China lleva ocho años construyendo un megapuerto en Perú. Se acaba de estrenar para revolucionar América del Sur

  • Perú y China están encantados con el puerto de Chancay

  • Chile, por su parte, se echa las manos a la cabeza y Estados Unidos no les quita ojo

Chancay
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China ha puesto Latinoamérica en el punto de mira. China y México tienen una especie de idilio con México consiguiendo infraestructuras, transportes y mejorar su economía, mientras China logra una vía de entrada para sus productos en Estados Unidos. Echando la vista más al sur, la costa oeste latinoamericano lleva años siendo muy jugosa para el gobierno de Xi Jinping.

Un ejemplo es el puerto de Chancay en Perú. Su construcción comenzó hace ocho años y acaba de inaugurar la primera fase de funcionamiento, coincidiendo con la visita del mismo Xi Jinping al país latinoamericano. Será una bestialidad y se espera que sea bueno tanto para América Latina… como para la influencia de China en la región.

Chancay. El Terminal Portuario Multipropósito de Chancay está a unos 80 kilómetros al norte de Lima. La localidad tiene apenas unos 63.000 habitantes, pero muy pronto se convertirá en uno de los centros neurálgicos más importantes del continente americano debido a la llegada de China.

Y no es para menos: cuando se complete al 100%, tendrá una superficie de 992 hectáreas, se podrán enviar 1,5 millones de contenedores y seis millones de toneladas de carga al año y se estima que el costo será de 3.600 millones de euros.

Punto estratégico. Como recogen desde BBC, la importancia para China (y para Latinoamérica) de este puerto es enorme. Raúl Pérez Reyes es el ministro de Comunicación y Transportes de Perú, y recientemente comentó que el puerto permitirá que su país se posicione "como un hub logístico en toda América Latina". Además, Chancay no se eligió por casualidad: su puerto tiene un gran calado, lo suficiente para acoger los buques portacontenedores más grandes del mundo.

Robert Evan Ellis, del Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de Estados Unidos, comentó a BBC que "con Chancay se abre una ruta directa y más rápida entre China y Latinoamérica. Es como una ruta de autobús que antes hacía todas las paradas y ahora va directo al destino". Esto se traduce, según las estimaciones del gobierno, en una reducción del tiempo de los 40 días promedio actuales a 28 días.

Positivo para Perú. El gobierno peruano calcula que este puerto generará más de 7.500 empleos directos e indirectos, pero no todos están tan seguros, afirmando que en otros lugares del continente, cuando China ha hecho obras grandes, han empleado más mano de obra desplazada desde China que local.

Si hablamos de dinero, el Ministerio de Producción afirma que los centros logísticos asociados al puerto aportarán a la economía peruana unos 4.500 millones de dólares al año, lo que supone un 1,8% del PIB del país. Eso cuando esté completo, pero con la fase que se inaugura ahora, el Banco Central calcula que ya se sumará un 0,9% del PIB de cara al próximo año.

Estados Unidos no quita ojo. Ellis, sin embargo, advierte que "con Chancay, Perú se volverá más dependiente de China". Además, recuerda que "en otras relaciones entre América Latina y Asia, hemos visto cómo China empleaba técnicas predatorias y, al final, acababa llevándose los recursos naturales, aumentando la dependencia de los países en los que se instala".

De hecho, aunque no está realmente relacionado con el puerto, Perú ya está viviendo una fase complicada con China. El motivo es que al gigante asiático se le quedan cortos sus caladeros y cientos de barcos pesqueros chinos van y vienen a la costa peruana, lo que está ocasionando un déficit pesquero para el país y el aumento de precios de algunos productos.

No todos están contentos. Sin embargo, otros países de la región no ven con tan buenos ojos esta asociación. Un ejemplo es Chile. Germán Correa es el exministro de Transportes y Telecomunicaciones del país y recientemente firmó una columna de opinión que afirmaba que "chile se quedará irremisiblemente atrás" en el comercio mundial al haber permitido que Perú le tome la delantera, siendo "otros los que se beneficiarán del tremendo impacto de desarrollo que traerá el gigantesco puerto peruano de Chancay".

Y sí, Chile está intentando modernizar sus puertos y hay algunos que son realmente golosos tanto para China como para Europa y Estados Unidos, pero parece que no dan con la clave para cumplir las exigencias medioambientales. Mientras tanto, corren el riesgo de quedarse sin la capacidad de recibir a los buques portacontenedores de mayor envergadura.

Brasil. Pero no sólo los países de la costa oeste tienen buscan tener relaciones con China. Brasil, al otro lado del continente, es otro muy interesado en este mercado. Como leemos en Global Times, casi la mitad de las exportaciones brasileñas son de agroindustria, siendo China el principal destino entre julio de 2023 y julio de 2024.

Y ya hay voces que afirman que, si Brasil obtuviera acceso al Pacífico, potencialmente a través del puerto de Chancay, podrían aumentar significativamente el volumen de sus exportaciones gracias a una ruta más corta, rápida y barata que la actual, que implica dar toda la vuelta por mar. De hecho, y como comenta el exembajador peruano en China Juan Carlos Capuñay, Chancay "servirá como el principal centro logístico y operativo para conectar América del Sur con la región de Asia-Pacífico".

Veremos qué ocurre, pero está claro que la región tiene muchos intereses con China, tanto que el BRI, que es una especie de nueva Ruta de la Seda para mejorar las relaciones con el país asiático, ya está compuesto por 22 países de América Latina y el Caribe.

Imagen | Cosco Chancay

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