario porque nos reconoce igualmente las tengamos o no. Eso sí, en oscuridad completa no va a funcionar, pero con un poco de luz y el aumento de brillo activado ya es suficiente.

Cámaras: probablemente los mejores selfies de 2020

La apuesta fotográfica del Z Fold 2 cambia con respecto al primero al potenciar lo funcional y no tanto el número de lentes. Hay una reducción en las cámaras frontales internas de manera que se queda la misma (sensor de 10 megapíxeles) en la pantalla externa y en la plegable. En las traseras: la combinación de moda en la gama alta, sin dejar de lado la estabilización óptica y el teleobjetivo:

  • Gran angular: sensor de 12 megapíxeles (1,12 µm) y lente con apertura f/2.2.
  • Cámara principal: sensor de 12 megapíxeles (1,8 µm) Dual Pixel y lente con apertura f/1.8, con OIS.
  • Teleobjetivo: sensor de 12 megapíxeles (1 µm) con OIS y lente con apertura f/2.4.
  • Frontales: sensor de 10 megapíxeles (1,22 µm) y lente con apertura f/2.2.

A destacar la doble estabilización para la lente principal y el tele, pero en general han sido menos ambiciosos que en algunos de sus predecesores. Vemos sensores algo más pequeños que en el Galaxy S20 Ultra o el Note 20 Ultra, optando también por menores resoluciones pero con píxeles más grandes. El zoom óptico queda además en 2x y no hay grabación de vídeo en 8K, pero a cambio se añade el seguimiento del enfoque en vídeo y se mantienen funciones como la ultraestabilización, el audio zoom o la captura única.

App de cámara

La app de cámara de One UI se mantiene en este dispositivo, pero "tuneada" para adaptarse al factor forma (sobre todo hablando de la pantalla grande). Vemos los modos habituales y algo que siempre recalcamos porque nos gusta: la posibilidad de editarlos y poder dejarlos o no en la pestaña Más.

Como vemos, al usar el móvil en modo Flex (parcialmente doblado o a 90 grados) se divide la interfaz, de modo que el encuadre ocupa la superior y los controles la inferior. En el caso de la pantalla externa, vemos la distribución habitual.

En cualquier caso tendremos una opción en la esquina superior izquierda para activar una función específica: si estamos en modo autofoto nos ofrecerá la posibilidad de realizarlo con las cámaras traseras (e indica "Selfie") y si vamos a usar las cámaras traseras ofrece la posibilidad de mostrar la preview en la pantalla externa (por si estamos fotografiando a alguien).

Los retratos se activan por defecto con el teleobjetivo, ya sea al hacerlos en modo normal o como autorretratos. Pero puede cambiarse a la vista normal y además regular el desenfoque.

Se mantiene el modo noche, que además estará activo para las tres lentes, el modo Pro y el vídeo dinámico (que aplica desenfoque al fondo de manera automática), aunque lo que se mantiene también es la ausencia de control manual del HDR. Tampoco se añade la posibilidad de cambiar la resolución del vídeo directamente desde la interfaz.

La app nos ha funcionado bien, aunque cierto es que ha vuelto ese bug del obturador que mostrábamos en el apartado de software y que sigue siendo lenta. Con algo más de fluidez al cambiar de modo o aplicar algún ajuste la experiencia mejoraría muchísimo.

Cámaras traseras

El procesado de Samsung se ha ido naturalizando con el paso del tiempo y atrás queda la saturación exagerada, al menos en general. En modo automático y en HDR vemos una buena colorimetría y un rango dinámico amplio, salvando bien el detalle con buena luz sobre todo en la lente principal y el teleobjetivo.

Fotografía en automático.

Cuando la luz escasea tiene más problemas, viendo que la interpretación de iluminaciones y sombras no llega a ser del todo adecuada al quedar más las segundas y dejar un resultado algo subexpuesto. Y veremos que esa saturación excesiva sigue quedando en rojos y magentas, como hemos visto anteriormente en móviles de la marca.

Cuando la iluminación no es favorable, la nitidez no tarda en perderse un poco. (Fotografía en automático)
Aquí la colorimetría es buena, pero queda demasiado subexpuesta y falta compensar las iluminaciones. (Fotografía en automático)
El fucsia está un tanto desequilibrado en cuanto a saturación. (Fotografía en HDR)

En cuanto al HDR, su aplicación a veces no dista del disparo en automático (por experiencias previas, parece que aunque lo desactivemos se aplica algo de HDR igualmente). Vemos que salvo en contados casos el resultado es similar, sin que su aplicación conlleve a la aparición de resaltes o contrastes exagerados, así que compensa dejarlo en automático.

El teleobjetivo permite hacer un zoom óptico de 2x, pero de manera digital podemos acercarnos algo más. En general a 2x rinde bien, sin milagros y con más dificultad en luz baja, aunque se nota algo la acción del OIS porque en estas situaciones no vemos un exceso de ruido.

