El sarampión es una enfermedad infecciosa causada por un virus que se caracteriza por manchas rojas en la piel en los casos más leves y que puede provocar la muerte. Afortunadamente, desde 1963 hay disponibles vacunas que han reducido considerablemente el número de casos y de muertes causadas por este mal a nivel mundial.
Esta tendencia ha cambiado en los últimos tiempos. Desde el mínimo histórico de 5.273 casos en Europa de 2016, el sarampión se ha disparado hasta afectar a 21.315 personas y causar 35 muertes en 2017, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El número de afectados por este virus en Europa se ha cuadruplicado en un solo año.
Los países más afectados, en términos absolutos, son Rumanía, Italia y Ucrania con 5562, 5006 y 4767 casos en 2017 respectivamente. A mayor distancia se encuentran países como Grecia, Alemania, Serbia, Tajikistan, Francia, Rusia, Belgia, Reino Unido, Bulgaria y España (152 en 2017). Aunque algunas voces han corrido raudas a culpar a los antivacunas de estos brotes de sarampión, un análisis detallado de las regiones más afectadas muestra una realidad más compleja.
¿Qué está provocando que el sarampión resurja en el continente? Una mezcla de varios factores país a país.
Rumanía
La antigua república socialista es el caso más preocupante, con 17 muertes entre marzo de 2017 y febrero de 2018, según datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Rumanía, con una tasa de cobertura vacunal completa (dos dosis) por debajo del 95% recomendado por la OMS para asegurar la inmunidad de grupo, es un claro ejemplo de la multitud de causas detrás de los brotes de sarampión.
Alexandru Rafila, experto en microbiología y asesor del Gobierno, culpaba en El País de esta bajas tasas de vacunación a la débil sanidad pública rumana y a las bolsas de población rural que rechaza acudir a los centros médicos, que no tiene medios para hacerlo o que se siente rechazada por el sistema, como algunos grupos de gitanos. La exclusión social es la principal causa por la que casi 50.000 niños sin inmunizar no tienen siquiera un médico de familia, según cifras oficiales.
Precisamente el actual brote tiene como pacientes cero a dos niños gitanos de 7 y 9 años de Reteag. La infección tuvo lugar en Italia, donde numerosos gitanos del lugar pasan buena parte del año comerciando. Es habitual que los niños viajen a Italia antes de cumplir la edad mínima de vacunación y una vez allí "si no estás en la lista de un médico de familia, no se interesan por tu hijo", explicó a un medio balcánico una abuela cuyos ocho nietos enfermaron de sarampión en Italia.
Las tasas de vacunación son menores en la comunidad calé que en el resto de la población: el 45% de los niños gitanos no habían recibido todas las vacunas incluidas en el programa nacional de inmunización, según un estudio publicado en 2012 de UNICEF y otras organizaciones. La falta de papeles y el estilo de vida itinerantes son algunos de los motivos, acorde a los trabajadores sanitarios entrevistados en Banlkan Insight.
La epidemia actual comenzó en enero de 2016 y un año después diez personas ya habían fallecido. El gobierno decidió tomar medidas pidiendo a los padres que vacunasen a sus hijos. Además incluyó una dosis extra contra el sarampión de forma temporal en el calendario vacunal para los bebés de 9 meses. El número de dosis disponibles era menor que el año previo, hasta cuatro veces menos en el mes de abril, según datos del Ministerio de Sanidad. La escasez de vacunas provocó un retraso en la vacunación en el momento en que el sarampión cogía fuerza.
La pediatra Raluca Ceju, citada por El País, también señala que se ha producido un aumento de padres que rechazan voluntariamente inmunizar a sus hijos por temor a posibles efectos secundarios de las vacunas pese a la evidencia científica actual. Pero un estudio del Centro para la Vigilancia y el Control de Enfermedades Contagiosas de Rumanía publicado en 2017 aporta luz a las causas del declive en las tasas de inmunización de los últimos años. De los más de 15.000 bebés de 18 meses analizados, cerca de un cuarto no estaba correctamente inmunizado.
De este grupo, solo un 9% tenía padres que decían estar en contra de las vacunas mientras que el 42% de los progenitores simplemente no llevaron a su descendencia al médico.
Italia
Seis personas han fallecido por sarampión entre marzo de 2017 y febrero de de 2018 que va año, aunque el número de enfermos que las autoridades han contabilizado es de solo 164, situándose como el cuarto país por número de infectados de los 30 monotorizados por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. La tasa de cobertura de vacunación de la primera dosis en Italia es del 85% a fecha de 2016. Es el farolillo rojo de los países que conforman el Espacio Económico Europeo.
