El coche autónomo puede ser parte de la gran revolución tecnológica del siglo XXI. ¿Te has parado a pensar por ejemplo qué sucederá con los taxis, con el reparto de mercancías y paquetes o con los autobuses? O incluso, ¿y si resulta que dejamos de escuchar la radio en el coche porque preferiremos ver YouTube en el tablet?
Vamos a intentar imaginar en este artículo cuántas cosas podrían cambiar cuando los coches autónomos con mayor nivel de automatización lleguen y empiecen a hacerse populares, y vamos a comentar lo que piensan algunas de las industrias que se verán afectadas en mayor o menor medida por su llegada y popularización.
Para el sector del taxi podría suponer un cambio traumático
Dentro de las diferentes modalidades que tenemos para movernos de acá para allá, antes incluso de que se inventaran los automóviles, ya existían los taxis, o una solución equivalente, como era el coche de caballos con el correspondiente cochero, eso sí para aquellos que se lo podían pagar. El coche de motor jubiló al coche de caballos, pero no a los cocheros, que pasaron a ser chóferes y taxistas.
Hoy en día el taxi cubre las necesidades de esas personas que no tienen vehículo particular, que no saben conducir, que no pueden o no quieren utilizar el transporte público colectivo, o que aún siendo conductores, por motivos especiales, por ejemplo por haber bebido o por enfermedad, no pueden conducir en ese momento.
Pero, si estas personas pueden utilizar un coche que se conduce solo, ¿qué necesidad hay de recurrir a un taxi con conductor? Pensemos en el ejemplo de esa gente que sale una noche de copas: podrían hacerlo con su coche, ya que para la vuelta podría conducir el coche por sí solo sin ningún riesgo.
Los coches autónomos pueden hacer que disminuya la demanda de los servicios de taxis. O quizás las compañías de taxis se vayan reconvirtiendo poco a poco, de manera que se vaya pasando de taxis con conductor a taxis autónomos, sin conductor, que llevan a sus pasajeros de un lado a otro. Esto sería desde luego muy tentador a nivel empresarial, puesto que no habría que pagar el sueldo (y gastos asociados) del conductor.
Esto podría suponer que muchos conductores profesionales de taxi se queden sin trabajo. Algo así creen en Ford que puede suceder: como cuando los ascensores modernos con control electrónico hicieron innecesarios a los ascensoristas.
O tal vez no. Quizás pueda suceder lo que pasa con los aviones, que aunque tienen un sistema de piloto automático, siguen necesitando dos pilotos en cabina, porque hay que manejar el piloto autómatico, o por si acaso surge un imprevisto o falla algo.
Llegados a este punto también podríamos pensar que con un taxi autónomo podría suceder como con las máquinas de vending. Una de esas que nos sirve un café, un sándwich o una bebida sin que haya un camarero de por medio. ¿Han supuesto las máquinas de vending que han cerrado muchos bares y cafeterías, o que hayan perdido su empleo muchos camareros? Habría que hacer un estudio estadístico complejo y riguroso para hablar con propiedad, pero parece que no ha sido así, y desde luego sigue habiendo camareros.
Con el taxi podría suceder que ambas modalidades tuvieran cabida, y que cada cliente decidiera elegir la que más le guste. Puedes optar por tomarte un café de máquina más económico y rápido, o por ir a una cafetería donde un profesional te sirva uno en una mesa, con un determinado ambiente, siendo el servicio y lo que te ofrece cada opción diferentes.
Con los taxis sería similar: el taxi autónomo puede ser eficaz en su cometido, pero no te da conversación, no te ayuda a subir o a bajar del taxi, ni tampoco te guarda la maleta en el maletero, por poner algunos ejemplos.
Decidimos preguntar su opinión al sector del taxi: Jesús Fernández, de la Federación profesional del taxi de Madrid, nos cuenta:
"La tecnología modifica todos los sectores, también la movilidad. La movilidad terrestre viene definida por una normativa férrea y garantista para los usuarios, para asegurar derechos y obligaciones a los que prestan el servicio de transporte de personas, como el sector del taxi. La legislación tiene que clarificar quién es el responsable cuando un vehículo autónomo tenga un accidente (¿la empresa que ha desarrollado el software, el fabricante del vehículo, el conductor que no conduce?)."
En cuanto a las posibles flotas de taxis con vehículos autónomos: "si bien es el futuro, tenemos ejemplos en los cuales la intervención humana es necesaria, por ejemplo en la aviación civil (pilotos). El salto que ha de dar la sociedad es aún muy grande en cuanto a tolerar que una máquina nos lleve y nos traiga."
