Los NFT plantean una revolución en el mundo del arte y los contenidos digitales, y aunque ofrecen una oportunidad a todo tipo de creadores, también se está hablando mucho del impacto energético y medioambiental que este tipo de tecnología tiene.
Ese impacto puede ser sensible si este tipo de transacciones se vuelven masivas, pero es importante aquí hablar de dos cosas que importan para el futuro de esta tecnología y su verdadero impacto. Hablemos pues de Ethereum 2.0 y de camisetas de algodón.
Recordando qué es eso de los NFT
Para crear y comercializar un NFT se realiza el proceso de 'acuñado' (minting). Cuando un artista acuña un NFT de una obra digital suya, ese NFT acaba siendo la entrada de un bloque de la gigantesca cadena de bloques que se usa en la red Ethereum.

Esa entrada de la cadena de bloques es única, así que cuando alguien se la compra al artista sirve como prueba de propiedad de ese NFT. Como ya explicamos con anterioridad, cuando alguien compra un NFT no compra la obra como tal —que de hecho normalmente seguiremos pudiendo disfrutar en internet, descargándola, compartiéndola o viéndola sin problemas— ni sus derechos de autor.
En lugar de eso lo que se adquiere es simplemente una especie de copia autografiada, que es la que le da un valor especial. Es como los cromos con autógrafo de toda la vida o los cuadros originales de cualquier pintor.
Existen copias que uno puede colgar en su pared, pero no serán las originales, las "acuñadas" por el autor y que son únicas. Esas son especialmente valiosas, y por eso hay gente dispuesta a pagar mucho dinero por el privilegio de poseerlas, aunque todo el mundo pueda disfrutarlas igualmente.
El consumo ligado a los NFTs es preocupante...
Es difícil estimar la huella de carbono ligada al proceso de 'acuñado' (minting) y comercialización de un NFT porque hay muchos procsos implicados. De hecho lo que se ha estudiado sobre todo no es el impacto medioambiental de la creación de un NFT en particular, sino de una transacción en la red Ethereum en general.

Hay varios estudios que intentan estimar esa cantidad. Digiconomist sitúa la huella de carbono de una transacción con Ethereum en 46,54 kg de CO2, mientras que el artista y programador Memo Akten afirma que esa huella es era de 20 kg de CO2.
Atken iba más allá y explicaba cómo ese clic de ratón con el que compramos un NFT implica que se ponga en marcha esa compleja maquinaria del minado de la criptomoneda ETH en la red Ethereum.
Ese minado, que actualmente se realiza porque Ethereum usa un algoritmo Proof-of-Work (PoW), hace que el consumo energético sea elevado, pero en NFT implica además otros consumos que llevan la huella de carbono hasta los 48 kg de CO2 según sus datos.
De hecho si tenemos en cuenta el resto de procesos implicados en su comercialización (acuñado, subastas, cancelación de subastas, venta, transferencia de propiedad), Atken afirma que la huella total va mucho más allá y roza los 200 kg de CO2.

El dato es desde luego preocupante, sobre todo cuando lo comparamos con acciones mucho más "inocuas" como el envío de un correo electrónico (unos pocos gramos dependiendo del contenido, 50 si tiene muchos adjuntos) o ver una hora Netflix (unos 22 gramos según este estudio). La huella de carbono de un NFT es por lo tanto miles de veces mayor que el de esos dos escenarios que, eso sí, son muchísimo más comunes.
... hasta que hablamos de camisetas y Ehtereum 2.0
Esos datos dejan claro que estas operaciones con NFTs tienen desde luego un claro impacto en el medioambiente, pero aquí es donde hay que hacer varias consideraciones.
¡Pero es que además los NFTs solo representan 1-2% de las transacciones de Ethereum!
