Cada vez es más frecuente instalar paneles solares flotantes en acequias y embalses para generar energía y, al mismo tiempo, frenar la evaporación de agua en épocas de sequía.
En los Alpes suizos no hay, por ahora, escasez de agua. Pero acaban de encontrar una razón interesante para instalar células fotovoltaicas flotantes.
Paneles solares de altas cumbres
En 2019, la empresa suiza Romande Energie instaló un parque solar flotante de 448 kW en Lac des Toules, la primera instalación de este tipo ubicada en un embalse a 1.810 metros sobre el nivel del mar.
Son un total de 35 plataformas cubiertas con paneles solares bifaciales, que ocupan solo el 2% de la superficie del lago. Las plataformas flotan ancladas al fondo durante los meses de junio a diciembre, cuando el embalse está lleno por el deshielo, mientras que el resto del año descansan sobre el suelo.
Amortizado en 2,8 años
Un equipo de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich ha analizado la instalación flotante del lago. Descubrieron que el pequeño parque solar recupera la inversión energética en tan solo 2,8 años debido a la mayor radiación.
El estudio evaluó el impacto ambiental del sistema desde la extracción de las materias primas hasta el final de su vida útil. Los investigadores compararon esta instalación de alta montaña con sistemas flotantes ubicados en altitudes bajas, así como con instalaciones terrestres.
Los resultados muestra que la huella de carbono del sistema flotante alpino es de aproximadamente 94 g CO2-eq por kWh de electricidad generada, un valor notablemente más bajo que el de instalaciones solares convencionales.
A pesar de esta eficiencia demostrada, los investigadores concluyen que todavía hay margen para reducir el impacto ambiental y los costes asociados a estos sistemas, por ejemplo reduciendo el uso de aluminio para que sean más sostenibles.
Imagen | Romande Energie
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