Esta edición del CES ha supuesto la explosión definitiva de los dispositivos wearable, llevables, que tenemos siempre ... Sabemos de qué estamos hablando cuando hacemos alusión a esta categoría: gadgets que se camuflan en objetos cotidianos y nos aportan alguna función adicional.
Verlos en Las Vegas de forma tan masiva ha significado que las empresas están preparadas. Ya tienen la tecnología, y las herramientas de marketing bien afiladas, para intentar que este año llevemos su tecnología puesta. Ahora bien ¿vamos a vestir estos gadgets en 2014? Repasemos lo visto en el CES 2014.
Pebble Steel
El niño bonito del CES. Al diseño deportivo, así lo denomina Pebble, de la primera versión se le une una versión más elegante con cuerpo más robusto y una correa de acero que le da un aspecto más elegante. Un paso adelante para mimetizarse con los relojes convencionales, sin perder funcionalidades por supuesto.
¿Me lo pondría? Sin dudarlo.
Pine
Tenerlo en la muñeca fue sentirme el protagonista de Fallout 3 u otra película de ciencia ficción a vuestra elección. Un reloj grande de muñeca con Android completo y una pantalla táctil para que lo manejemos como si fuera un smartphone pequeño. Ambicioso pero con las ideas poco claras.
¿Me lo pondría? No, demasiado grande.
Razer Nabu
Razer, conocida por su extensa gama de productos para gamers, se mete en este sector con la pulsera Nabu de doble pantalla OLED. Una más pequeña para mostrar iconos y otra más grande, en el lado interior, para mostrar más información de forma privada. Recuerda mucho a la Fuelband de Nike.
¿Me lo pondría? Quizá, me quedé con las ganar de saberlo gracias a la fantástica vitrina sobredimensionada que lo alejaba de mis manos.
Metawatch
También nació en el crowdfunding y aunque le ha costado afianzarse ha logrado encontrar grandes aliados para hacerse un hueco. Su mayor baza: contar con el jefe diseñador de Vertu para crear una nueva línea donde destaca el diseño y no se pierden funciones respecto al modelo anterior. Bonito, muy bonito.
¿Me lo pondría? Sí, en una cena de gala.
Garmin Vivofit
Garmin siempre ha tenido una relación estrecha con los relojes y los dispositivos móviles a su manera. El principal atractivo del Garmin VivoFit es la batería que dura un año utilizando una pantalla de cristal líquido idéntica a la de muchos relojes digitales convencionales. Una buena idea pero no tan vistosa como la de sus competidores.
¿Me lo pondría? Sí, para hacer deporte.
Filip
¿Smartwatch para niños? Filip dice que sí. Con un diseño infantil y muy sencillo nos llega un reloj inteligente para los peques. Personalmente creo que es un buen ejemplo de cómo se nos está yendo de las manos una categoría que lleva poco tiempo y ya está desbordándose con tanto dispositivo.
¿Me lo pondría? Soy un poco mayor ya, pero no se lo pondría a mi hijo.
LG Lifeband
LG ya coqueteó con esta categoría el año pasado pero parece que este año si van a por todas. La pantalla táctil de su Lifeband me gustó mucho. Veremos qué tal la integración con el ecosistema móvil, a un buen precio puede ser bastante atractiva.
¿Me lo pondría? Tengo mis dudas, no me convenció que fuera tan rígida.
Qualcomm Toq
Al reloj Toq conocimos el año pasado, era el primer dispositivo comercial de Qualcomm que, por fin, usaba la pantalla Mirasol. Partió de los 350 dólares y en el CES bajó 50. Caro, pero con una de las tecnologías más interesantes.
¿Me lo pondría? De momento no, quizá la próxima generación porque la pantalla Mirasol es fenomenal.
ZTE Bluewatch
ZTE también busca reforzar su catálogo de smartphones con su propio reloj inteligente. En el stand, el fabricante chino aseguraba que la versión final se pulirá un poco y esperemos que sea así porque a pesar de la eficaz pantalla de tinta electrónica no era especialmente cómodo en la muñeca.
¿Me lo pondría? Quizá la versión final, tienen que mejorar mucho el aspecto e intentar no ser un clon de Pebble.
Kronos
No ha tenido mucha repercusión en la feria pero hemos decidido incluirle en la lista por su valiente apuesta por introducir Android completo. Tanto es así que hasta podemos utilizar un teclado virtual convencional. Su apuesta es luchar por el precio y ser uno de los más económicos.
¿Me lo pondría? No, gracias. Android mejor en el móvil, en la muñeca prefiero algo más sencillo.
¿Qué necesita un wearable para formar parte de nuestro atuendo?
Tras probarme un montón de dispositivos entre el año pasado y esta feria del CES, me queda un poco más claro lo qué necesitan para ser parte de nuestro día a día y al final he llegado a una conclusión fundamental: su aportación e integración en nuestra rutina.
¿Realmente es útil tener que estar mirando el móvil al final cuando nos llegan las notificaciones? Que sean dependientes de un móvil o un tablet es comprensible, porque de lo contrario no conllevaría una miniaturización y acabaríamos teniendo algo más ancho y grueso puesto.
Aquí queda ver cuál es el papel de Intel Edison y Quark, la compañía ya anda mirando al futuro de esta categoría con ordenadores que caben en el bolsillo y apuntan a que pueden ser muy relevantes si los fabricantes apuestan por él y se dan herramientas para que puedan crear wearables útiles.
Es por eso que al hacer de esta relación de dependencia algo imprescindible ahora mismo, creo que las funciones que deben aportar son pocas en número pero que deben hacerlo muy bien. Hay formas de conseguirlo, como la sincronización en segundo plano con Bluetooth 4.0 LE por ejemplo. Es mejor que lo poco que haga lo haga bien, a que intente abarcar mucho y al final dejarnos a media con todo.
Hay ya muy buenos ejemplos de cómo hacer las cosas bien: Pebble, Nabu de Razer también parece haber entendido bien el mensaje, las pulseras cuantificadoras lo tienen ya más asimilado... Pero quien siga viendo, como fabricante, que el futuro pasa por meter Android con calzador y decir esto es un dispositivo wearable, creo que debería de plantearse seriamente otras opciones.
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