Una versión anterior de este artículo se publicó en 2018.
España tiene un problema: no está produciendo el suficiente número de hijos. Su tasa de natalidad se ubica en los 1,33 niños por mujer, inferior incluso al de países en franca regresión demográfica como Italia. Dadas las circunstancias, y teniendo en cuenta el peso que la pirámide poblacional tiene en la viabilidad de las pensiones, la pregunta parece pertinente: ¿cómo incentivar la natalidad? Según los españoles, con más permisos.
El INE. El dato proviene de la Encuesta de Fecundidad publicada por el Instituto Nacional de Estadística. La última databa de 1999, y por primera vez se ha incluido una pequeña muestra de hombres entre los encuestados. Tanto ellas como ellos coinciden. De entre todas las opciones planteadas para fomentar la natalidad, la prolongación de los permisos gana por goleada (23% entre las mujeres, 16% entre los hombres).
Las asignaciones monetarias para las familias con hijos menores de 18 años o la flexibilidad de horarios son las otras dos opciones más apoyadas. Es decir: dame más dinero o dame más tiempo (o las dos cosas a la vez).
El problema. Esto cuadra con otras cifras. Por ejemplo: si bien tanto la mayoría de hombres como de mujeres desearía tener dos hijos, las cifras de natalidad indican que algo se lo ha impedido. ¿El qué? Según las mujeres mayores de 35 años, la economía y la presión laboral (las mujeres menores de 35 todavía esperan tener más hijos). Sucede lo mismo entre los hombres: superada la treintena, el binomio economía + trabajo es el principal freno.
Brechas. La encuesta es de particular interés por la inclusión de los hombres en la muestra. Sugiere ciertas brechas de género a la hora de afrontar la paternidad. Hay más hombres reacios a la idea de tener hijos (el 16%) que mujeres (el 12%). Sus motivos también suelen diferir. El 13% de ellos admite descartar la posibilidad de ser padre a corto plazo por culpa de la soltería, porcentaje que se reduce al 7% en el caso de ellas.
Las mujeres descartan la maternidad por cuestiones de salud (6,4%) en mucha mayor medida que los hombres (1,81%); y admiten haber priorizado sus estudios frente a sus posibles hijos (7,6%) en porcentajes superiores a ellos (4,72%). Y si bien la mayoría de españoles quería ser padre (66% ellos, 72% ellas), hay más hombres que admiten haberlo sido por voluntad de sus parejas (8% frente al 2%).
Oportunidades perdidas. Para muchas mujeres, tales barreras han significado tener o bien menos hijos de los anhelados o no tenerlos directamente (la mitad de las españolas entre los 45 y los 49 que no son madres desearían haberlo sido). Más allá de los detalles, la encuesta del INE devuelve una imagen poderosa: los españoles quieren tener muchos hijos, pero se ven frenados por circunstancias económicas y laborales (en su mayoría).
Son oportunidades perdidas. Unas que España no se puede permitir si quiere sostener el estado del bienestar del mañana.
Imagen: Jimmy Conover/Unsplash
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