Es la noticia del día (con seguridad también de la semana, y posiblemente del mes): Nintendo ha desvelado al fin el aspecto de la nueva 'Switch 2'. Unos pocos cambios muy concretos, a falta de saber si hay evolución en la potencia (que será, posiblemente, moderada) son los que se saben hasta ahora, y se resumen, más allá de algún pulsador cuya función aún no está clara, en:
- Los Joy-Con se acoplan a la pantalla con imanes
- La pantalla es sensiblemente más grande que la versión LCD de Switch
- Un sistema en la parte trasera permite colocar la consola en posición horizontal
- Leves ajustes de diseño hacen que la consola sea más elegante (los colores característicos solo están en el borde los Joy-Con y la base de los sticks, el Dock y la consola son más redondeados, la pantalla llega a los bordes del cuerpo de la consola)
No demasiado, ¿verdad? Hasta el nombre es una apuesta aparentemente conservadora: un mero número "2" junto al logo de la consola en la trasera de la misma y el Dock. Sin embargo, y aunque los jugadores más críticos pueden acusar a Nintendo de haber concebido una continuación para uno de sus mayores éxitos de hardware poco atrevida, muy posiblemente todo obedece a un plan estudiado.
Y no es porque Nintendo no sepa innovar: su trayectoria con el mundo portátil lo refrenda, como también lo hace el bombazo de Wii en sobremesa, por supuesto sus consolas más clásicas e incluso Wii U, fallida en lo comercial, pero ya asentando las bases e ideas que luego se sofisticarían con Switch. Pero también sabe ser conservadora para depurar productos que ya funcionan: las innumerables iteraciones de Game Boy son la mejor prueba, evoluciones incansables de un concepto perfecto desde los tiempos de la Game & Watch
Sin funciona no lo toques
Switch necesitaba una sucesora: su ciclo de vida empezaba a sobrepasabar los tiempos habituales, por mucho que comercialmente siga funcionando y alguno de los últimos lanzamientos de Nintendo, como los recientes 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom y 'Super Mario Bros. Wonder' hayan sido éxitos. Sin embargo, el mercado no perdona y hay que proporcionar al público nuevo hardware.
La estrategia es sencilla (de nuevo, dejamos a un lado las mejoras técnicas, que las habrá pero posiblemente no serán revolucionarias): una Switch mejorada en lo elemental, aunque con cambios muy demandadospor los jugadores con más experiencia. Muy posiblemente los Sticks hayan sido rediseñado para generar menos problemas que los de la primera Switch; el nuevo sistema de enganche de los Joycon con imanes buscan la comodidad y la rapidez; y muy posiblemente, el juego en televisión, más allá de la pantalla portátil, mejorará en sus prestaciones.
El tráiler recién presentado por Nintendo abunda en esa idea: vemos literalmente cómo una consola, la Switch, evoluciona hacia otra, transformarse en una versión mejorada. Sería impensable que Playstation o Microsoft hicieran un anuncio de una nueva consola así, renunciando a la idea de novedad total y reforzando el concepto de evolución y mejora de lo anterior.
El anuncio también incluye, abiertamente, la aclaración de que Switch 2 es retrocompatible, así que el círculo se cierra. Nintendo cree que aún puede sacar partido de su extensísimo catálogo y un sistema de juego que funciona a las mil maravillas y que ha revolucionado, por enésima vez, la industria (sistemas como Steam Deck no existirían si Nintendo no les hubiera allanado el terreno). Por eso ha decidido no poner patas arriba nada, solo afianzar lo que ya tiene y triunfa: seguir haciendo lo que hace mejor que nadie.
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