A los que nos gusta la fotografía nos emociona ver que forma parte de una película. Pero algunos llegamos a fijarnos incluso en pequeñas escenas en las que aparece una foto que cambia la historia. Vamos a descubrir algunos de esos pequeños episodios en los que la fotografía deja una buena pincelada en el guion de nuestras películas favoritas.
Ya hemos hablado de películas de fotógrafos, o de aquellas en las que destaca la dirección cinematográfica. Pero es verdad que nunca hemos hablado de esas pequeñas escenas en las que una fotografía tiene algo importante que decir.
En las películas que vamos a ver ahora la fotografía no es protagonista. Pero su presencia es relevante para el desarrollo de la historia. A veces es un mero detalle, pero otras veces hace que todo cambie. Así que vamos a coger palomitas, bajar la luz del salón, subir el volumen y disfrutar del cine y la fotografía durante estos días.
Cuando algo te gusta te fijas siempre si sale en el cine. Buscamos a los mismos actores y actrices, al director. O simplemente nos gusta el argumento. Es el momento de buscar fotografías que lo cambien todo, alguna cámara en un plano, etc...
Seguro que con solo empezar a leer os vienen a la memoria ciertas escenas inolvidables de películas más o menos importantes en la historia del cine. Empecemos.
'Regreso al futuro' de Robert Zemeckis (1985)
Es uno de los grandes clásicos de los 80. Seguro que los que la habéis visto recordáis cómo el protagonista sabe si todo va bien, o mal, según la fotografía que lleva encima de su familia.
Según va la relación de sus padres, su imagen y la de sus hermanos van desapareciendo porque dejarían de existir en el nuevo futuro que él se ha encargado de estropear con su viaje. Parece una sencilla película de aventuras, pero tiene uno de los mejores guiones de viajes en el tiempo que podemos encontrar.
'Blade Runner' de Ridley Scott (1982)
Es una de las grandes películas de ciencia ficción que más han influenciado en la historia del cine. Desde que salió el futuro se representaba oscuro, lluvioso y melancólico. Se rodó en 1982 y llama la atención que todavía no ha quedado obsoleta.
Esta película destaca por dos momentos fotográficos que, además, son fundamentales para la trama. En primer lugar la famosa escena del escaneado de la fotografía. A través de una imagen el blade runner consigue avanzar en su investigación. Esa tecnología por aquel entonces era inimaginable, hoy todavía no se puede hacer con ese grado de precisión.
La segunda es mucho más emotiva y tiene que ver de nuevo con el recuerdo. El objeto más valioso para los replicantes son las fotografías de la familia. Es lo único que les mueve y lo que acumulan compulsivamente. Y Deckard, el blade runner, tiene su casa llena de ellas...
La caja de música de Costa-Gavras (1989)
Una de las películas políticas más interesantes de los años 80. Jessica Lange estuvo nominada al Oscar por su actuación. Es una abogada que debe defender a su padre porque ha sido acusado de ser un criminal nazi durante la II Guerra Mundial.
Ella está convencida de la inocencia de su padre. Y que todo es un malentendido del que podrá sacarle sin lugar a dudas. Pero las fotografías tienen el poder de contar el pasado...
Ven y mira de Elem Klimov (1985)
Si hay una película de guerra en la que mejor se refleja el horror de la batalla es 'Ven y mira' de Elem Klimov. Es una de las películas más duras que se han rodado nunca. Es una de las historias de la II Guerra Mundial desde los ojos de un niño que encuentra un viejo rifle.
En la película salen dos fotografías, una al principio y otra casi al final, cuando no puedes respirar por lo que estás viendo. En la primera se ve la inocencia y el atrevimiento del protagonista que se une a los partisanos. Posa orgulloso con su grupo delante de una cámara de fuelle, dispuesto a empezar a comerse el mundo.
En la segunda, todo cambia. Ha visto a la muerte de frente y ella quiere ser su amiga. Cuatro soldados nazis deciden posar con el niño apuntándole en la sien con una pistola. La cara de nuestro protagonista cuenta todo mientras el obturador se dispara.
'Qué noche la de aquel día' de Richard Lester (1964)
The Beatles es uno de los grupos de música más importantes del siglo XX. Todo lo que tocaban se convertía en oro. Enseguida empezaron a protagonizar películas para explotar su nombre. Lo mejor de todo es que eran realmente buenas.