El gran angular es la lente con mayor margen de mejora. Con luz abundante rinde bien, sin aberraciones y conservando relativamente bien la nitidez (aunque ya con alguna pérdida), pero de noche y en situaciones de baja luz pierde bastante y a veces puede subexponer, sobre todo en vídeo. Aunque lo que vemos es que conserva el balance de blancos con respecto a la principal, el cual suele ser correcto.

Fotografía con el gran angular.

El modo retrato actúa con objetos y con personas y destaca el buen recorte que realiza (y rápido). El desenfoque es bastante plano, pero ajustándolo para que no sea una apertura virtual exagerada podemos obtener buenos resultados.

Modo retrato.

El modo noche puede ser la salvación si lo que buscamos es un resultado nítido, sobre todo hablando del gran angular. Son disparos con mayor tiempo de exposición y menor ISO (en torno a ISO 320 cuando en el automático queda en ISO 1.000), y vemos que se definen mucho mejor los contornos.

Modo noche con el objetivo principal.
Modo noche con el gran angular.
Modo noche con el teleobjetivo.
En este ejemplo con el teleobjetivo, vemos que el follaje está más definido (aunque algo exagerado), y también hay una mejor interpretación de las sombras que se nota en el fondo, la farola y el banco.

Cámaras frontales

La oferta de selfies en el Fold 2 puede ser la fantasía de quienes acostumbran a hacer este tipo de fotografías (o vídeos, como luego veremos). Hablando de las cámaras frontales per se, la calidad de las fotografías es algo más alta de lo esperado, con colores naturales, rango dinámico justo y conservando la nitidez con buena luz e incluso en interiores e iluminación artificial.

Fotografía en automático (sensor de 10 megapíxeles).

Aunque el verdadero puntazo es **hacerse selfies con las cámaras traseras. El salto de calidad es notable sobre todo en el detalle y destaca el uso del teleobjetivo para los primerísimos planos, pudiendo usar el gran angular para fotografías grupales.

Fotografías en automático con las cámaras traseras.

El modo retrato también da muy buen resultado, hablando de las dos opciones de cámaras, aunque el recorte en las cámaras de 10 megapíxeles es algo peor que el de las cámaras traseras. Pero en todo caso normalmente da muy buen resultado con buena luz, de noche en general la cámara tiene más problemas aunque dentro de lo esperado.

Modo retrato (cámaras traseras).

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Vídeo

Algo ocurre con el vídeo del Z Fold 2 porque los colores en general salen muy lavados, como si aplicásemos algún tipo de filtro. Toda esa saturación a la que nos acostumbra la marca se va incluso demasiado, quedando tomas que no se ajustan a la realidad (además de tener un balance de blancos algo frío).

Tenemos un máximo de calidad en 4K, con lo cual obtenemos tomas algo más ricas que a 1080p, aunque en todo caso estarían bien si no fuese por este lavado de colores. La grabación en modo normal permite cambiar de lente durante la misma, además.

Pese a contar con doble estabilización, la calidad decae en la escena nocturna. Quizás logre aplacar algo más el ruido que sin estos sistemas, pero en todo caso tampoco vemos un resultado destacable.

La superestabilización obliga a grabar a 1080p, aunque con buena luz el resultado es aceptable. La noche o la baja luz penaliza bastante sobre todo en el gran angular, dado que la subexposición es exagerada debido al propio modo, muy agresivo y en apariencia exigente (también penaliza un poco la definición). Pero notarse se nota, os ponemos dos comparaciones con ella y sin ella.

La cámara frontal tiene esa doble posibilidad que veíamos en fotografía al contar con cinco cámaras en la práctica. Los vídeos con las de 10 megapíxeles tienen un buen resultado, pero el desempeño de las de 12 megapíxeles es mejor y aunque grabar con el dispositivo abierto no es lo más cómodo dan muy buen resultado.

Sonido: buena experiencia, no tan buena ubicación de los altavoces

La buena noticia con el audio del Z Fold 2 es que tiene altavoces estéreo, uno a cada lado y nada discretos. La no tan buena es que además de no integrar minijack de 3,5 milímetros, no es rato tapar los altavoces cuando se usa abierto y en horizontal.

Hablando del desempeño de los altavoces, consideramos que dan un sonido de calidad, sin ocasionar ninguna vibración exagerada en el chasis

Hablando del desempeño de los altavoces, consideramos que dan un sonido de calidad, sin ocasionar ninguna vibración exagerada en el chasis y con buen rendimiento incluso a altos volúmenes. En nuestras pruebas hemos registrado unos 103 decibelios a volumen máximo (en la salida del altavoz), que se traducen en unos 80-83 dB ambientales.

La distorsión empieza tarde, en torno al 90%. De ahí que convenga quedarnos como mucho hacia el 85% de volumen, aunque si lo usamos de centro multimedia en una estancia normal como una habitación de la casa incluso algo menos es suficiente. En general, en altavoces el sonido es nítido y compensado, con graves potentes y buen rango dinámico.

A nivel de ajustes extra por parte del software, el Dolby Atmos está disponible también para los altavoces externos y da un plus de volumen. Eso sí, aunque se logra algo más de claridad si lo aplicamos ya con un volumen alto notaremos distorsión.

