El discurso de Boris Johnson en la ONU acerca de la inteligencia artificial termina divagando sobre "pollos sin extremidades"

El discurso de Boris Johnson en la ONU acerca de la inteligencia artificial termina divagando sobre "pollos sin extremidades"
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Horas antes de verse obligado a volver deprisa y corriendo a Londres para participar en la reapertura de la Cámara de los Comunes que él mismo intentó impedir, el primer ministro británico Boris Johnson realizó un discurso ante la Asamblea General de la ONU que giró en torno a los peligros de la inteligencia artificial. Supuestamente.

Hace apenas tres semanas desde que Elon Musk, en pleno debate sobre IA contra Jack Ma (entonces aún a la cabeza de Alibaba), empezó a preguntarse por qué no habíamos encontrado aún alienígenas, ante la extrañeza general del auditorio. Pues bien, el discurso de Johnson ha generado niveles de extrañeza aún mayores.

Para muestra un botón... esto es lo que piensa el 'premier' británico acerca de cómo será Alexa, el asistente digital de Amazon, en el futuro:

"Una futura Alexa fingirá recibir órdenes. Pero esta Alexa te estará mirando, chasqueando la lengua y golpeando el suelo con el pie".

¿Extrañado? Aún no has visto nada.

Pollos sin extremidades y colchones lectores de pesadillas

Otra de las grandes frases del discurso mezcla referencias al circo romano y a la comedia televisiva 'Little Britain' (ese "el ordenador dice que no"):

"¿Deberían las máquinas, y sólo ellas, decidir si somos elegibles para optar a una hipoteca, un seguro o una cirugía?

¿Estamos condenados a un futuro frío y sin corazón en el que el ordenador dice que sí (o el ordenador dice que no) con la sombría resolución de un emperador en la arena?".

No sabemos si es peor que Johnson no sepa de qué color tienen realmente los ojos los terminators de la saga homónima, o que se plantee como una hipótesis plausible la opción de que algún sucedáneo de Skynet vaya a cometer genocidio recurriendo a viajes en el tiempo:

"¿En qué se traducirá la inteligencia artificial? ¿En útiles robots que cuiden y laven a una población envejecida, o en terminators de ojos rosados enviados desde el futuro a sacrificar la raza humana?".

Terminator "Boris, mírame a los ojos". (Imagen extraída de la saga 'Terminator')

La siguiente frase tiene, al menos, sentido... e incluso podría revelar un Johnson profundamente concienciado con la amenaza a la privacidad representada por el uso del big data:

"Es posible esconder secretos a tus amigos, a tus padres, a tus hijos, a tu médico - incluso a tu entrenador personal - pero se necesita un verdadero esfuerzo para ocultar tus pensamientos de Google".

La mayoría de los medios entienden la siguiente frase como una referencia crítica a la carne cultivada en laboratorio, pero nadie pondría la mano en el fuego... máxime cuando también puede ser entendida como una referencia a la distopía satírica 'Oryx y Crake', de Margaret Atwood (la autora del 'Cuento de la criada'):

"¿Qué nos aportará la biología sintética? ¿La recuperación de nuestro hígado y nuestros ojos gracias a una milagrosa regeneración de tejidos? ¿O sólo traerá aterradores pollos sin extremidades a nuestras mesas?".

Después de eso, Johnson plantea una serie de pinceladas con sus... ¿previsiones para el futuro de de la domótica?:

"En el futuro [...] tu colchón monitorizará tus pesadillas; tu refrigerador emitirá un pitido para avisarte de que necesitas más queso, tu puerta de entrada se abrirá en cuanto te acerques, como un silencioso mayordomo".

Entendemos lo que Johnson quiere dar a entender (o eso creemos), pero la ONU no parece el mejor marco para recurrir a un lenguaje tan exagerado y repleto de referencias a la cultura pop, menos aún en un momento en el que los peligros de esta tecnología constituyen un tema de debate serio por culpa de la proliferación de armas equipadas con inteligencia artificial.

Vía | Futurity

Imagen | Chatham House

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