EEUU y China sostienen una relación de dependencia muy profunda. Las sanciones que están promoviendo el Gobierno estadounidense y sus aliados con el propósito de frenar el desarrollo tecnológico y armamentístico chino parecen invitarnos a pasar por alto la sólida relación comercial que mantienen estos dos países. El mercado chino es uno de los mayores del planeta, y algunas empresas estadounidenses difícilmente se pueden permitir prescindir de él.
No obstante, este dependencia se sostiene también desde la perspectiva contraria. Y es que la competitividad de muchas empresas chinas depende en gran medida de su capacidad de acceder a algunas tecnologías de origen estadounidense. Lo que está sucediendo actualmente con los chips para inteligencia artificial (IA) de NVIDIA ilustra a la perfección esta frágil coyuntura. Y es que varias grandes corporaciones chinas, entre las que se encuentran Tencent, Alibaba, Baidu o ByteDance, han realizado una compra conjunta de GPU por valor de 1.000 millones de dólares.
El equilibrio comercial que sostienen China y EEUU es extremadamente frágil
Según la consultora AMR (Allied Market Research) en 2031 el mercado de los chips para aplicaciones de inteligencia artificial facturará más de 263.000 millones de dólares. Es una auténtica barbaridad, sobre todo si tenemos presente que en 2021 su negocio ascendió a poco más de 11.000 millones de dólares. Esta previsión de crecimiento intimida, pero también lo hace el hecho de que aproximadamente el 80% de este mercado está en las manos de una sola empresa.
En septiembre de 2022 el Gobierno de EEUU prohibió a NVIDIA vender a las empresas chinas sus chips A100 y H100
Esta compañía es NVIDIA. De hecho, sus chips para aplicaciones de inteligencia artificial y computación de alto rendimiento son en gran medida los responsables de auparla al privilegiado lugar que ocupa actualmente. Durante las últimas semanas su cotización ha subido como la espuma gracias a la altísima demanda de sus GPU para centros de datos, lo que ha provocado que su capitalización de mercado supere el billón de dólares. Aun así, de una cosa no cabe duda: el mercado chino es muy importante para la compañía liderada por Jensen Huang.
En septiembre de 2022 el Gobierno de EEUU dio un paso hacia delante importante en su guerra tecnológica con China: prohibió a NVIDIA vender a las empresas de este país asiático sus chips A100 y H100, que son sus GPU más avanzadas para aplicaciones de inteligencia artificial. Huang sostiene que este movimiento ha provocado que la Administración china destine una cantidad ingente de recursos al desarrollo de sus propios chips para inteligencia artificial, pero, mientras tanto, las empresas chinas necesitan a NVIDIA.
Y NVIDIA necesita a las empresas chinas. Tanto, de hecho, que ha recortado las capacidades de sus GPU A100 y H100 lo suficiente para que cumplan los requisitos estipulados por la Administración de Joe Biden. El resultado son los chips A800 y H800, que no son otra cosa que revisiones simplificadas de las GPU originales. Precisamente estos son los procesadores que han comprado de manera conjunta las empresas chinas que he mencionado en el segundo párrafo de este artículo, nada menos que 100.000 chips para IA que tienen un coste aproximado de 1.000 millones de dólares.
NVIDIA ejemplifica con claridad la evidente dependencia comercial que existe entre EEUU y China, pero muchos otros países tampoco pueden prescindir del mercado chino. Uno de ellos es Países Bajos. Peter Wennink, el director general de ASML, declaró después de su viaje a China del pasado mes de marzo que el 30% de los pedidos que su compañía entregará en el futuro procede de clientes chinos. Otro dato muy revelador: en noviembre de 2022 ASML confirmó que el 18% de los 38.000 millones de euros que había vendido el año pasado hasta ese momento está asociado a clientes chinos. Estas cifras reflejan con contundencia la importancia que tiene el mercado chino para muchas empresas extranjeras.
Imagen de portada: NVIDIA
Más información: Financial Times
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