La instalación de paneles solares para autoconsumo en el hogar es una inversión de lo más interesante. El precio actual de estos mercados y la facilidad para instalarlos (siempre que no vivamos en una zona histórica) hace posible que podamos ahorrar unos cuantos euros en la factura a final de mes o, incluso, dejar de depender de las energéticas. Hay varios tipos de paneles solares que podemos instalar en casa y, lo hagamos por reducir las emisiones o lo que pagamos a final de mes, está claro que es una buena idea.
Sin embargo, en otros países la instalación de paneles solares es una cuestión de vida o muerte. Y un ejemplo es Pakistán, donde hay zonas con una grave crisis energética desde hace más de una década y donde los paneles solares se están imponiendo. ¿Qué paneles solares? Los chinos, claro.
Más de una década de crisis energética. Pakistán sufrió un amago de crisis en la década de 1970. La demanda empezaba a superar a la oferta, pero el gobierno puso en funcionamiento las represas de Mangla y Tarbela, que consiguieron paliar la minicrisis. En la década de los 90, la cosa cambió. La demanda se disparó, las infraestructuras no pudieron seguir el ritmo y, a comienzos de la década de los 2010, los déficits de electricidad alcanzaron picos de 8.500 MW, más del 40% de la demanda nacional.
Aunque el país es rico en gas natural, energía hidroeléctrica o carbón, esa espectacular demanda está acabando con los recursos naturales y desde la misma Oil and Gas Development Company Limited (la empresa nacional de petróleo y gas del país), se estima que las reservas de petróleo autóctonas se agotarán a corto plazo. De hecho, la estimación era que acabarían tanto con las reservas de petróleo como de gas antes de 2030.
No son razones medioambientales. Es un problema enorme, pero Pakistán no lo tiene fácil para, desde los órganos administrativos, hacer frente a la crisis. No sólo el descontento social es alto, también las relaciones con países vecinos son problemáticas y es complejo que encuentren aliados para negociar por energía. ¿En qué se traduce eso? En precios de energía extremadamente altos y en cortes intermitentes del suministro para evitar sobrecarga del sistema que afectan a la población. Es un círculo vicioso que, como vemos, arrastra problemas desde el siglo pasado.
Hasta ahora, la población estaba utilizando generadores tradicionales, pero con las altas temperaturas de 40º o 50º, hay veces que tampoco funcionan como deben. Y ese es el motivo por el que Pakistán está viviendo una revolución solar. Los habitantes exponen que no se están subiendo al carro de las energías renovables (aunque los vendedores de paneles sí destacan esta faceta) para salvar el planeta, sino para poder alimentar sus hogares y comercios. Sobre todo, los ventiladores o aires acondicionados que permiten capear las altas temperaturas.
El dominio de China. Muhammad Sohail Nawaz es un vendedor de paneles que afirma que la demanda de paneles se está incrementando día a día y Zulfiqar Ali, otro vendedor de paneles, comenta que esta revolución solar se está viviendo en industria, agricultura, comercios y viviendas. Los comerciantes indican que hay paneles que vienen de Alemania o Turquía, pero más del 90% de los que venden son… chinos. Y no es una sorpresa si tenemos en cuenta el precio.
China ha inundado el mundo con sus paneles solares y la industria depende de su tecnología y capacidad de fabricación. Esto ha permitido bajar el precio de los paneles hasta un 60% y, en el caso de Pakistán, se traduce en que antes los paneles costaban unas 135 rupias/watt, mientras que ahora están por unas 40-42 rupias/watt. Además de poder colocar más paneles, los usuarios pueden comprar baterías más grandes para almacenar tanta energía como puedan.
Crear industria solar local… La intención del gobierno es la de crear una industria solar local. Nasir Hussain Shah es el Ministro de Energía de Sindh y asegura que han "hablado con grandes compañías energéticas y de manufactura para asegurar nuestro apoyo. Deben construir aquí para generar una industria solar, ya que sólo así conseguiremos el cambio que necesitamos. De este modo, no tendremos que importar paneles y haremos lo que haga falta para que la industria florezca".
De hecho, la intención es que, más allá de en los tejados de tiendas y viviendas, los paneles solares sean protagonistas en los tejados de edificios públicos, colegios, universidades y hospitales. Esto es algo crucial, sobre todo para regiones rurales que reciben electricidad de la red nacional durante apenas tres horas al día.
… pero con reservas. Ahora bien, hay un problema llamado "conflicto de intereses". Aunque desde organismos gubernamentales se ha incentivado la instalación de placas no sólo para descongestionar la red eléctrica, sino para recibir incentivos con la energía que los particulares viertan a la propia red, en un artículo de Nikkei de hace unas semanas podemos ver que hay a quien no le hace gracia todo esto del auge solar.
Una fuente anónima relacionada con el gobierno aseguró al medio que es un tema sensible porque el propio gobierno teme que dar tanta manga ancha a los paneles haga que las energéticas se pongan en contra. "Si la energía solar reemplaza la red eléctrica, será un golpe económico importante que el gobierno no podría manejar bajo la crisis económica actual", afirma la fuente, asegurando que las energéticas dejarían de invertir.
Imagen | Crosji
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