Alexis Onahian cofundador de Reddit, lo tiene claro. Para él en cinco años "el 90% de la gente no jugará a un videojuego a menos que se valore adecuadamente ese tiempo". Su predicción es una que hace temblar los cimientos del mundo del gaming, y según él se hará realidad en los próximos cinco años.
Este emprendedor cree firmemente en el modelo "Play-to-Earn", un paradigma en el que muchos jugadores ya no jugarán por el placer de jugar: jugarán por dinero, y más concretamente por criptomonedas. Es otra de las muchas revoluciones del mundo cripto, y una que tiene unos efectos colaterales importantes.
Gaming 3.0: qué es el modelo Play-to-Earn
El verano pasado ya hablábamos de 'Axie Infinity', todo un referente en esta nueva forma de entender el mundo de los videojuegos. La evolución de este jugoso segmento ha sido singular. Hasta no hace mucho imperaba lo que podríamos calificar como el Gaming 1.0: los jugadores jugaban por jugar, por el puro placer de disfrutar.
Luego llegó el Gaming 2.0: el fenómeno de los juegos Freemium. Los jugadores podían descargar y jugar a un juego de forma totalmente gratuita, pero si querían disfrutar de todas las opciones del juego —nuevas armas, ropa, objetos— o avanzar más rápidamente tenían que pagar por ello —que viva el 'pay to win'— y comprar elementos en ese juego. Fortnite es un buen ejemplo de esas mecánicas.
Ese es el modelo imperante hasta ahora. Ha logrado que los juegos móviles por ejemplo logren ingresos espectaculares, y se han convertido en un absoluto éxito en aquellos videojuegos que logran triunfar. Y sin embargo, hay quien cree que ese modelo tiene los días contados.
Lo que llegará a continuación será algo así como el Gaming 3.0: el fenómeno Play-to-Earn. Un modelo según el cual los jugadores pueden ganar dinero en forma de criptomonedas o también tokens y NFTs cuando juegan. No solo no tendrán que pagar por jugar: las empresas les pagarán por hacerlo. Es lo que pasará en los próximos cinco años según Alexis Ohanian, cofundador de Reddit.
Este emprendedor afirmaba en un reciente episodio del podcast "The Room Where it Happens" que eso de pagar por jugar será en muchos casos un anacronismo:
"Dentro de cinco años realmente valorarás tu tiempo como es debido. En lugar de servir de cosecha para los anuncios, o de ser desplumado y gastar [montones de] dólares para comprar estúpidos martillos que no tienes, estarás jugando algún juego equivalente en la cadena que será igual de divertido, pero realmente ganarás valor y serás el que coseche [ingresos]".
Bienvenidos a la criptoeconomía de la atención
¿Cómo es eso posible? ¿Cómo ganan entonces dinero las empresas? La forma más fácil de entenderlo es con el ejemplo antes mencionado. En 'Axie Infinity' los jugadores crían a sus pequeñas mascotas —que son NFTs, como los célebres criptogatitos— y hacen que luchen con otros personajes: se puede ganar dinero al alimentarles y criarles o a través de ganar esas batallas con otras mascotas.
El truco está en que cada una de esas mascotas cuesta mucho dinero. El juego es gratuito y efectivamente puedes ganar dinero, pero la barrera de entrada es alta. El modelo funciona: el token de este particular metaverso de Axie, llamado AXS, creció de forma espectacular el otoño pasado, y aunque en los últimos meses su valor ha descendido a la mitad de aquellos máximos, los analistas creen que volverá a crecer de forma notable.
El modelo Play-to-Earn tiene otras diferencias importantes con el modelo actual. Imagina que inviertes cientos de horas jugando a un videojuego como Fortnite: habrás acabado invirtiendo dinero para equipar tu personaje con ropa, nuevas armas o nuevas capacidades. Todo estupendo hasta que te das cuenta de que si el juego se abandona o desaparece, toda esa colección de objetos y capacidades se perderá para siempre: no es transferible.
El jugador está a merced de lo que decidan las desarrolladoras y distribuidoras.
Con el modelo Play-to-Earn los juegos ponen al jugador en el centro de su motor económico (o mejor dicho, criptoeconómico). Los jugadores son propietarios de esos activos digitales —como los NFTs— y pueden cambiarlos por dinero, por otros NFTs o coleccionarlos y esperar que con el tiempo suban de valor —aunque obviamente también puedan bajar de valor o quedar a cero—.
Hay otras ventajas teóricas: en juegos basados en la cadena de bloques hay una descentralización que debería hacer que incluso los jugadores puedan acabar teniendo poder de decisión a la hora de perfilar el futuro de esos videojuegos. Al final se trata de un modelo en el que la distribución de los ingresos está teóricamente mucho más repartida. El juego te premia por tu tiempo, por la atención que le dediques, y eso tiene implicaciones interesantes.
Greg Isenberg, analista y consejero en Reddit —es anfitrión del podcast en el que entrevistaron a Ohanian—, explicaba por ejemplo cómo el reciente acuerdo multimillonario entre Microsoft y Activision Blizzard había hecho que los 70.000 millones de dólares simplemente pasasen de las manos de una a la otra sin que los usuarios hubieran visto beneficio alguno.
People who play games are rewarded. Constantly.
— John Dietrich (@thoughtlesslabs) January 18, 2022
P2E is a job. I play games to not work.
This is such a disappointing future.
Para él eso era injusto, porque al fin y al cabo Activision Blizzard no estaría donde está sin los usuarios —Microsoft tampoco, lógicamente—. En ese discurso hay una réplica importante que hacía un usuario de Twitter: "la gente que juega a videojuegos es recompensada. Constantemente. P2E [Play-to-Earn] es un trabajo. Juego a videojuegos para no trabajar. Qué futuro tan decepcionante es ese".
Su argumento era válido y desde luego plantea un futuro en el que jugar podría acabar convirtiéndose en un trabajo: ya no jugarías por el mero hecho de disfrutar, sino persiguiendo un objetivo económico, como sucede con el trabajo. Será interesante ver dónde acaba todo esto, pero desde luego el modelo Play-to-Earn parece ser una alternativa plausible si las criptomonedas, los blockchains y todo lo "cripto" acaba cuajando en este y otros segmentos.
Eso de momento no ha pasado, y la caída que sufrieron las criptomonedas desde finales de 2021 ha hecho que muchas perdieran buena parte de su valor. El token AXS de Axie Infinity no es una excepción, y de hecho desde aquellos máximos de casi 160 dólares de aquella época ahora ronda los 10 dólares. La caída de jugadores ha sido enorme y la demanda también se ha visto muy reducida, pero queda por ver qué ocurre si el panorama cripto se vuelve a animar.
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