En 'Qué noche la de aquel día' de Richard Lester, el director de la primera 'Superman', vemos dos días en la vida del grupo antes de dar un concierto. Y cada uno lo supera como puede. Ringo Star vive una pequeña crisis de identidad. ¿Y cómo la supera? Saliendo con su cámara a hacer fotos.
Lo mejor de todo es que el genial batería es una gran aficionado a la fotografía y aquí da rienda suelta a su afición, hasta tal punto que lo que vemos es un pequeño corto dentro del film. Y desde luego es uno de los mejores momentos.
'Lucia y el sexo' de Julio Medem (2001)
Una de las mejores películas de Julio Medem y una de las escenas más eróticas que puede recordar el que escribe estas líneas con la fotografía de por medio. La luz inunda todo el metraje salvo en una escena.
Hay un momento, en el que los dos protagonistas están compartiendo la cama, en la que él le dice a ella 'Tengo una cámara'. Y saca una polaroid. Desde aquel día a muchos se les ocurrió que hacer fotos en un momento íntimo era una excelente idea. Eso sí, dejó de serlo cuando empezó la fotografía digital.
'Smoke' de Wayne Wang (1995)
No podemos olvidar una de las mejores películas del recientemente fallecido William Hurt. En una escena que debería estudiarse en todas las escuelas de fotografía.
Un estanquero de Brooklyn (Harvey Keitel) enseña a Paul Benjamin (William Hurt), un amigo y cliente, su gran proyecto: hacer una fotografía todos los días, a la misma hora, a la esquina donde tiene su estanco.
Cuando contemplamos la escena, el personaje adquiere toda su grandeza. Entendemos por qué es como es. Y sentimos unas ganas enormes de ver esos libros llenos de fotografías iguales en las que todo cambia.
Y por supuesto no podemos olvidar la escena final en la que vemos el motivo por el que termina con una cámara entre sus manos.
'Camino a la perdición' de Sam Mendes (2002)
El testamento cinematográfico del gran Paul Newman tiene un espacio importante para la fotografía. El protagonista absoluto, Tom Hanks, sufre las consecuencias de haberse olvidado de un fotógrafo.
Jude Law es un asesino que dispara de dos maneras a sus víctimas. Es un fotógrafo asesino que se convierte en parte importante de la historia del forajido que intenta salvar a su hijo del destino de la muerte.
'El club de los poetas muertos' de Peter Weir (1989)
Una de la películas más recordadas de Robin Williams. El profesor Keating tiene la misión quiere que sus alumnos sean capaces de elegir su destino, por encima de las tradiciones familiares del colegio en el que estudian.
En un momento les invita a contemplar las fotografías de las generaciones pasadas. La cámara empieza a recorrer los rostros en blanco y negro de los antiguos alumnos. Y mientras tanto, el buen profesor les susurra Carpe diem, aprovecha el momento. Las fotografías hablan...
'Hechizo de luna' de Norman Jewison (1987)
Nicolas Cage era un gran actor antes de convertirse en un personaje. Los cinéfilos recordamos 'Hechizo de luna' como uno de sus grandes papeles, en los que se enamora perdidamente de Cher. Y todo a pesar de su miedo a ser rechazado por tener solo una mano.
Es un canto al amor y a la familia. Y en títulos de crédito finales vemos todas las fotografías de la familia italiana que hemos conocido, influenciados por el poder de la luna y la ópera italiana.
'Los Croods' de Kirk DeMicco y Chris Sanders (2013)
Y vamos a terminar con una película de dibujos animados: 'Los croods', la historia de una familia prehistórica que consigue vivir gracias a las precauciones del padre de familia.
Pero la hija logra romper la férrea vigilancia del padre y simboliza el avance de la humanidad. Uno de los momentos más recordados es cuando deciden hacerse una foto de familia. Y posan, miran a cámara y disparan... lo mejor de todo es que el recuerdo queda fijado en piedra.
Seguro que si nos ponemos entre todos encontramos más historias en las que la fotografía juega un pequeño papel. Es otra forma de ir al cine. Ahora mismo estoy recordando que en el 'Drácula' de Coppola nada hubiera pasado si el conde no hubiera visto la foto de su amada en manos de Keanu Reeves.
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