El Estado tiene mucho margen para bajar el precio de la gasolina. En Francia ya paga 15 céntimos por litro

Si miramos al último informe de precios del carburante de la Comisión Europea, el precio medio de la gasolina española se sitúa en 1,680 euros el litro y en 1,581 euros para el litro de diésel. Pero apenas se necesitan unos minutos por las redes sociales para encontrar precios mucho más altos, superando los 2 euros por litro de combustible. ¿Qué se puede hacer para rebajar su impacto?

Más cara que nunca. El precio del combustible está disparado pese a que el barril de Brent no ha alcanzado sus máximos históricos. De hecho, tras alcanzar picos de casi 140 dólares por barril, la semana pasada, ha bajado su precio hasta la barrera de los 100 dólares. Esto es consecuencia de los impuestos y otro tipo de costes que pagamos en cada litro, como el margen de beneficio de las gasolineras y coste logístico del transporte.

Una situación delicada. El aumento en los costes del combustible es uno de los responsables de que haya aumentado la inflación. Según la Comisión Europea, el precio de la gasolina creció nueve céntimos entre los últimos dos informes semanales. El diésel, otros nueve céntimos el litro. Pero en lugares como Extremadura se han registrado subidas de entre 15 y 20 céntimos/litro para la gasolina y el diésel, respectivamente. Uno de los motivos por los que la inflación ya se sitúa en el 7,6%, la mayor subida desde 1983.

¿Qué pagamos? Entre las medidas que reclaman estas dos últimas asociaciones se pide al Ejecutivo que reduzca excepcionalmente el IVA, una exención especial del Impuesto Especial de Hidrocarburos o una devolución mensual del gasóleo profesional. Aunque parezca contradictorio viendo los precios del combustible, en España pagamos un 10% menos de impuestos en combustible que hace dos años, pero el Estado recauda más.

Esto se debe a que hay una parte de impuestos que pagamos en proporción al precio del combustible, el 21% de IVA. Pero el Impuesto Especial de hidrocarburos es un fijo de 0,432 euros/litro para la gasolina de 98 octanos, 0,401 euros/litro para la gasolina de 95 octanos y 0,307 euros/litro para el diésel. Esto repercute en que, a mayor precio final, menor sea el peso de los impuestos, teniendo uno de los más bajos de Europa. El 45% del precio de la gasolina son impuestos y el 41% del diésel, también. Y bajando.

Francia asumirá la subida. El aumento en el precio del combustible no es sólo cosa de España. Francia se enfrenta al mismo problema, aunque allí pagan un 53% de impuestos en el caso de la gasolina y un 49% en el caso del diésel. Y el precio medio, según la Comisión Europea, es de 1,889 euros para la gasolina y 1,883 euros por cada litro de diésel. Jean Castex, primer ministro francés, eleva este precio a los dos euros por litro.

Para paliar la presión sobre los conductores y los profesionales, Castex ha anunciado que el Gobierno asumirá un coste de 15 céntimos por cada litro de combustible, sea cual sea. Es decir, los impuestos no se tocarán pues se considera "una medida antiecológica" y que necesita de la aprobación de una Ley para su puesta en marcha. Por tanto, durante cuatro meses (desde el 1 de abril) las gasolineras aplicarán un descuento de 15 céntimos en el carburante al cliente y el Estado pagará esta diferencia a las estaciones de servicio. El gobierno francés calcula que tendrán que destinarse 2.000 millones de euros para ello.

Otras medidas. Además de Francia, Portugal subvencionará 40 céntimos de euro por cada litro de combustible con un plan denominado AUTOvoucher. Además, se ha suspendido el aumento del Impuesto al Carbono hasta el 30 de junio y se mantiene la reducción del Impuesto sobre los Productos Petrolíferos. Según el gobierno portugués, por cada depósito de 50 litros, un conductor ahorra 24,25 euros.

En Polonia, el Gobierno también ha optado por bajar sus impuestos, reduciendo el IVA de los carburantes del 23% al 8%. En Irlanda también se ha tomado la misma medida, aunque aquí será una bajada de 20 céntimos para los impuestos de la gasolina, de 15 céntimos para el diésel y de 2 céntimos para el "diésel verde". Rumanía, Suecia o Alemania también debaten medidas para frenar la inflación.

El transporte, en el punto de mira. A finales de 2021, el sector del transporte amenazó con una huelga para mejorar sus condiciones. Entre otras cosas se consiguió que pudieran repercutir la subida de los combustibles a los contratos ya firmados. Esta medida ha tenido su reflejo en un Real Decreto-Ley publicado el pasado 2 de marzo en el BOE. Sin embargo, la Plataforma para la Defensa del Sector de Mercancías por Carretera tiene activa una huelga indefinida en estos momentos. La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) y la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) reclaman al Gobierno que rebaje los impuestos asociados a los combustibles, aunque no han anunciado otro tipo de acciones.

Sin noticias concretas. Pero, ¿y en España? Sólo sabemos que no sabemos nada. De momento, Los acuerdos de La Palma, que han servido para acercar a Comunidades Autónomas y Ejecutivo no ha dado ningún resultado concreto. Desde el Partido Popular, Núñez Feijóo ha pedido solicitar a la Unión Europea una reducción temporal del IVA y del Impuesto Especial de Hidrocarburos que gravan los combustibles.

Desde el Gobierno, Pedro Sánchez apuesta por "rebajas impositivas a los sectores afectados" por la Guerra de Ucrania, aunque sin concretar nada más. En el mismo sentido se ha posicionado María Jesús Montero, ministra de Hacienda. "Vamos a estudiar un paquete de medidas, algunas de ellas pasarán por revisar a la baja la fiscalidad de algunos sectores o productos que estén claramente impactados por el incremento de la inflación", ha señalado Montero. Por su parte, Podemos ha solicitado un bono energético de 300 euros para las familias más afectadas (que calculan en 19 millones) con un coste de 5.700 millones de euros y Vox encabezará una manifestación contra la subida de los precios el próximo 19 de marzo.

¿Qué se puede hacer? Al igual que sucede en Francia, sacar adelante una nueva Ley en la que se traten los impuestos del diésel y la gasolina nos llevaría a un largo debate en el que también intervendría el Senado. Por ello, lo más rápido que podría aplicar el Gobierno es una rebaja temporal mediante Real Decreto-Ley, como ya se hizo con la rebaja del IVA de la luz y la prórroga del mismo. Además, hay que tener en cuenta que una rebaja en los impuestos de los combustibles podría verse como una medida contraria a la estrategia de reducción en el consumo de diésel y gasolina que ha emprendido la Unión Europea en los últimos tiempos.

Foto | Paul Zinken/AP

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