La gente no dice que tiene robots aspiradores. Dice que tiene roombas. Es algo especial para una empresa que los usuarios sustituyan el nombre común por un nombre propio. La designación metonímica —kleenex por pañuelo de papel, papel albal por papel de aluminio— demuestra hasta dónde se ha infiltrado la marca en la cultura y la sociedad, y las roombas desde luego lo han logrado. A pesar de ello, la empresa que las crea está pasando por un momento muy complicado.
IRobot, en problemas. La firma que diseña y fabrica los robots aspiradores Roomba presentó recientemente sus resultados financieros, y lo hizo con un tono pesimista. Sus responsables avisaron de que tienen "dudas sustanciales" de que puedan seguir operativos.
Menos ingresos. En los resultados del último trimestre de 2024 destacó especialmente la caída del 44% en ingresos respecto al mismo periodo del año anterior. Según los responsables de la empresa una de las razones fueron "los retos competitivos a los que se enfrenta la empresa".
Opciones complejas. De hecho, explicaron que han empezado a analizar de forma detallada sus posibles movimientos estratégicos para salir de esta situación. Uno de ellos es refinanciar su deuda. El otro, buscar un comprador, indican en Bloomberg.
Amazon ya planteó adquirir iRobot. Curiosamente la empresa que fabrica estos dispositivos pudo ser adquirida por Amazon en el pasado. La empresa ahora liderada por Andy Jassy teóricamente llegó a comprarla, pero la Unión Europea amenazó con bloquear el acuerdo y Amazon acabó echándose para atrás, con lo que dicho proceso jamás se cerró.
Una sombra de lo que fue. Cuando Amazon iba a adquirir iRobot la valoración de Roomba era de 1.400 millones de dólares. Su valor de mercado actual es de tan solo 200 millones de dólares, siete veces menos.
Deuda pendiente. La firma inversora Carlyle Group Inc proporcionó a iRobot un préstamo de 200 millones de dólares en 2023. Ya por entonces las cuentas no acababan de salir, y ese dinero permitía a iRobot tener cierta liquidez mientras se gestionaba la adquisición de Amazon. Al no cerrarse la operación, Carlyle puede ahora cobrar unos intereses terribles para iRobot: un 9%.
Demasiada competencia. Los aspiradores Roomba siguen estando muy bien valorados, pero en los últimos años la competencia ha demostrado no querer quedarse atrás. La fiebre de los robot aspiradores ha sido aprovechada con rapidez por otras marcas que han logrado equipararse en prestaciones, y en iRobot han notado mucho esa competencia brutal.
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