— Raúl M (ѱ,ѱ) (@raulmarcosl) May 31, 2021
La mayoría de las transacciones están relacionadas con trading: DeFi, exchanges, etc. De la lista de proyectos que más fees pagan, solo OpenSea está relacionado con NFTs (Uniswap v3 es trading). pic.twitter.com/P5clp4FLH3
La primera, la de que los NFTs son en realidad una parte muy reducida de las operaciones de la red Ethereum. Raúl Marcos, fundador de Carbono, una firma de inversión especializada en criptomonedas, dejaba claro cómo "los NFTs solo representan un 1-2% de las transacciones de Ethereum".
Eso es cierto: en realidad la mayor parte de las transacciones se deben al trading, es decir, a las operaciones de compraventa de distintas criptodivisas que ahora están teniendo especial popularidad en esta red por el auge de las finanzas descentralizadas (DeFi) y de plataformas como Uniswap.
Aquí de hecho Marcos hace una comparación con el consumo de la red bancaria mundial o con el consumo energético que por ejemplo generan Netflix o YouTube: entre ambos, indicaban en Statista, son responsables de una cuarta parte de todo el tráfico de internet mundial. Ahí es nada.
Pero si hablamos de comparaciones, hay otras que también dejan otra perspectiva sobre el consumo de Ethereum y los NFTs. En Loop News hablaban precisamente de este tema y revelaban que según la WWF fabricar una sola camiseta de manga corta de algodón requiere 494 kWh, que es la cantidad equivalente de hervir 2.700 litros de agua.
Eso hace que la energía consumida por ese aparentemente sencillo proceso sea 10 veces superior a la energía que consume una transacción de Ethereum. Teniendo en cuenta que crear y vender un NFT equivale unas cuatro de esas transacciones (sin incluir las subastas), esto parece dejar claro que aunque los NFTs consumen mucho, cosas aparentemente mundanas como fabricar una camiseta (o ver Netflix) también consumen una barbaridad.
La última consideración que conviene hacer en este sentido es la que afecta a la propia red Ethereum. Hasta ahora era posible minar ETH porque esta red usaba un algoritmo PoW que se puede resolver con cálculos computacionales, pero eso cambiará pronto.
De hecho ya lo está haciendo: Ethereum 2.0, la nueva versión de esta red, se basa en un algoritmo Proof-of-Stake (PoS), un mecanismo alternativo en el que una persona (elegida de forma aleatoria) que participa en esa red es elegida para resolver un bloque. Los participantes en esta estructura son llamados validadores en lugar de mineros, y necesitan tener una participación de al menos 32 ETH.
Los responsables de la red Ethereum indicaban cómo la transición al mecanismo PoS permitirá recortar el consumo energético de forma espectacular, lo que hará que todas las transacciones sean mucho más baratas tanto en comisiones como en consumo energético y huella de carbono.

Eso es importante porque los NFTs se apoyan en la red Ethereum, y la citada segunda versión llegará pronto. De hecho su implantación ya está en marcha, y se espera que esté totalmente en marcha a finales de 2021 o principios de 2022.
La oportunidad planteada por los NFTs puede ser una alternativa interesante para muchos creadores de contenidos, pero es evidente que su impacto medioambiental es claro. Eso tiene visos de cambiar con la llegada de Ethereum 2.0, pero es también importante poner en perspectiva ese consumo al compararlo con el de otros segmentos aparentemente inocuos o con poca huella de carbono cuando en realidad la tienen (y mucha).
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23 comentarios
sapito_uy
Una aclaración sobre los consumos de agua y electricidad de una camiseta: eso comprende, según los cálculos de la WWF, TODO el ciclo de vida de la prenda (cultivo del algodón, fabricación, logística, uso).
Según ellos la usaremos un total de 100 días y la lavaremos 50 veces, secaremos con secarropas y plancharemos.
Emisiones según la fase de vida de la camiseta:
Materia prima: 20%
Fabricación: 9%
Transporte: 2%
Uso: 60%
juaner
Para darle sentido al consumo de los NFT se habla del consumo de algo que no tiene nada que ver. Intangible vs tangible.
