Carles Tamayo es un youtuber de merecida fama como reportero de investigación. Sus reportajes desmontando distintas formas de pseudociencia o, sobre todo, su inmersión en la secta del Palmar de Troya, le han dado el prestigio suficiente para dar el salto a Prime Video con un documental, 'Cómo cazar a un monstruo', que ha sido comparado con el grandísimo y fundacional 'The Jinx', pero a la española. Aunque esa definición no es del todo cierta.
Es verdad que comparte con 'The Jinx' el retrato de un criminal que, venido arriba por la presencia de las cámaras, baja su guardia y cuenta más de lo que debería, perdiendo finalmente el duelo de ingenio que mantiene con los periodistas a causa de su vanidad. Pero mientras en la serie de HBO la pillada era el gran golpe de efecto de la serie, aquí sabemos desde el principio que Lluís Gros, condenado a más de veinte años por abusos a niños, esconde más de lo que dice. Lo que seguimos es el proceso de Tamayo para desenmascararlo por completo.
La serie arranca cuando el propio Gros, ya condenado en firme, pero sin haber aún ingresado en prisión por motivos desconocidos, se pone en contacto con Tamayo para que ruede un documental sobre su vida. El youtuber cree que la intención del pederasta es pedir perdón a las víctimas, pero lo que se encuentra son muchos más secretos y delitos de los que pudo descubrir la policía.
Mientras que en 'The Jinx' lo que movía la trama era el extrañísimo magnetismo y la perturbadora maldad pura que exhudaba el protagonista, aquí tenemos un criminal mucho más pedrestre y desprovisto de glamour. Ya en el prier episodio una reveladora llamada de teléfono deja claras las tácticas y la auténtica personalidad del depredador: lo que sigue es una carrera por atraparlo, y Tamayo lo retrata estupendamente, con un estilo directo y sin demasiados artificios, heredado de su aprendizaje en internet, donde cada segundo cuenta para retener la atención del espectador.
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