Aunque pasen desapercibidos, los centros de datos se han convertido en un elemento fundamental del mundo conectado en el que vivimos. Todos los servicios digitales online que utilizamos, desde el correo electrónico hasta ChatGPT, están relacionados de alguna u otra manera con estas instalaciones distribuidas en diferentes ubicaciones geográficas que, por cierto, están multiplicándose rápidamente.
Este tipo de infraestructura, como posiblemente imaginas, necesita mucha energía para funcionar. Según datos de la consultora McKinsey, el consumo anual de los centros de datos durante todo el 2022 se contabilizó en 17 GW. Para el 2030, la cifra habrá escalado hasta los 35 GW, en una dinámica impulsada principalmente por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
La IA consume mucha, pero mucha energía
Se estima que los centros de datos enfocados en la IA consumen entre tres y cinco veces más energía que los tradicionales, lo que plantea grandes desafío. La razón de esta ecuación es simple: estas instalaciones, por lo general, funcionan con tarjetas gráficas especializadas para el entrenamiento de modelos de OA, un tipo de hardware con elevados requisitos energéticos.
Así que para ser referente global en el mundo de la IA, un objetivo que persiguen varias compañías, hay que contar con una ingente capacidad de cálculo y, por consecuencia, de energía. Microsoft, como hemos visto a lo largo del último año, está desarrollando activamente su oferta de productos de IA para ser líder, y lo hace en medio de su promesa de ser emisor negativo de carbono para 2030.
Cuando hablamos de carbono negativo, nos referimos a tomar acción más allá de la neutralidad de carbono, es decir, a eliminar más CO2 del que se emite. Y una forma de alcanzar esta meta es reducir las emisiones de dióxido de carbono relacionadas al funcionamiento de los centros de datos. Aquí, precisamente, es donde entra en juego la energía nuclear en los planes de Microsoft.
Hace aproximadamente seis meses, el gigante de Redmond firmó un acuerdo con Helion Energy, una compañía de fusión nuclear, para comprarle electricidad en 2028. La firma ahora ha dado un paso mucho más ambicioso: el de desarrollar su propio esquema de reactores de fisión nuclear para "para alimentar los centros de datos en los que residen Microsoft Cloud e inteligencia artificial”.
La novedad proviene de una oferta de trabajo publicada esta semana en la que Microsoft busca contratar al máximo responsable de su programa “Tecnología Nuclear”. El mismo tendrá la responsabilidad de “liderar la evaluación técnica para la integración de SMR y microreactores”. Puede que estos dos últimos términos te resulten familiares si piensas en Bill Gates.
El cofundador de Microsoft es presidente ejecutivo de la junta directiva de TerraPower, una startup de innovación energética cuyo principal objetivo desarrollar reactores SMR, es decir, reactores modulares pequeños. Esta alternativa promete ser un importante paso evolutivo para la energía nuclear, haciendo que la misión de construir una central sea una tarea mucho más sencilla.
Los reactores SMR tienen como esencia lo modular. Esto se traduciría en que no todos los componentes tienen que ser fabricados a medida. La construcción de cada nuevo reactor debería partir de una base sólida de conocimientos y elementos, reduciendo los costes y, sobre todo, haciéndolos más baratos de operar y mantener, un auténtico avance en relación a los modelos actuales.
Cabe señalar, eso sí, que todavía no se ha dado a conocer qué compañía suministraría los reactores a la compañía de Redmond. Desde TerraPower, señala CNBC, afirman que no tienen ningún acuerdo para vender reactores a Microsoft. Si todo sale de acuerdo a lo esperado, el futuro podríamos utilizar servicios online cuya energía proviene de reactores SMR.
Imágenes: Microsoft | TerraPower
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