Ayer fue la OTAN la que confirmaba el despliegue de tropas norcoreanas en Kursk, Rusia, a través de su secretario general, Mark Rutte. El ejecutivo calificó el despliegue como una "escalada significativa" de la participación de Pyongyang en el conflicto y pidió tanto a Corea del Norte como a Moscú que retiren las tropas de inmediato. En el tablero de ajedrez de la contienda, Rusia decidió sacar parte de su arsenal nuclear mientras Ucrania parece estar moviéndose "entre líneas".
Demostración de poder. El presidente Vladimir Putin supervisó un ejercicio nuclear en Rusia en medio del conflicto en Europa del Este. Durante el mismo, se lanzaron misiles balísticos desde la península de Kamchatka y desde barcos en el Ártico, así como misiles de crucero desde aviones de largo alcance, aunque no se ofrecieron detalles de los resultados. Eso sí, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que todos los misiles alcanzaron sus objetivos, cualesquiera que fueran.
Esta exhibición de poder ocurre en un momento extremadamente delicado de la contienda, con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en busca de más apoyo de sus aliados mientras pide, casi rogando, que se le permita usar misiles de largo alcance para atacar puntos estratégicos en Rusia, una solicitud que hasta ahora no ha sido atendida, al menos de forma oficial.
Las "pruebas" nucleares. Lo cierto es que Rusia ha realizado múltiples pruebas de misiles balísticos en los últimos años, especialmente en el contexto de su expansión militar y la guerra en Ucrania. Dichas pruebas incluyen el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales, como el misil Sarmat, que ha sido promocionado como una "superarma" capaz de burlar las defensas de otras naciones.
Desde la invasión de Ucrania en 2022, las demostraciones de poder nuclear y las pruebas de misiles han sido una táctica utilizada para disuadir a otros países de intervenir en el conflicto y como muestra de su fuerza militar.
Promesas de modernización nuclear. Como cuenta el New York Times, Putin reafirmó el compromiso de mantener las fuerzas nucleares de la nación en un "nivel adecuado" de preparación sin involucrarse en una nueva carrera armamentista. Con un enfoque en la defensa propia, el presidente afirmó que se invertirán recursos en una nueva generación de submarinos, bombarderos de largo alcance y lanzadores de misiles móviles con armamento nuclear, lo cual, según Putin, garantizará la seguridad del país frente a amenazas externas.
Mensajes internos y disuasión. Lo cierto es que desde la invasión a Ucrania, el presidente ruso ha enfatizado su enfoque en armas de destrucción masiva, en parte para reforzar la moral interna, considerando el desempeño de las tropas rusas en el conflicto, pero también y muy importante, como una advertencia a Occidente de no aumentar su apoyo a Ucrania.
Para el Kremlin, la entrega de armas avanzadas a Ucrania plantea el riesgo de un enfrentamiento directo con Rusia; sin embargo, Ucrania considera estas advertencias como simples amenazas, recordando que el bando ruso no ha respondido con fuerza a anteriores entregas de armas occidentales que en su momento fueron consideradas "tabú".
La “campaña” ucraniana. Pero la guerra continúa. Mientras las tropas norcoreanas deciden si entrar o no a la contienda, Insider contaba que Ucrania ha lanzado una campaña para incitar a tropas norcoreanas en Rusia a desertar. ¿Cómo? A cambio de garantizarles refugio y alimentos usando su plataforma de rendición "I Want to Live" en Telegram, donde los contactos hablan de asegurar “una vida segura y bien alimentada en barracas cómodas”.
En un video dirigido a las tropas norcoreanas, Ucrania muestra imágenes de sus campamentos de prisioneros de guerra, resaltando el trato humano y las condiciones de vida dignas que reciben los desertores rusos, con comidas regulares y camas cómodas. El video (un poco más arriba) está acompañado de un número de teléfono y un código QR, facilitando el contacto para aquellos que busquen desertar.
Contexto geopolítico y apoyos aliados. La iniciativa ucraniana parece buscar aprovechar el posible descontento de algunos soldados y debilitar el apoyo extranjero a las fuerzas rusas en medio del conflicto. En cualquier caso, estos movimientos parecen deslizar una idea: la campaña de Ucrania subraya una mayor dependencia de Rusia, al menos en apariencia, en aliados como Corea del Norte para suplir sus filas y recursos en el conflicto.
Dicho esto, y como ya contamos, no parece que vaya a ser nada fácil que las tropas norcoreanas deserten en masa.
Imagen | Roman Harak, kremlin.ru
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