"Debemos reinventarnos y aumentar el valor añadido del servicio que prestamos. Los taxis se han ido adaptando con geolocalización del vehículo, pago con tarjeta de crédito, llamadas a los usuarios al móvil... En las grandes ciudades el automóvil particular tiende a extinguirse."
"Siempre que se cumpla la legalidad el colectivo del taxi, se adaptará, como ya ha hecho en otras ocasiones. Todo cambio es traumático, los elementos tecnológicos de alto valor son positivos para el colectivo. Eso sí, se produce una brecha en cuanto a las generaciones y también en función de la localización geográfica, una gran ciudad no es lo mismo que un entorno rural."
Compañías de autobuses: pues parecido al taxi
Para los autobuses urbanos y los autocares interurbanos, ¿qué va a pasar cuando haya autobuses que se puedan conducir completamente solos? Pues muy probablemente algo parecido a lo que suceda con el sector del taxi, pues en el fondo estamos hablando de utilizar un automóvil (más grande eso sí) con un conductor profesional que nos lleve a tal destino, con la salvedad de que un autobus puede llevar a muchos más pasajeros que un taxi.
En este caso podría existir igualmente el riesgo de que el conductor humano ya no fuera necesario, o bien que sucediera como en los aviones, y que por seguridad se mantuviese el conductor profesional al control del autobús, por si acaso, o porque, como con los camareros, habrá gente a la que le guste más que le atienda un humano.
Para las compañías de alquiler de coches quizás apenas cambie nada
Las actuales compañías de alquiler de coches, alquilan automóviles sin conductor por días a conductores. Pero ¿qué pasaría con coches que se pueden conducir por sí mismos? La primera reflexión sería si estas compañías seguirían alquilando coches convencionales a conductores, o si alquilarían coches autónomos.
Es posible que decidieran ofertar los dos tipos, al igual que ahora hay diferentes modelos, marcas, tamaños y opciones, gasolina o diésel, e incluso también híbridos y eléctricos. Para alquilar un coche autónomo tal vez ya no haría falta tener permiso de conducir como ahora, pues no sería necesario un conductor, en los niveles 4 y 5 de automatización.
En todo caso no parece que el coche autónomo pudiera afectarles negativamente, ya que los coches se podrían alquilar igualmente, e incluso podría ser ventajoso para las compañías: más clientes (los que tienen permiso de conducir y los que no), y teóricamente menos siniestros y daños sufrirían los coches, pues se supone que al eliminar el factor humano, se reducen los errores y accidentes.
Además, si el coche se conduce él solo, ¿podríamos evitarnos tener que ir hasta la agencia de alquiler en persona a recoger el coche? Podría ser: desde la agencia programarían la ruta en el coche para que fuera a donde nos encontramos.
Coche compartido aún más sencillo
Para las plataformas de coche compartido (car sharing en inglés), es decir de alquiler de coches sin conductor por minutos, podría suceder algo muy similar a lo que hemos descrito para las compañías de alquiler tradicionales: no sería necesario el permiso de conducir y más gente podría utilizar un coche de estos.
Car2Go nos dice lo siguiente: “los vehículos autónomos son un tema importante para nosotros y supondrá un impacto en nuestro negocio, por supuesto. Esa es la razón por la que también estamos trabajando en este tema. Los coches autónomos harán el 'car sharing' más sencillo."
"El usuario sólo tiene que caminar una pequeña distancia para llegar a un vehículo. Con un vehículo autónomo, el coche podría conducir hasta nuestro usuario, que podría meterse en él fácilmente y conducirlo. Hoy en día la disponibilidad del servicio depende de la distancia que tiene que andar el usuario hasta el coche, en el futuro ese ya no será el caso”.
O sea que se imaginan un futuro donde ni siquiera habría que molestarse en buscar el coche aparcado en la calle, sino que este iría a buscarnos a nosotros. Mucho más cómodo, sin duda.
El viaje compartido podrá seguir siendo compartido
Para desplazarse de un lugar a otro, hay personas que no optan ni por el automóvil privado (sea propio o sea de alquiler), ni tampoco por el transporte público. Las plataformas de viaje compartido (ride sharing en inglés) permiten que una persona con coche se ponga en contacto con otras personas que no lo tienen, para llevarlas y compartir el viaje, y los gastos, que va a hacer.
¿Si el coche se conduce por sí mismo cambiará algo? En principio parece que no debería, pues el propietario del coche dejaría de ser conductor, cierto, pero seguiría viajando de tal a cual lugar, e igualmente podría seguir compartiendo el viaje con otras personas.
