Europa tiene un gran número de industrias y es una potencia exportadora. En medicina, encontramos a Novo Nordisk, productores de Ozempic. En semiconductores, ASML es quien fabrica las máquinas más avanzadas para su manufactura. Y si hay una que tira del carro en las exportaciones, esa es la del automóvil. Sin embargo, algo que muchas tienen en común es que dependen de la importación de materias primas y materiales.
Y, ahí, China se ha vuelto crucial para Europa. Tanto que, si cerraran el grifo, el sector se enfrentaría a un gran problema. Y es algo que podemos ver a la perfección en este gráfico:
Dependencia. Creado por Visual Capitalist con los datos de la Comisión Europea, el gráfico muestra el porcentaje de materias primas que la Unión Europea importó de China en 2024. Para algunos de estos materiales, Europa depende de China al 100%, como los elementos pesados de tierras raras.
La gran mayoría del magnesio, elementos ligeros de tierras raras, litio o galio que se necesitan en Europa, también proceden de China, mostrando una vinculación total entre ambos mercados.
Esenciales. Y esos materiales importados hacen que la dependencia de China por parte de las empresas europeas, de cualquier ámbito, sea excepcional. A continuación, veamos para qué industrias y usos se destinan cada uno de estos materiales clave importados:
Materia prima |
Suministro de china |
Aplicaciones |
---|---|---|
elementos pesados de tierras raras |
100% |
|
magnesio |
97% |
|
elementos ligeros de tierras raras |
85% |
|
litio |
79% |
|
galio |
71% |
|
escandio |
67% |
|
bismuto |
65% |
|
vanadio |
62% |
|
barita |
45% |
|
germanio |
45% |
|
grafito |
40% |
|
tungsteno |
32% |
|
Europa, presionada. Visualizados en forma de gráfico, lo cierto es que impacta lo que depende la industria europea de un solo país, pero si tenemos en cuenta la potencia minera de China, no es nada nuevo. En Xataka, llevamos meses hablando sobre cómo el dominio de la industria de las tierras raras por parte de China ha provocado que el resto del mundo se sienta presionado, con muchos países buscando alternativas y yacimientos que controlar.
Todo esto, en gran medida, debido a la presión arancelaria que países como Estados Unidos o los europeos están ejerciendo sobre China. Esos aranceles forman parte de la guerra comercial -la del automóvil-, pero también de una guerra tecnológica entre China y Estados Unidos que ha terminado salpicando a empresas europeas.
China, apretando. Dentro de toda esa presión, el país dirigido por Xi Jinping ya ha movido ficha en varias ocasiones estos últimos meses, limitando la cantidad de materiales esenciales que exportan a sus rivales geopolíticos o acumulando otros, como el cobre, para aumentar el precio en el mercado.
De hecho, China ha jugado con esto en varias ocasiones. Prácticamente, tras cada nuevo paquete de sanciones orquestado por el gobierno de Joe Biden -habrá que ver qué ocurre con el recién estrenado gobierno de Trump, que ha entrado con mano dura en la Casa Blanca-, China ha limitado o prohibido la exportación de materiales y minerales críticos como galio, germanio o antimonio. Un “tú me quitas los chips, yo los materiales para dar forma a tus industrias”.
Buscando alternativas. Las minas chinas parecen infinitas (y cada poco tiempo encuentran nuevos yacimientos de minerales críticos) y las del resto del mundo no parecen tan boyantes. Por ejemplo, la única mina de níquel de EEUU -empleado para baterías, monedas, recubrimientos de superficies o aleaciones- se agotará en 2028. Europa lleva unos años moviéndose para hallar nuevas fuentes de materia prima que puedan controlar.
Así, se ha dado con importantes yacimientos de tierras raras, pero el problema no es ya encontrar las fuentes de recursos, que también, sino poder operar en esos yacimientos. Entran en juego dos problemas. El primero es que China lleva décadas de experiencia en minería y procesado, algo en lo que Europa tendría que ponerse al día. El segundo, y el más importante, es que la regulación medioambiental europea es muy estricta y procesar ese tipo de materiales suele ser un procedimiento altamente contaminante.
De momento, China tiene la sartén agarrada por el mango en minerales críticos para varias industrias, pero aunque el mundo siga dependiendo de ellos, cada vez se están dando más prisa en encontrar alternativas. Y puede que el reciclaje sea una de ellas.
Imágenes | Visual Capitalist
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