Hoy ya podéis empezar a reservar el iPad Pro, y las primeras unidades comenzarán a llegar a sus propietarios el próximo viernes. La avalancha de análisis de este nuevo tablet de Apple en medios tecnológicos estadounidenses ha sido enorme, y la maquinaria de la empresa de Cupertino se ha puesto también funcionar con intervenciones tan polémicas como la de Tim Cook.
El máximo responsable de la firma se preguntaba en The Telegraph por qué uno querría comprar un PC cuando "el iPad Pro es un sustituto de un equipo de sobremesa o portátil". Las razones, Sr. Cook, son diversas, como trataremos de dilucidar a continuación.
Camionetas, coches... y motos
En Applesfera nuestro compañero Eduardo Archanco publicaba ayer un profundo análisis de lo que Tim Cook podía haber querido decir con aquella frase, que se encargó de matizar de diversas formas. En primer lugar para descartar la amenaza no solo para el PC, sino para sus PCs. Porque si el iPad Pro suponía el fin del PC, también lo supondría para los iMac y MacBooks del mercado.
Sin embargo Cook se mostraba confiado y tranquilo al respecto, y declaraba que esa hipotética canibalización del mercado, "no nos importa, siempre y cuando seamos nosotros los que nos estemos canibalizando". Así pues, uno de los posibles argumentos en contra de esa argumentación de Cook parecía descartable.
Luego llegaba la comparación histórica con el mundo del motor. Cook Steve Jobs comentó en el evento D8 en 2010 que las camionetas habían dominado el parque automovilístico durante décadas en Estados Unidos, pero que al usarse los vehículos en centros urbanos los coches adquirieron más popularidad. "Los PCs van a ser como las camionetas", aseguraba el co-fundador de Apple. "Van a seguir estando entre nosotros, van a seguir teniendo un montón de valor, pero van a ser utilizados por una de cada X personas".
Y obviamente el coche en esta historia es el iPad Pro. El problema es que hoy por hoy el iPad Pro es más bien una moto. Muy útil en ciertas situaciones, pero poco apropiada para muchas otras porque uno no puede hacer con una moto lo mismo que puede hacer con un coche. Afortunadamente Cook puede estar tranquilo: el mercado ha dejado claro que hay sitio para todos, aunque las ventas de tablets ya no sean las de antaño.
¿Está iOS preparado para el asalto al escritorio?
El debate sobre la validez de este dispositivo no tiene mucho sentido si uno habla del hardware, porque lo cierto es que en términos de especificaciones, el iPad Pro es un prodigio. Los primeros análisis de rendimiento publicados por ejemplo en AnandTech o Ars Technica revelan que la potencia de la CPU y sobre todo de la GPU del iPad Pro dejan atrás a muchos de los equipos portátiles (y de sobremesa) actuales.
Esa atención al detalle es ya una constante de Apple, que salvo en el tema cámaras -donde el iPad Pro parece desmerecer un poco- o en el de la pantalla -nada de 3D Touch cuando parecía tener sentido especialmente aquí- es un dispositivo difícil de criticar. No. El problema no está en el hardware, sino en el software.
Esa es la decisión que más polémica ha generado: ¿por qué optar por un sistema operativo móvil cuando lo que quieres es plantear una alternativa a un portátil o a un PC? Las razones las exponía Eduardo Archanco en su artículo, en el que daba importantes argumentos que podían apoyar esa decisión:
Desarrolladores: el modelo de negocio de la App Store es la envidia de cualquer otro ecosistema, y los desarrolladores lo tienen como la joya de la corona. El crecimiento está en el móvil, y por tanto apoyar estas plataformas como centros del desarrollo es lógico.
ARM se impone: la eficiencia y rendimiento de estos diseños ha hecho que muchos nos planteemos desde hace tiempo que los micros de Apple pronto darán el salto a los portátiles. No sabemos si Apple tendrá en desarrollo una versión de OS X para ARM, pero lo cierto es que hoy por hoy el protagonismo en sistemas operativos se lo está llevando iOS.
La nube contra las apps: cada vez más aplicaciones y servicios que utilizamos en nuestros equipos se ejecutan en la nube. Las aplicaciones móviles son también protagonistas, y el catálogo aquí favorece la decisión de Apple... pero con matices, como veremos más adelante.
Diferenciación: poder plantear una mayor distinción entre el móvil y el tablet podría haber sido uno de los argumentos a futuro de Apple para esa decisión, pero de momento, como en el apartado anterior, hay demasiados matices.
El usuario ha cambiado: esta es sin lugar a dudas la razón más potente de todo ese argumentario. Para muchísima gente su smartphone es su único ordenador personal. Es el mismo concepto que Microsoft ha aprovechado para Windows 10 y características como Continuum, y eso también podría ser válido en el caso de iOS, una plataforma que quiere validar ese concepto y otro muy importante: el de que para las nuevas generaciones las tablets y los smartphones son mucho más familiares que el PC de toda la vida.
Como decía Eduardo, hay una cosa clara: el tiempo parece jugar en favor de los sistemas operativos móviles. Pero puede que ese momento aún tarde en llegar, y tenemos un ejemplo histórico claro: Windows RT y los primeros Surface.
Nadie acierta de momento
Como afirma Tom Warren en The Verge, Apple cree que Surface tenía razón en todo menos en usar sistema de escritorio, y sin embargo ha cometido errores tomado decisiones inexplicables en esa propuesta hardware.
El más grave, el que demuestra que iOS aún no está preparado ni maduro para poder competir en productividad con un portátil tradicional. La gestión de la multitarea es un problema real, pero también lo es el soporte para la conexión de otros dispositivos (¿quieres conectar otro monitor?) o algo tan aparentemente inocuo como explorar el sistema de ficheros, algo que es imposible hacer de serie en dispositivos iOS.
No solo eso: como ocurre con Android, iOS no está pensado para hacer una transición suave hacia ese paradigma. Nos roba de buenas a primeras el ratón (o el trackpad/touchpad), y con él se omite uno de los métodos de interacción más potentes en muchas áreas productivas. La ironía es prodigiosa, como afirmaba el citado texto de Warren:
El iPad Pro de Apple llega con un sistema operativo para tabletas que no tiene soporte real para un teclado y un ratón. No podrás usar un trackpad en el iPad Pro, tocarás la pantalla. Eso significa que las aplicaciones están diseñadas en primer lugar para ser táctiles. Es el problema de Microsoft, pero a la inversa: Microsoft carece de las aplicaciones táctiles para hacer de su Surface Pro la combinación perfecta de portátil y tableta, y Apple carece de las potentes aplicaciones de escritorio que verdaderamente puedan sacar partido del stylus y el teclado. Ambos dispositivos tratan de hacer cosas parecidas, pero ambos son imperfectos actualmente.
Así es: ni iOS está lo suficientemente maduro para poder plantear una alternativa real y permanente al portátil de forma masiva, ni las aplicaciones logran de momento aprovechar la ambiciosa propuesta del iPad Pro. Ocurre algo parecido con Windows 10 y Continuum, aún en pañales a pesar de esa promesa de la convergencia que han planteado ya los Lumia 950 y 950 XL.
Es probable que ninguno de esos dos conceptos esté preparado aún para sustituir al PC de toda la vida, pero son dos formas distintas de constatar algo que está muy claro: de una forma o de otra el PC ha cambiado. Y lo ha hecho para siempre.
Imagen | Financial Post
En Xataka | iPad Pro, Apple cree que Surface tenía razón en todo menos en usar sistema de escritorio
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