Jaime Rodríguez de Santiago, gerente de Blablacar en España, opina muy parecido a lo que nos imaginábamos, y además que tal vez el viaje hasta resultará más entretenido: "los vehículos autónomos van a transformar muchas cosas, pero no van a cambiar la necesidad de las personas de viajar."
"En la medida en que sigamos viajando en coche propio, autónomo o no, tanto para el dueño como para los pasajeros seguirá siendo interesante compartir el viaje y los gastos asociados. Desde BlaBlaCar creemos que el coche compartido, autónomo o no, seguirá siendo una forma más asequible, flexible y divertida de viajar."
"A largo plazo, el principal cambio que los coches autónomos van a suponer en los viajes de media y larga distancia tendrá que ver con la experiencia del viaje. Al desaparecer la figura del conductor, la propia disposición interna de los vehículos estará diseñada para facilitar una mayor interacción entre los ocupantes, seguramente una experiencia aún más social."
Los aparcamientos de pago quizás no sean tan necesarios
Hace unos meses estuvimos reflexionando acerca de qué podría pasar con los aparcamientos de la ciudad, en la calle o subterráneos, cuando se generalicen los coches autónomos. Como veíamos entonces, algunas voces sostienen que podríamos necesitar menos aparcamientos, pues un coche que se conduce solo podría llevarnos al destino y regresar a casa, para más tarde volver a buscarnos, sin necesidad de aparcar justo en el destino.
Quizás no suceda esto, y simplemente los coches autónomos se aparquen ellos solos en el aparcamiento, que como mucho tendrá que actualizarse tecnológicamente con sistemas de comunicación inalámbrica CarToInfraestructure (C2I) para garantizar el funcionamiento de estos (por ejemplo para que el coche sepa en qué parte del aparcamiento está, el número de la plaza, la planta, etcétera). Esta es la idea detrás de propuestas de Audi, Volvo o Nissan.
¿Podrían por tanto resultar afectados los aparcamientos de pago que hay en el centro de las ciudades? Como decíamos también en aquel artículo, no está del todo claro todavía, aunque si combinamos coche autónomo con coche compartido y con robotaxis, quizás si se utilice menos el coche privado y también se utilicen menos los aparcamientos.
Emisoras de radio, ¿bajará su audiencia?
Algunos estudios sugieren que la radio se escucha sobre todo cuando vamos en el coche, en especial los días laborables. Mientras conducimos nuestras manos y nuestra vista están centradas en la conducción, pero podemos ir escuchando lo que nos cuentan desde nuestra emisora de radio favorita: noticias, música, tertulias...
Ahora bien, si tenemos un coche autónomo que se conduce completamente solo sin que sea necesario el conductor en ningún momento, pudiendo hacer este muchas otras tareas, ¿dejaremos de escuchar la radio en el coche?
Si no tenemos que mirar hacia la carretera, ni siquiera conducir, tal vez muchos no-conductores opten por pasar el rato adelantando trabajo, comiendo algo, leyendo un libro, ojeando diarios o blogs en su tablet o teléfono, viendo vídeos o incluso durmiendo, con lo que existe la posibilidad de que la radio se escuche menos y las emisoras de radio pierdan audiencia. ¿Se tendrá que reinventar la radio?
Puede cambiar la forma de hacer el reparto
¿Dejará de haber repartidores? Esta pregunta es análoga a la de los taxistas o conductores profesionales de autobuses. Si puede haber furgonetas autónomas que se conduzcan solas, el conductor de las mismas, el también repartidor, podría considerarse prescindible.
De hecho ya hay ideas que sugieren esta dirección: Amazon por ejemplo quiere entregar pedidos mediante drones autónomos, Google con unos camiones autónomos con compartimentos con código, y Ford Autolivery imagina un futuro donde la combinación de furgonetas autónomas y drones hagan el reparto sin la presencia de un repartidor humano (aunque en mi humilde opinión, seamos prudentes con los drones, que no son juguetes, sino aeronaves).
Quizás podríamos pensar que son aspectos independientes: una cosa es que la furgoneta se conduzca sola, y otra cosa es que un repartidor te suba a casa el envío, siendo igualmente necesario. UPS parece pensar así, combinando ambas cosas: drones autónomos y repartidores, para cubrir todas las posibilidades y ser más eficaces y eficientes.
Los fabricantes de coches están totalmente convencidos de sus ventajas
Casi ningún fabricante de automóviles se suele negar a incorporar avances, nuevas tecnologías, nuevos equipamientos, variantes u opciones extra a sus coches, porque si hay demanda del mismo y el coche se puede vender más gracias a ello, tanto mejor para la compañía. En general es así de sencillo: si con los coches autónomos se pueden vender más coches, adelante con los coches autónomos.
