Uno de los mayores enemigos para el teletrabajo y la productividad es la procrastinación. Siempre hay un buen motivo para aplazar lo que sea que tienes que hacer.
Lo malo es que luego se amontonan todas esas tareas en una lista interminable y aparecen la ansiedad, el estrés y el arrepentimiento de no haberlo hecho cuando tenías tiempo. ¿Te resulta familiar esa situación?
Aunque es probable que la mejor forma de evitar la procrastinación sea tomarte un descanso antes de iniciar una nueva tarea, dejar las cosas para el último momento es un mal hábito que, como las malas hierbas, conviene cortar de raíz cuanto antes. Solo necesitas cinco segundos para dar el primer paso y evitarlo.
Cuenta conmigo: 5, 4, 3, 2, 1...Hazlo!
La regla de los cinco segundos puede parecer un tanto infantil en un primer momento por lo sencillo de su planteamiento, pero en realidad es una de las mejores formas de quitarse el mal hábito de la procrastinación.
Su aplicación es tan sencilla como iniciar una cuenta atrás desde cinco cuando tengas que iniciar una nueva tarea. Cuando llegues a uno, no pensarlo y empezar a hacerla de forma inmediata. Los datos científicos demuestran que no debes pensarlo, solo empieza a hacerlo.
El emprendedor australiano Tim Denning explicaba que esta técnica la había ayudado a hacer frente a su mal hábito de dejar para luego las tareas. “Esta técnica te ayuda a evitar la postergación y a superar tu miedo a tomar una mala decisión”, explicaba el emprendedor a NBC News.
La técnica fue acuñada por primera vez por la conferenciante, creadora del podcast The Mel Robbins Podcast y autora del libro ‘El poder de los 5 segundos: Sé valiente en el día a día y transforma tu vida’. Robbins asegura que la forma de salir de esa parálisis emocional y mental que te bloquea e impide avanzar comienza por la regla de los cinco segundos. Hay que evitar que el cerebro tome la iniciativa intentando encontrar todo tipo de excusas y, en su lugar, tomar el control pasando a la acción.
En su charla TED, la autora explica cómo este método “hackea” lo que los expertos en psicología denominan Energía de activación. La motivación proporciona a las personas una “energía” que hace que no les suponga ningún esfuerzo hacer las cosas. Cuando estás motivado en un tema que te interesa no te importa pasarte horas buscando información o aprendiendo nuevas habilidades. Pero cuando se trata de hacer algo rutinario esa energía desaparece y cuesta mucho más comenzar a hacerlo. Ese es el principal aliado de la procrastinación.
Con la regla de los cinco segundos, no se le da al cerebro la ocasión de actuar, simplemente se verá envuelto en una tarea que ya se ha iniciado y de forma subconsciente adquirirá el compromiso para terminarla. Es como arrancar un coche sin batería empujándolo por una cuesta abajo cuando coje inercia, termina arrancando.
Según Robbins, la clave es evitar que tus hábitos mentales tomen el control y anulen el instinto inicial de realizar una tarea. Debes moverte físicamente antes de cinco segundos o tu cerebro lo eliminará. Si estás en el sofá y tienes que terminar una tarea, no lo pienses: cuenta atrás y levántate de inmediato o tu cerebro encontrará mil y una razones convincentes para no hacerla. Spoiler: vas a terminar haciéndola, pero con estrés y ansiedad.
"Cuando actúas con coraje, tu cerebro no está involucrado, tu corazón habla primero y escuchas. Te enfrentas al estrés", afirma la experta en productividad, consiguiendo un doble efecto. Por un lado, se activa la parte de acción rápida del cerebro que implica la decisión instintiva de levantarte y comenzar a hacer algo.
Por otro lado, experta destaca que se limita la influencia de la parte de actuación lenta del cerebro, la más racional que analiza y busca motivos autoimpuestos por el mal hábito de aplazar las tareas.
El beneficio de esta técnica no solo contribuye con la adopción de buenos hábitos, sino que también te ayuda a cambiar la programación neurolingüística del cerebro reduciendo el síndrome del impostor. Al iniciar la acción de forma inmediata, no se da opción al cerebro de plantear debates e inseguridades internas sobre lo que puedes o no hacer. Puedes hacerlo porque, de hecho, ya lo estás haciendo en ese mismo instante.
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Imagen | Pexels (cottonbro studio)
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