Como explicaban nuestros compañeros de Xataka, la principal causa del brote en el país de los Apeninos son los grupos de población que fueron vacunados de forma irregular desde la introducción de las vacunas en 1976, lo que ha provocado que haya grandes grupos de adolescentes y jóvenes vacunados solo parcialmente, sin inmunidad. El pico de inmunización de la primera dosis se marcó en 2010 con un 90,6%, lejos del objetivo del 95%. Dependiendo de la zona, se añaden además factores logísticos y de desconexión entre la población y las instituciones médicas oficiales.
Otro de los señalados por la bajada de la vacunación en Italia es el partido ganador de las últimas elecciones generales: el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, que en 2015 propuso una ley contra la vacunación por "la relación entre las vacunas y enfermedades específicas como la leucemia, el envenenamiento, las inflamaciones, la inmunodepresión, las mutaciones genéticas hereditarias, el cáncer, el autismo y las alergias". No obstante, como se observa en el gráfico del Banco Mundial, la caída en la tasa de inmunización es anterior a esta polémica propuesta.
Para Giovanni Rezza, director del italiano Instituto Superior de Sanidad, las causas de este brotes son "difíciles de identificar" aunque ha contribuido a la epidemia la disminución de la cobertura de la vacuna desde el 90% al 85% en 3 años. En opinión de este experto, este descenso de inmunización se debe a las falsas noticias que relacionan la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) con el autismo y las dudas respecto a las vacunas por la baja percepción del riesgo.
Ucrania
Como no podía ser de otra forma, en un país en guerra en ciertas regiones desde 2014 y con una profunda crisis económica, las tasas de vacunación se han visto afectadas. Llueve sobre mojado en Ucrania: desde un 98% en 2006, la inmunización se desplomó al 56% en 2010, remontando al 79% en 2013 hasta tocar fondo (de momento) en 2016 con un escalofriante 42%. La OMS ha calificado su tasa de vacunación como la más baja de toda Europa.
Mientras los datos de inmunización muestran una tendencia a la baja, los casos y muertes por sarampión se han disparado en fechas recientes. Frente a los 4.782 casos y cinco muertes en todo 2017, solo durante el primer trimestre de 2018 se han registrado 9.091 infecciones y siete muertes. Más allá de la guerra, hay que remontarse a 2008 para entender la bajísima inmunización.
Ese año, la muerte de un adolescente tras ser inmunizado fue atribuida erróneamente a la vacuna. Los medios de comunicación amplificaron el caso y el gobierno ucraniano decidió cancelar una campaña de inmunización contra la rubeola y el sarampión. El fiscal general llegó a despedir al responsable del plan de vacunas, que estuvo estar encarcelado cerca de dos meses. "El daño a la confianza en las autoridades sanitarias y al programa de inmunización promovido por el Estado era irreversible", sentencia un estudio que analiza los orígenes de la crisis ucraniana de vacunación.
Para Mariya Bachmaha, autora del trabajo, otras causas del bajo nivel de inmunización son la educación médica inadecuada de los estudiantes y la baja calidad de la instrucción continua para los médicos en ejercicio; la baja prioridad del programa de inmunización en la política nacional de salud; y la escasez en el suministro de vacunas, especialmente entre 2014 y 2016. La legislación tampoco ayuda a luchar contra los brotes: si un niño fallece en el mes posterior a su inmunización, la vacuna será considerada la causa de la muerte hasta que la investigación oficial sea llevada a cabo.
La combinación de todos estos factores políticos, sociales, legales, económicos y mediáticos ha creado un fértil terreno para que el sarampión crezca en la extensa Ucrania. Bachmaha no cree que existan en Ucrania grupos antivacunas "bien organizados y prominentes que tengan un gran impacto en el programa nacional de inmunización", y apunta hacia la guerra como otro factor al interrumpir el acceso a los servicios de salud, en las regiones afectadas.
La OMS ha reconocido que estos tres países han afrontado "una serie de desafíos" en los últimos años como "la disminución de la cobertura general de vacunación, una cobertura de vacunación sistemáticamente baja entre algunos grupos marginados, interrupciones en el suministro de vacunas o sistemas de vigilancia de enfermedades que no han funcionado".