Pues de esa comparación saco en claro que el consumo para producir la camiseta por lo menos sirve para algo real.
Usuario desactivado
¿Cuanto cuesta 'fabricar' el dinero FIAT (€, $...)? Posiblemente mucho más.
mad_max
Es necesario que salga Ethereum 2.0. La prueba de trabajo ha cumplido su papel en esta tecnologia pero o Ethereum se muda a la prueba de posesión o Cardano y otras divisas la van a pasar por encima.
Solo recuerdo que los contratos inteligentes de Cardano estan a la vuelta de la esquina.
Escepticum
Este tema del calentamiento, la emisión de CO2, y el apocalipsis climático se nos está yendo de las manos.
Entrar en el debate de si se debería acabar con las criptomonedas porque consumen más o menos energía es un debate pueril.., aunque a muchos modernos inquisidores les encantaría acabar con esta industria por aquel profundo y sesudo pensamiento que venía a decir eso de : "como a mí no me convence que se lo quiten a los demás".
Pero claro, esa estupenda forma de pensar podría hacer que poco a poco nuestra sociedad prohibiera actividades que para unos son "interesantes" y para otros completamente superfluas, accesorias y perfectamente prescindibles.
Si a mi no me gustan los videojuegos y los considero una pérdida de tiempo, ¿no debería la sociedad prohibir el gasto ingente de energía de tanta tarjeta gráfica y cpu superpotente?
Si a mi no me convence el streaming y tanta serie y película online... ¿no debería restringirse el consumo de datos de internet para evitar tanto dispendio?
De hecho la luz acaba de subir un 40%. Esa es sin duda la mejor manera de que cada cual mire con lupa por donde se le escurren los watios y que cada cual, libremente, los gaste como mejor le parezca.
Se rasgan las vestiduras los luchadores del cambio climático pero sin duda que no vacilan en cargar su móvil cada día bendito y después malgastan esa energía contaminante, nociva y destructora,... viendo vídeos de tik tok.
Este debate sobre el consumo energético de las criptos debería acabar cuanto antes. No lleva a ningún buen puerto, sino a intentar limitar la libertad individual y coartar aún más nuestras vidas.
tfd
A mi esto de hablar de CO2 cuando se refiere a consumo energético no me cuadra.
Y me da igual que sea Netflix, NFT o coches eléctricos, lo que están consumiento esos servicios es electricidad, y esta puede ser generada de muchas maneras, cambiando drásticamente según la zona, o el país.
Incluso una compañía puede interesarle alimentar su datacenter de energía generada por ellos (y en caso de corte eléctrico así se hace).
Es imposible sacar un cómputo realista cuando cambia tanto dependiendo del sitio en el que se genera, deberíamos acostumbrarnos a hablar en consumo Kw/h.
antipatent
Siempre se habla del consumo de Bitcoin, de etherum y otras monedas. Sin embargo hay una, llamada Tezos, que tiene bajo consumo, soporta smart contracts, PoS, Defi, NFTs... Y seguro que pocos habéis oído de ella (o del acuerdo que ha llegado con la escudería de F1 Red Bull para soportar el lanzamiento de su NFT)
Pero vamos, está claro que el valor de una cripto nada tiene que ver con sus características. Tiene más que ver con modas (véase Dogecoin y semejantes)
elementor100
El problema de los NFT es que de nuevo están usando avances tecnológicos para crear ganancias a partir de la especulación. Un NFT debería darte los derechos de uso y posesión de algo, digamos un tipo de código de barras único. Pero lo que hacen es intentar democratizar el entendimiento de la tecnología y colarte el modelo de negocio bajo el truco de asociarlo al arte, tener el NFT de un Picasso no le da valor al NFT en si, el valor lo sigue teniendo el Picasso, pero cuando quieren asociarlo a un meme donde hay millones de copias idénticas y que ese NFT tenga valor es donde me parece están abusando. Y de ahí si metes la variable de que metes complejidad enérgica a algo que de origen no lo necesita pues estamos aquí discutiendo.