Mientras la industria del automóvil sigue debatiendo sobre el diseño ideal de las pantallas en los coches modernos, buscando el equilibrio perfecto entre utilidad a la vista y eliminación de distracciones, Lincoln, fabricante premium del grupo Ford, ha dado un paso adelante con una solución que suena realmente convincente.
Por qué es importante. Las pantallas se han convertido en el centro de atención del diseño interior de los coches, pero esa carrera también ha supuesto críticas y preocupaciones en torno a la seguridad en carretera, la facilidad de uso, el número óptimo de elementos a la vista... Lincoln parece haber encontrado un gran equilibrio. Lo cuenta The Autopian.
En detalle.
- La pantalla del Nautilus –panorámica, 48 pulgadas– abarca todo el ancho del salpicadero, pero está ubicada estratégicamente sobre él y algo retrasada, más cerca del campo de visión normal del conductor.
- La información más alejada se muestra con textos y gráficos más grandes, para facilitar la lectura desde la posición del conductor.
- Es una pantalla de solo visualización, la complementa otra más pequeña (11 pulgadas– en la parte inferior de la consola central.
- El sistema prioriza el control por voz para ajustar la temperatura, la música o buscar una dirección. Usa Alexa y el asistente de Google.



Entre líneas. Cuando el espacio disponible en el campo de visión del conductor se va llenando, llega un momento en el que tiene demasiada información a la vista, y su utilidad se reduce. Sobre todo si no se adapta a las distintas distancias a las que quedan los elementos.
El resultado que ha conseguido Lincoln permite que el conductor apenas tenga que apartar la vista de la carretera, prácticamente queda como un HUD mucho más nítido que los que solemos ver. De hecho el Nautilus no ofrece un HUD.
En perspectiva. Hay fabricantes que han optado, en los modelos más avanzados y caros, o todavía en prototipos, por pantallas gigantescas, muy llamativas, pero que tienen algunas carencias:
- Abarcan toda la curva de puerta a puerta, lo que obliga al conductor a apartar la vista de la carretera.
- No adaptan el tamaño de los elementos visuales y el texto a la distancia desde la que los verá el conductor.
Algunos, de hecho, ya han dado pasos hacia atrás.
No obstante, es justo mencionar que, además de los controles por voz, mantienen controles físicos como botones o diales, de cara a reducir la dependencia del panel táctil. Otra inquietud que viene de lejos.
Es posible que varios fabricantes a ambos lados del Atlántico (y también a ambos lados del Pacífico, ejem) se vean inspirados por la propuesta de Lincoln y busquen efectos similares.
Imagen destacada | Lincoln
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cuspide
Seamos sinceros, esas pantallas son como el cuero napa o la madera pulida, muy bonitas pero de uso escaso. Ya me dirán de qué sirve ver la hora en una pantalla más grande que la del IMAX, dibujando una esfera analógica más grande que la del reloj de pared de mi abuela. O ver la previsión del tiempo a 4 días, ahí, constantemente fijada, como si fuera a cambiar en tu trayecto hacia el Mercadona.
Sin lugar a dudas, el problema lo tiene el equipo de creativos del coche: "¿Qué pondremos ahí? ¡Ah, ya sé! ¡Una brújula enorme! Ah! No, mejor aún! Un reloj enorme! Ostras, pero sigue habiendo espacio... ¿Y si resucitamos el "No corras papá" pero en versión digital?".
En el mundo real, esas pantallas tienen que competir con el teléfono móvil que ya todos llevamos encima, mucho más útil, personalizado y al que ya estamos habituados. Es una guerra perdida, una pantalla grande quedará únicamente relegada al lujo de la vista, igual que lo quedó el cuero napa y la madera pulida. No me extrañaría que acabaran mostrando uno de esos videos en bucle con un fuego de chimenea de fondo. ¿Apuestas?
Llamadme pesado pero me quedo con la filosofía Mazda, de pantallas ni muchas (tendencia habitual) ni pocas (Tesla), las pantallas donde deben estar. Y si se puede evitar tener que interaccionar con ellas mientras se conduce, mucho mejor. Al final resultará que el "click" de un botón físico será lo más exótico.
pableras
Tienen la propuesta más ridícula, y el listón estaba muy alto.
Primero te cascan una innecesaria pantalla de 48" (estiradas, eso sí) no táctil. Y luego te ponen otra pantalla de 11" táctil para que gestiones todo el coche. RIDÍCULO!!!
Y por si eso fuera poco, rematan la faena delegando todo en el control por voz que hace que todas las operaciones lleven más tiempo (si tiene a bien funcionar a la primera).
La propuesta ganadora es la que se montaba hasta hace no muchos años: una pantalla no demasiado grande (7"-9") cuya funcionalidad táctil servía para meter las direcciones en el navegador y en el que todas las funciones que se pueden hacer en marcha (climatización o audio, por ejemplo) se podían hacer con las manos.
Por montar una sola pantalla con estas características el interior del coche no era necesariamente feo (siempre ha habido diseñadores con más y con menos tino). La moda actual es esperpéntica y, a título personal, hasta incluso peligrosa por la cantidad de distractores innecesarios que añaden a la conducción, acción en la que solo deberías estar pendiente del cristal delantero y los retrovisores (y de la velocidad para que no te metan un buen rejonazo).