El optimizador UHQ sí está disponible sólo para auriculares, los cuales por cierto se incluyen en el pack (unos AKG con USB tipo C de tipo in-ear). Con la opción de mejora de bits y el ancho de banda notamos que el sonido tiene algo más de profundidad y casi es algo más envolvente, aunque la activación del Dolby Atmos casi no se aprecia en este caso. Y disponemos del Adapt Sound, que puede compensar los agudos y los graves en el caso de que nos cueste un poco más oírlos gracias a un test auditivo para detectar qué frecuencias se nos escapan.

Hablando de los auriculares, en nuestro caso se nos han acoplado bastante bien aunque se entregan varios tamaños de siliconas. Como en otras ocasiones son un modelo con el cable trenzado, más resistente, y en conjunto son una buena compensación a no tener el minijack sobre todo si nos pilla sin auriculares compatibles.

Autonomía: los miliamperios/hora no lo son todo

El Samsung Galaxy Z Fold 2 dispone de una batería dual de 4.500 mAh. Un número nada despreciable en un móvil con una sola pantalla entre 6,2 y 6,8 pulgadas, pero que sobre el papel parece justa para el dispositivo plegable.

En nuestra experiencia hemos alternado el uso de las dos pantallas, así como las conexiones WiFi y LTE, la frecuencia de 60 Hz y la adaptable y los modos claro y oscuro. Con todo ello, la media nos queda en 1 día y dos horas, con unas 3,5 horas de pantalla. La media global no está mal vista de manera aséptica, pero es resultado de pocas autonomías que sobrepasan las 24 horas y más que rondan en torno a las 14-17 horas.

El consumo es muy variable y sobre todo va a depender de qué pantalla usemos y para qué: el peor dato de autonomía lo tuvimos con la frecuencia adaptable, unas 12 horas, pero con 60 Hz también hemos registrado en torno a las 14 horas (si recurrimos más al multimedia).

Lo que ayuda aquí es que la carga, pese a no ser extremadamente rápida, no está mal y más o menos se completa en aproximadamente 1 hora y 35 minutos con el cargador que se entrega con el móvil (USB tipo C). En unos 40 minutos se obtiene el 50% de la carga, que ya nos puede salvar la situación en caso de que quede poca batería.

Hay algunas opciones para prolongar la batería, más allá de dejar el móvil en 60 Hz (lo cual al final tampoco tiene tanto impacto si el uso es sobre todo multimedia). Aunque lo que sigue sin gustarnos es que el brillo quede al mínimo con el 5% de batería, siendo demasiado poco.

Samsung Galaxy Z Fold 2, la opinión de Xataka

Disponerse a usar un dispositivo plegable aún es algo que genera prejuicios. Nosotros los teníamos sobre todo en cuanto a robustez y fiabilidad, pero cierto es que los temores se fueron esfumando a medida que abríamos y cerrábamos el Fold 2 y no notábamos nada raro ni alarmante.

A corto plazo es imposible afirmar que esto se mantendrá en lo sucesivo, tras cientos y miles de cierres y aperturas, pero al menos transmite la sensación de estar bien construido y de que la bisagra aguanta bien, sin que se cuele suciedad en apariencia. Con la pantalla abierta sigue apareciendo el pliegue que suele recibir bastantes críticas por el aspecto que deja, pero es algo que no molesta en la práctica, siendo más asépticos en esto.

No es un factor forma que vaya a encajar en muchos perfiles de uso, pero en software y versatilidad cumple lo que promete y no cuesta acostumbrarse a sacar partido de la multiventana o el uso en modo Flex (abierto a 90 grados). Aunque la verdadera mejora ha sido la de aprovechar mejor los frontales, sobre todo hablando de la pantalla externa la cual se usa con relativa comodidad, nada parecido a lo que sucedía con la del primer Fold.

No es el plegable perfecto, pero es un buen segundo/tercer paso (para la marca). Quizás no convenza lo suficiente para pasarse de los móviles tradicionales a este factor forma si nuestro patrón de uso no incluye la pantalla dividida o queremos sacar el máximo partido a los selfies, pero al menos nos ha podido convencer algo más que su predecesor.

8.8

Diseño 8,75
Pantalla 8,50
Rendimiento 9,50
Cámara 9
Software 8,75
Autonomía 8,25

A favor

  • La multiventana, y en general todo el software adaptado, es muy útil y funciona muy bien.
  • La construcción ayuda a olvidar el "miedo" a abrirlo y cerrarlo: se tarda poco en tener confianza y usarlo de manera natural.
  • La pantalla externa tiene mucho más sentido en esta edición, aunque a veces pueda no ser la más cómoda.

En contra

  • La ubicación de los altavoces hace que queden tapados en muchas ocasiones (al usarlo en modo Flex).
  • El rendimiento de las cámaras es aceptable, pero algo por debajo de lo esperado.
  • La autonomía es demasiado justa para un gama alta actual (grande y pesado como éste, además).

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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