Grecia y España
El país heleno es una paradoja. Pese a la gravísima crisis económica, la tasas de inmunización de primera dosis frente al sarampión se mantiene al 97%, situándose en la cabecera de los estados miembros del Espacio Económico Europeo; pero la segunda dosis baja hasta el 83%, al nivel de Italia. Eso no ha impedido que Grecia esté sufriendo una eclosión de casos de sarampión que va a más: en lo que va de 2018 ha superado en números afectados al 2017 entero.
Dos de los tres fallecidos a causa del virus hasta el momento son gitanos. Siete de cada diez casos de sarampión detectados en Grecia entre mayo y octubre de 2017 afectaron a gitanos griegos, la mayoría residentes en poblados chabolistas. Al igual que en el caso rumano, la causa última no es un rechazo ideológico a las vacunas sino la exclusión social y la pobreza.
Un estudio científico entre niños gitanos en Grecia descubrió que la tasa de inmunización era mucho menor a la de la población general pero también encontró diferencias dentro de los calés: a mejor condiciones de vida, mayores tasas de inmunización y a mayores limitaciones para acceder a la vacunas, menor vacunación. Otra conclusión del trabajo es que los centros de atención primaria cercanos a los asentamientos gitanos contribuyen a incrementar la inmunización.
En España, según los datos de los últimos años, los brotes están más relacionados con la exclusión social que con los anti-vacunas. Aunque el brote de sarampión de 2010 en Granada en niños de padres anti-vacunas tuvo gran repercusión, fue menos grave (308 contagios) que otro brote ocurrido en Sevilla al año siguiente en el que se registraron 1.759 casos, provocando una muerte en una comunidad gitana. De los siete brotes analizados de 2003 a 2013 por los médicos Javier Padilla y Amanda Brea, cinco afectaron a población marginada con problemas de acceso al sistema sanitario.
Únicamente el caso granadino tuvo como causa el rechazo ideológico.
Estados Unidos y Francia
En otras regiones del mundo, la moda de antivacunas, asociada a entornos socioeconómicos privilegiados, sí ha generado brotes de sarampión. Ocurrió el año 2015 a lo largo y ancho de Estados Unidos. El origen se encontraba en el parque de atracciones Disneyland de California. Esta enfermedad fue erradicada oficialmente en el 2000 pero regresó propagándose en comunidades con grupos de personas que no se habían vacunado, alcanzando su pico en 2014 con 667 casos.
Pero no sólo en Estados Unidos los mitos de los antivacunas han provocado desconfianza hacia las inyecciones, desconfianza transformada en bajas tasas de inmunización, y en brotes de sarampión. Francia tiene un tasa de cobertura vacunal completa (dos dosis) del 79%, muy lejos del 95% necesario. El 41% de los franceses no cree que las vacunas sean seguras, acorde a los datos de una encuesta de 2016, haciendo de Francia el país de la Unión Europea donde más desconfianza generan las vacunas.
EL descrédito hacia las vacunas lo están pagando los propios franceses: más de 1700 infectados han sido detectados en lo que va de año, falleciendo una persona en Poitiers y está expandiéndose con gran rapidez por toda Francia, llegando al nivel de epidemia en Nueva Aquitania, la región de Burdeos, lugar donde se han registrado más de la mitad de los casos. Desde el 1 de enero la vacunación es obligatoria para niños menores de dos años frente a once enfermedades, el sarampión entre ellas.
¿Economía o ideología?
Hay un componente socioeconómico en muchos de los países más afectados por el sarampión, como en Rumanía; otros donde las causas son múltiples, como en Italia; o más complejas, como en Ucrania. Pero la economía no puede explicar del todo el fenómeno. La ideología sí está bien presente en el caso francés y estadounidense pero no se puede dejar de lado en el resto de casos. Las causas son múltiples y cada caso debe ser analizado por separado.
La OMS se fijó como objetivo eliminar el sarampión de Europa en 2015. Fracasó. Las medidas que está tomando para parar la expansión de esta enfermedad incluyen la sensibilización del público; la inmunización de los profesionales de la salud y otros adultos en situación de riesgo; disminuir los obstáculos para acceder las vacunas y la mejora de la planificación y la logística de los suministros.
Pese al repunte europeo, en 2016 se redujeron a nivel global las muertes provocadas por este virus en un 84%. La OMS tiene como objetivo establecido eliminar esta enfermedad prevenible en todo el mundo para 2020 o antes.