En pleno debate por la turismofobia y los bad tourists y con el recuerdo aún reciente de los vecinos de Barcelona empapando con pistolas de agua a viajeros extranjeros, Copenhague ha decidido buscar su propio camino en materia turística. Uno que pasa en gran medida por repensar a quién se dirige. Para no renunciar a un sector que mueve miles de millones de euros al año y hacerlo compatible con la vida de sus vecinos, la capital danesa ha lanzado un ambicioso programa que aspira a atraer un tipo de visitante muy concreto: ecológico, respetuosos y dispuestos por ejemplo a moverse en bici en vez de subirse a un coche.
¿Cómo pretende hacerlo? Con comida y bebida gratis, claro.
Copenhague y los turistas. Aunque el flujo de turistas de Dinamarca queda lejos del que registra España y poco tienen que ver los datos de Copenhague con los alcanzados en Madrid, Barcelona o Canarias, el país escandinavo es un destino relevante. Las tablas de Statista muestran que en antes del COVID llegaban al país 32,1 millones de viajeros internacionales y solo en la capital se alojaban cerca de 10 millones de turistas. Norden calcula que ese año el sector supuso el 4,2% del PIB.
Con esos datos como telón de fondo, las autoridades de Copenhague se han marcado un objetivo: darle una vuelta a su turismo. No para aumentar la afluencia de visitantes, algo que, aseguran desde el sector, queda fuera de sus planes. Lo que quieren es atraer un perfil de turista ecológico y respetuoso con la ciudad, uno que facilite el día a día con los algo más de 602.000 vecinos que allí residen.
Una palabra: CopenPay. Con ese objetivo la organización encargada de administrar el turismo en la capital danesa ha lanzado CopenPay, un programa que se estrena hoy y se extenderá (en principio) hasta el 11 de agosto con un propósito claro: incentivar que los turistas que visitan la ciudad adopten hábitos respetuosos con el medio ambiente y el municipio. Y de la forma más eficaz y didáctica posible: recompensando esa actitud con premios tangibles, como comidas, bebidas gratis, tiempo extra sin coste en una pista de esquí o un incluso un paseo en barco.
Pero… ¿Y cómo lo hacen? Con un peculiar sistema de alicientes. Si contribuyes, recibes un premio. Copenhague ha elaborado un listado con 24 propuestas para turistas que comparten dos características: la primera, que todas son respetuosas con el entorno; la segunda, que permiten a los visitantes conocer de una forma distinta la capital danesa y llevarse de paso unos cuantos premios.
Por ejemplo, los turistas que colaboran en el huerto urbano Øens Have reciben a cambio un almuerzo vegetariano gratis y a los que recogen basura en BaneGaarden se les gratifica con comida orgánica. Si te animas a echar una mano en la limpieza del puerto puedes usar un kayak sin pagar ni una corona y si al terminar tu clase de surf dedicas 30 minutos a colaborar en la limpieza de la playa comerás gratis.
Premio a la responsabilidad. CopenPay fomenta además que los turistas se muevan en bicicleta o transporte público por la ciudad, premiándolos también con bebidas y servicios extra. Por ejemplo, si al llegar a CopenHill pruebas que lo has hecho pedaleando te regalarán 20 minutos extra en su famosa pista de esquí.
En otros rincones de la ciudad el moverse en bici, bus o a pie se recompensa también con bebidas, regalos, descuentos o incluso un tour por los canales. La oferta es amplia y diversa, aunque siempre con un enfoque sostenible. Quienes acuden a la Galería Nacional de Dinamarca (SMK) con residuos plásticos podrán participar allí a un taller para convertirlos en curiosos recuerdos artísticos.
Objetivo: cerrar la brecha. Curiosa la forma... y curioso el fondo. CopenPay es un programa piloto, una prueba planteada en un principio hasta agosto, pero por la que sus responsables están dispuestos a apostar si da buenos resultados. Lo más curioso es sin embargo por qué han decidido lanzarla. Las autoridades encargadas de gestionar el turismo en la capital aseguran que el 82% de los visitantes quieren comportarse de forma sostenible, pero solo una parte, el 22%, da el paso.
"Para nosotros es una tarea fundamental hacer que los viajes sean sostenibles, y solo lo lograremos si logramos superar la gran brecha que existe entre el deseo de los visitantes de actuar de manera sostenible. Puede parecer sencillo, pero no lo es", explica Mikkel Aaro-Hansen, director ejecutivo de Wonderful Copenhague: "Queremos que los visitantes tomen decisiones conscientes y ecológicas y, con suerte, acaben teniendo experiencias aún mejores durante sus visitas".
La importancia del contexto. El movimiento de la capital danesa es importante por otra cuestión: el contexto. Copenhague mueve ficha solo unos días después de que Barcelona registrase una gran manifestación para protestar contra la masificación turística, una marcha durante la que los vecinos llegaron a disparar con pistolas de agua a los visitantes, y poco después de que ciudades como Venecia, Ámsterdam, Seúl o Kioto —todos grandes destinos internacionales— adoptasen medidas más o menos firmes para poner límites a la avalancha de viajeros.
Imágenes | Line Kjær (Unsplash) y Oleksandr Kinshov (Unsplash)
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