Así que algunos fabricantes de coches consideran que si ahora los clientes potenciales de un coche son sólo aquellos que poseen permiso de conducir, con un coche autónomo más personas podrían ser clientes potenciales, aunque no sepan conducir, e incluso aunque no puedan conducir. Hace unos años se hizo bastante popular aquel vídeo de un prototipo de coche autónomo de Google en el que el "no-conductor" era un hombre ciego (Steve Mahan, para más detalles).
De todos modos esto dependerá de las decisiones que tomen los gobiernos y autoridades públicas cuando se legisle acerca de cómo y en qué condiciones podrán circular los coches autónomos.
La idea en mente es que cuando se llegue a los niveles 4 y 5 de automatización, los dos mayores según la clasificación de la SAE (la Sociedad internacional de Ingenieros de Automoción), ya no será necesario que haya un conductor en el coche, pero por el momento, en general los diferentes permisos concedidos para la circulación de coches autónomos son para pruebas con conductor al volante por si acaso.
Stewart Callegari, responsable general de planificación avanzada en Europa de Nissan, es todavía un poco prudente con este punto relativo a las ventas: "a corto plazo el coste de la tecnología dificultará la venta de coches autónomos, pero a medida que esta se abarate, a más largo plazo, ya sea para personas que pueden mantener más tiempo un coche en propiedad (ancianos que ya no estarían obligados a deshacerse de su coche), o bien para servicios de lo que podríamos llamar 'robotaxis', podría suponer más ventas."
Thomas Lukaszewicz, responsable en Europa de conducción autónoma, investigación e ingeniería avanzada de Ford Europa, cree que "las primeras aplicaciones de coches completamente autónomos irán destinadas a servicios de movilidad de viaje compartido, o taxis autónomos, lo cual creará nuevas oportunidades y también nuevos servicios y modelos de negocio para los fabricantes de automóviles."
El otro gran motivo que impulsa a la industria del automóvil hacia el coche autónomo es la seguridad vial. Casi todos los fabricantes y expertos están convencidos de que se reducirán los accidentes de tráfico cuando la mayoría de los coches sean autónomos y además se comuniquen entre sí (mejor si son todos).
Según Felipe Jiménez del INSIA, el Instituto niversitario de investigación del automóvil de la Universidad Politécnica de Madrid, "alrededor del 90% de los accidentes de tráfico se deben al factor humano" (incluyéndose aquí dentro a su vez múltiples causas relacionadas con el conductor: imprudencia, distracción, error, falta de formación, enfermedad...). "Con los coches autónomos se ayudará a reducir la siniestralidad, aunque no es posible saber con precisión todavía el porcentaje de vidas que puede salvar el coche autónomo."
Algunos fabricantes como por ejemplo Volvo creen que se puede conseguir que haya cero muertos en accidentes de tráfico gracias a los coches autónomos. Otros como Nissan prefieren no pecar de optimistas, y aunque no sea llegar a cero, sí están convencidos de que se podrá reducir el número de siniestros al menos a la mitad.
De nuevo Thomas Lukaszewicz, de Ford, nos cuenta que "están convencidos de que los vehículos autónomos ayudarán a mejorar la seguridad en la carretera, y que además contribuirán a mejorar el flujo del tráfico."
Ojo, porque esto hace que algunos organismos como la NHTSA norteamericana, con gran influencia sobre la creación de leyes en materia de seguridad vial en EEUU, sean defensores de la conducción autónoma como sinónimo de mayor seguridad en la carretera, y esto podría derivar con los años en que al final no se permita a las personas conducir automóviles. Ya veremos qué sucederá al final dentro de 10, 20 o 30 años.
Los principales fabricantes, tanto en Europa como en EEUU o Japón, dicen estar ya casi preparados para poner a la venta coches autónomos. Stewart Callegari, de Nissan, nos dice que "la tecnología ya está aquí, y llegarán modelos en 2020", pero nos recuerda que "además del coste, el otro factor limitante es la legislación de los países con respecto a la circulación de los coches autónomos, un tema todavía pendiente en muchos lugares."
Thomas Lukaszewicz, de Ford, nos comenta lo que Ford viene diciendo desde el verano pasado: "el plan es lanzar el primer coche autónomo de gran producción en 2021, aunque al principio sean destinados a operaciones comerciales como servicios de movilidad."
Puede que en el siglo XXI los vehículos autónomos cambien la forma en que utilizamos el transporte, y otros ámbitos relacionados, pero los usuarios y consumidores también tienen capacidad de decidir qué cambios se aceptan y cuáles no, a razón de su coste o de las preferencias personales de cada uno. Veremos qué se impone al final.
Fotografía | Henning48, Harutmovsisyan
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