Elon Musk no está solo en la compra de Twitter. Incluso el hombre más rico del mundo ha tenido que hacer maniobras financieras y solicitar ayuda para hacer frente a una adquisición como esta. 44.000 millones de dólares de los que casi la mitad serán abonados personalmente por Musk. Sabemos que el magnate tiene suficiente poder económico, pero este está repartido entre acciones, propiedades e inversiones. El cómo abonará Musk tanto efectivo es una de las grandes incógnitas de la compra de Twitter.
Con efectivo, acciones de Tesla y créditos a varios bancos. Según conocemos a través de la SEC, Musk pondrá de su bolsillo 21.000 millones de dólares, el resto es un préstamo de 25.500 millones a varios bancos, liderado por Morgan Stanley, su principal asesor financiero. En total, Musk se ha asegurado tener 46.500 millones de dólares, algo más de lo necesario para la adquisición de la red social.
Dentro de ese crédito a los bancos se incluye un préstamo de 12.500 millones de dólares contra sus acciones de Tesla. Es decir, Musk ha utilizado algunas de sus acciones de Tesla como aval sobre el que pedir parte del crédito.
Estos son los bancos de inversión que han ayudado a Musk. Según describe Financial Times, entre los prestamistas de Musk se incluye el Bank of America, Barclays, MUFG, Credit Suisse, BNP, Mizuho y SocGen. Se trata de una deuda, donde el préstamo está garantizado con un valor de 62.500 millones de dólares en acciones de Tesla.
Además del préstamo contra sus acciones de Tesla, también se incluye un préstamo bancario senior de 6.500 millones de dólares, una línea de crédito renovable de 500 millones y 6.000 millones divididos en préstamos puente garantizados y no garantizados.
¿De dónde ha sacado Musk sus 21.000 millones de dólares? Cuando hablamos de estas cifras, la liquidez es un factor clave. Y según Bloomberg, Musk únicamente disponía de unos 3.000 millones de dólares en efectivo. ¿Cómo ha logrado aumentar esta cifra tan rápido? Aquí es donde entramos en distintas teorías, de las cuales varias de ellas podrían darse al mismo tiempo.
La primera de ellas es que Musk quizás tenga más dinero del que se había calculado; por ejemplo debido a inversiones privadas que no se han tenido en cuenta por los analistas, como Bitcoin, Ether o Dogecoin. Si bien, pese al potencial rendimiento de estas inversiones parece difícil que haya sido suficiente para pasar inadvertidas y cubrir este importe.
La segunda vía es la venta de acciones propias. Hemos comentado que Musk ha usado sus acciones de Tesla para pedir créditos, pero también podría haber vendido algunas de ellas. Sin contar con los 12.500 millones del crédito, Musk todavía dispone de acciones valoradas en unos 21.600 millones de dólares. Sería un movimiento arriesgado, pues las acciones de Tesla son la principal fuente de fortuna de Musk.
La tercera es quizás la más viable. Musk podría estar colaborando con inversores privados. Uno de ellos podría ser Jack Dorsey, fundador de Twitter y que disponía de acciones de Twitter por valor de unos 1.000 millones de dólares. Dorsey podría simplemente querer mantener esa parte de inversión y podría haber contactado con Musk para ayudar a financiar su parte personal.
Una vez formado el paquete inicial, nuevos inversores pueden sumarse a la operación. Tras realizar el paquete de financiación inicial, los inversores externos pueden decidir apuntarse a la operación, sea como socios de capital o titulares de la deuda. Según informaba el New York Post, Musk mantuvo conversaciones hace semanas con el fondo de inversión en software Thoma Bravo. Se trata de una gran fuente de liquidez, pero podría no ser la única.
Según calcula el Financial Times, estos prestamistas privados podrían haber ayudado a Musk con más de 10.000 millones de dólares de su parte. Una vez Musk consiga convertir Twitter en una empresa privada, la red social dejará de cotizar en bolsa y únicamente estos inversores privados que se pongan en contacto con Musk podrán llegar a tener participaciones de la empresa.
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