Un grupo de investigadores en el MIT han desarrollado una forma de aprovechar el periférico Kinect de las consolas Xbox de Microsoft y convertirlo en un potente microscopio que pueda ser utilizado en los laboratorios médicos de todo el mundo.
De hecho gracias a este descubrimiento el ahorro es impresionante: mientras que por un lado hay que invertir 100 dólares por lo que cuesta el dispositivo de Microsoft, en el caso de utilizar un microscopio especializado tendrían que pagar 100.000 dólares.
Matemáticas al rescate
El secreto está en las transformadas de Fourier, que proporcionan un método con el cual es posible obtener mucha más información a partir de los datos captados por las cámaras integradas en Kinect. El resultado está basado en las técnicas FLIM (Fluorescence-lifetime imaging microscopy) que dependen en la propiedad de fluorescencia en la cual se absorbe la luz y luego se permite que se re-emita de nuevo más tarde.
La medición de los intervalos de tiempo entre la absorción de la luz y su emisión en una muestra biológica con una capa fluorescente puede revelar datos científicos sobre su composición, pero normalmente se necesitaría medir esos intervalos en términos de nanosegundos. Aunque eso debería dejar fuera a Kinect como candidato, las transformadas de Fourier resuelven el problema.
Este tipo de sistema matemático es capaz de dividir una señal en las frecuencias que la constituyen, y eso proporciona una forma adecuada de medir este tipo de fenómeno y aplicarlo a laboratorios médicos de forma sencilla y barata. Aun cuando la precisión y resolución de imagen puede no ser idéntica a la de los caros microscopios FLIM, la alternativa es muy interesante de cara a habilitar esa técnica de investigación en laboratorios con menos recursos.
Vía | MIT
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